lunes, 28 de diciembre de 2015

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Resulta por demás lamentable que, aún fuera del dédalo, siga percatándome de diversas actitudes y posturas de quienes me rodean que no dejan en absoluto algo bueno para desear o el que sea "siempre uno" quien deba someterse o agachar la cabeza para vida que ese alguien emerja cual oriundo se jacte.

Resulta por demás lamentable el que siga existiendo quienes derrochen lo poco que se tiene en cuanto a lo natural o quienes  sigan contribuyendo a la suma de más caos, de más ruido o de menos cultura en nuestro medio.

Lamentable el que aún existan mentes débiles o faltas de conocimiento y que, peor aún, persistan en su poca apertura a lo nuevo, a lo trascendente o a lo que resulta viral en nuestros días y tiempos; que sean sólo receptoras de lo absurdo o de lo más vano que exista en derredor.

Lamentable, el seguir proponiendo al pueblo un canto que les permita recapacitar y sencillamente percatarme de que es lo que menos desean y que se conforman con sólo cuatro acordes que hacen menear la cabeza y mover los pies con ritmo mientras beben cerveza o se saben vivos en fechas como estas de fin de año.

Lamentable el que, año con año, las fogatas, los cohetes, el ruido y poco beneficio con todo esto a la salud propia y de los demás; el que cierta iglesia se escude en el remembrar de cierto natalicio para cooperar con ruido molesto y perjudicial para animales y humanos citadinos.

Lamentable cada noticiero donde las historias se repiten, donde lo "aprendido" está olvidado, donde cada erro es "retomado" con más ahínco al parecer y magnificado o con "tintes nuevos", propio, de estos "nuevos tiempos" que vivimos donde, de nuevo, no tienen nada.

Lamentable, el repetir de ciclos absurdos, de cerrar establecimientos por fechas católicas o de esmerarse en joder a otros para vida de que ganen unos pocos más.  Más absurdo, lo aplicado año con año por la alopatía para, según ellos, revertir ciertos males propios de las vías respiratorias cuando, todos sabemos, lo hacen sólo para incrementar sus arcas económicas.


Sorprendentes imágenes de encuentros cercanos del tercer tipo que sencillamente caen en el rechazo e incredulidad por parte de miles de personas y, esas mismas, que lamentablemente seguirán escépticas aunque tengan una muestra fidedigna sobre sus cabezas...

Cuánto más, indago, cuánto más debemos esperar a que esto florezca, mejore o madure?
Un año más fenece y, con el nuevo día, parece que no ha transcurrido ni una hora en el tiempo de la humanidad.

domingo, 6 de diciembre de 2015

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Fuera del dédalo me quedaré con tu sonrisa... aquella primera que conocí desde ti y que atrapó mi mirada, soslayó mi ternura y permitió que gran parte de mis desvelos y hemorragias del corazón fueran sanadas más de una vez.

Buscaré una vez más tu semblante en mi recuerdo... ese mismo que parecía "no verme", que hacía las veces del interés forzoso pero que, en el fondo, sólo demandaba su labor; ese mismo rostro que miraba a lo lejos mientras atendía una llamada o que despedía con su tez aquella luz que demandé por décadas.

Añadiré a mi bitácora tu mirada que, aún sin maquillaje, decía mil frases... frases entendibles sólo para el amor, para la dicha, para el sano esparcimiento, para la duda, para permanecer perenne o para recrear al alma a la hora del sexo... mirada que se escondía tras algún orgasmo y renacía húmeda.

Dejaré tu voz prendada a mi oído... atada a mi tímpano y que coincidieron desde aquellas mañanas añorables tras algunos amaneceres e hicieron revolotear mi imaginación por meses hasta poder tenerte a mi lado y seguir teniéndola por lustros.

Me tatuaría el color de tu piel... borraría cualquier imperfección muy a sabiendas que siempre fue perfecta ante mis ojos; detendría en pleno verano la frescura que despide y conservaría con cada invierno su tibieza. Su tersura, ya catada, la haré parte primordial de mi preferencia.


Fuera del dédalo seguiré soñando con lo simple; con ese observarte, escucharte, sentirte y llenar los espacios, los codos, las aceras, algunas habitaciones, la ducha y otros paisajes donde terminaste el cuadro con tu presencia...

Intentaré dejar en el olvido aquellos otros que me robaron esa parte de ti que jamás tuve, esos paisajes ajenos, esas penetraciones fortuitas o besos robados pues, si bien jamás formarán parte de tu haber en mí, llegué a celarlos como inhumano sin tú darte cuenta.

domingo, 22 de noviembre de 2015

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No cabe duda que detrás de una profesión se encierra un círculo tan estrecho que en ocasiones nos aprieta demasiado hasta sofocar... y, sin embargo, existen otros aristas donde el descanso y el amor prevalecen y fortalecen todo cuanto se puede hacer en pro de.

Dichos aristas comulgan de una manera especial, tal, que termina por sorprenderme y por amar aún más esta que es la que me compete: La música.

Y es que muy lejos de las pendejadas que dicen ciertas personas acerca del que es sólo un pasatiempo o una buena forma de aprovechar el rato de ocio, quienes estamos en esto sabemos que ni siquiera es sencillo; que, si bien traemos la música en el alma y se nos otorgó dicho don al nacer, nos topa y colma hasta casi perder el piso en ocasiones.

Nos da para comer, sí, pero nos aleja de quienes amamos por muchas horas; nos acerca a muchas personas y nos aleja de las más importantes; nos otorga un poco de fama y luego ella misma tiende a pisotear cada peldaño escalado... los reveses son drásticos... las horas de estudio no bastan y siempre terminamos siendo un tanto mediocres para algunos.

Los aristas, insisto, varían mucho, tienden a agrandarse, a modificarnos de raíz, a apreciar mejor, a amar más profundamente y a desear un mejor porvenir para toda la humanidad... Es pues la sensibilidad nuestro motor que muchas veces libra su batalla con el todo, con lo mundano, con lo existencial y hasta con la misma música o las letras.

En fin... el arista que quiero denostar aquí es en base a la celebración del día del músico donde, simplemente, aquel quien lo vive lo entiende y fue sólo uno quien, personalmente, acudió hasta mi lugar de trabajo para abrazarme y hacerme ver en él como alguien sumamente importante cuando, para mí, él es mucho más que grande, mucho más que maestro y, hoy día, la muestra palpable de que al menos alguien me quiere fuera del matrimonio o la familia consanguínea.


Gracias, Memo... tu abrazo fue más que una muestra ferviente de cariño y respeto que valoraré siempre y atesoraré como a esta profesión que me sustenta y da vida... No necesité más que eso para entender cuánto amo el ser músico y contar con personas cercanas, nobles y sinceras como tú.


A: Guillermo Pacheco Aceves.

lunes, 9 de noviembre de 2015

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Definitivamente nadie lo sabe, nadie conoce ese momento en que todo se troca, en que todo cambiará debido a nuestra edad y a la cantidad de demencias o daños que le habremos causado a nuestro cuerpo para entonces.

A todos nos gusta permanecer o parecer jóvenes y sólo nos es conveniente parecer viejos cuando se trata de dar algún consejo o cuando resulta sumamente necesario para no "revolvernos" entre tanto estúpido que vaga por la vida sin fundamento o con la poca sapiencia que presumimos tener debido a la edad.

Alguien me dijo por ejemplo uno de estos días que qué tipo de tinte utilizaba en mi cabello para teñir mis canas... "No uso tintes", respondí, y me llevé una frase y ademán de incredulidad que jamás esperé. Vaya, no necesito cubrir mi edad con pinturas en mi cabeza y, las pocas canas que poseo ahora, se irán multiplicando severamente en cualquier momento... cosa, que no me preocupa.

En otra ocasión me comentó un conocido que "los músicos de reproducen más que los establecimientos idóneos para tocar", refiriéndose a mi inestabilidad laboral y a la falta de... Qué razón! Mas, cuán decepcionante resulta el conocer a esos "nuevos valores musicales" que se atrincheran fuera de un establecimiento y buscan la labor por mucho menos que "lo establecido" por quienes sí tenemos necesidad y sólo nos dedicamos a la música.

Si ideología juvenil y osadía les cobrará su mismo precio con el paso de los años... mas no lo sabrán sino hasta que se miren en la propia necesidad.

Personas cercanas a mí se muestran con el deseo de parecer jóvenes asistiendo a lugares propios de adolescentes, al antro o terminando en un aula escolar debido a su deseo por continuar lo truncado años atrás... qué difícil se torna el todo después de tanto y, es justo ahí, en que algunos caen en fuerte decepción o en el deseo de regresar a ese pasado añorado.

Qué adulto no prefiere (me han dicho otros) una pareja de menor, mucho menor edad que la suya?
Es acaso una moda? Una inevitable situación con el paso de los años? Es sólo el deseo por tener una piel lozana entre las manos y que se torne besable para nuestra boca?


Muchas otras situaciones no las entiendo y, justo en estos días que mamá ha caído muy enferma, veo lo irremediable e inevitable del resultado que es el vivir en este mundo, el desgaste plasmado en nuestros males y, pocos, muy pocos, se detienen a pensar en la madurez adquirida, en que se es poseedor del mejor de los consejos, en que se tiene un mejor sazón y que, cada silencio y sonrisa, encierra mucho más que toda una vida.

miércoles, 28 de octubre de 2015

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En un abrir y cerrar de ojos es que se tiene todo un mundo al lado de Morfeo. Ese mundo donde lo irreal se siente tan cierto como nunca, donde lo imposible se torna posible o donde los detalles pequeños se engrandecen tanto que no caben en el entender.

Ahí, surge el pro y el contra, el por qué de muchos cuestionamientos, la manera exacta de cierta verdad y la enorme duda ante lo que pudiera ser o pareciera ser... en fin. La gama puede ir desde lo más insignificante hasta lo más relevante y enorme.

Es entonces que, hoy me pregunto, cómo es que se puede "retomar" en ese mismo inconsciente un tópico ya tomado con antelación, repetir un sueño mismo o continuar uno que creíamos olvidado pero que, al reparar en ciertos detalles, la continuidad nos es otorgada para sencillamente no querer despertar.

Mi agradecimiento está hoy en él, Morfeo, al darme con su mundo esa parte del pie de nota que demandaba hace meses y que, gracias a su prodigio, pudo y quiso continuar y, aunque no me dejó plenamente satisfecho por "el final", sí me dejó una hermosa sensación que me acompañó todo el día e hizo que trabajara mi mente en otros sentimientos que creí olvidados.

Mi agradecimiento también a todos aquellos quienes formaron parte de esa cita y que me han compensado con su amistad pues, entorno a ello, es que el entorno se desenvolvió de una manera tan agradable como pocas.
Es obvio que no daré aquí la larga lista de nombres de quienes participaron pero, créanme, supongo que el propio Morfeo los colocó ahí a manera de recordatorio de que "no estoy ni he estado solo" en los momentos relevantes de mi vida.


...y es que no es la primera vez que un sueño continúa en mi subconsciente luego de algunas semanas o meses... por ello quise dejar vestigio aquí de tan sensible y humano acontecer.

martes, 20 de octubre de 2015

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Fuera del dédalo, aprendo hoy que existen tres palabras que parecen ajenas a nosotros y en ciertos personajes que desarrollan su labor derredor mío: Tolerancia, flexibilidad y amistad.

Difícil, sumamente difícil se tornó cierto viernes para todos mientras intentábamos desempeñar nuestro trabajo cada quien por su lado y con "la camiseta bien puesta" pues, el temor a "perder puntos" o el empleo mismo, hace que olvidemos o pasemos por alto cierto "sentido común" que, se supone, debe imperar en toda nuestra actividad.

Aquí, la tolerancia lleva un punto importante pues no se puede dejar todo al arrebato, al desenfreno o al actuar por impulso sólo teniendo en cuenta nuestros propios intereses y qué lamentable es el que jamás se considera del todo y se procede sin tacto... peor aún, sin profesionalismo como me lo hizo ver el buen Marco Madrigal.

Él fue quien me hizo abrir mis ojos ante lo pendejamente que procedí aquel citado viernes que concluyó en una vorágine de ineptitudes por parte de todos y donde, insisto, la tolerancia no estuvo jamás presente.

La flexibilidad es dar ese márgen de error, de comprensión y de igual forma el no tomar decisiones precipitadas ante tal o cual situación y, tristemente, no imperó en ningún momento por parte de quienes veían caer una noche laboral sobre sus hombros, noche, en que hasta el teléfono se puso en contra mía y derivó en que se perdiera tanto la tolerancia como la propia flexibilidad que hoy, conversando con el arriba mencionado, demandé en vano.

Insisto, el poco profesional fui yo... el nada profesional. El pendejo que toma decisiones valiéndole madre el resto del mundo, todo, por unas monedas más (demandadas por todos sin excepción y donde, la búsqueda de ellas, nos suelen orillar a tomar dichas decisiones equívocas).


Gracias por abrirme los ojos, Marco. Por hacerme ver mi error gracias a tu experiencia. Siempre te admiré por tu entereza, por tus sabias decisiones y visión ecuánime a pesar de tu edad... soy muy poco profesional. Lo acepto.

Ahora bien... dónde dejamos la última palabra de las tres que comenté en inicio?
Supongo que, cuando fallan las primeras dos, la tercera sencillamente deja de existir...
Qué tristeza...!

Perdóname por haberte decepcionado.

martes, 6 de octubre de 2015

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Fuera del dédalo, maldiciones, reproches, frases que parecieran absurdas, momentos inocuos, variaciones inaceptadas, dormitorios fríos, viajes sin sentido, letras por demás, música inope, enfermedades, directrices erradas...

Fuera del dédalo, rumbo incierto, desfalcos, cansancio, sueños mal logrados, ambiciones sin ansia, luces titilantes, palabras mutilantes, decenas de días echados al olvido, tres guitarras, detonadores de paciencia volcados en llana impaciencia...

Fuera del dédalo, visitas insensibles, bebidas ácidas, lágrimas ausentes, sonidos galopantes, miradas irrecíprocas, sustento incierto, relatos sin fondo, vastedad fría, cálida soledad, llamadas desde la soledad, lluvia taladrante, noticias serenas...

Fuera del dédalo, distancias corrompidas, enigmas plagados de baches, calles grisáceas, noches de sombras, más frases que aturden, dibujos o fotografías que revelan, sentencias que sentencian, oraciones que desnudan, canciones que lamentan...


Fuera del dédalo, continuidad al camino errado, opción que sugiere más que azar, mirada al pasado y "un paso más al frente".
Agua, fuego, humo, viento...
Sueños, andanzas, planes... todo fuera, muy fuera del dédalo.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

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Septiembre 30. Fin de un ciclo mensual, de trabajo, de planes y proyectos quizá consumados o no, día último del mes e inicio de un tiempo de incertidumbre...

Para algunos el mejor mes del año, para otros, uno más que posee el año; y cada uno de nosotros sometido en cierta forma a lo repetitivo que se torna conforme transcurren los días... más aún: tiempo de incertidumbre.

Noveno mes que concluye dejando paso al bello octubre. Bello por sus vísperas, por su luna, por festividades culturales propias del mes e inamovible en su sitio en el calendario... almanaque de recuerdos y tiempo de incertidumbre.

Repetitivo, insisto, colmado de una y otra efemérides que sólo intenta diluír más lo que ha sido nuestra historia y que, en muchas ocasiones, confunde el fin primordial del vivir, del existir, del poder poseer y ser poseído amorosamente... tiempo de incertidumbre.

Y no es porque sea sólo en fin de septiembre o en inicio de octubre, la incertidumbre siempre nos pesca, nos alcanza y nos somete aún con más fiereza (aunque no queramos verla, padecerla o sentirla) y dichoso aquel que la omita de sus aconteceres pues, dudo, se considere terrenal o humano.

Y no es porque carezca de fe, es porque sencillamente nos carcome a todos en el planeta y nadie, nadie en absoluto, puede opinar acerca de la certeza de los sucesos próximos (aún se considere vidente, brujo o deidad)... sólo hay incertidumbre a nuestro derredor.


De no ser así, de creer tú que me equivoco, dime entonces por qué es que la siento en tus palabras, la diviso en tos ojos, la transmiten tus manos y la palpo y cato entre tus propios sueños...?

miércoles, 23 de septiembre de 2015

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Qué tristeza el saber que aún existen situaciones que no logro manejar debido a mi manera de ser y que jamás denotan interés, egoísmo o falta de entrega.

Qué tristeza el saber que, el mundo, gira gracias a tanta insensatez, despilfarro, egoísmo, soberbia, valemadrismo y otros tantos adjetivos que debo etiquetar en muchas personas o en la gente en totalidad.

Maravillado estoy con cierto comentario que ha llegado esta tarde a mis oídos desde uno de mis amigos que, asegura, yo no soy de esta ciudad pues, al parecer, la mayoría de la gente es como lo describí líneas atrás y pasan por alto muchos de los valores morales y éticos que deberían regirnos como humanos o empresarios.

Pero no... anteponemos siempre el dinero, el no recibir desdenes, el que subamos de rango o puesto siempre a costa de pisotear a los demás, de aprovecharnos de tal o cual situación o, en definitiva, de sencillamente importarnos un bledo el todo y llevar a cabo nuestro plan a costa de todo y todos.

Peor aún... cuando se trata de captar "la indirecta" de tu colega en pro de un beneficio común y no terminar por entenderlo sino hasta que ya ha pasado la oportunidad y la persona que demanda hacérmelo notar... es ahí justo donde vuelvo a dilucidar con tristeza que "también de este lado" debo apoyar a cierta causa "a costa de alguien"...
Y así sucesivamente.

El laberinto sigue manejando en sus viros el nuevo reto - a sabiendas que he dicho que me encuentro paralelo a él - y, después del todo, sentir que sigo inmerso diga lo que diga e intente hacer lo que intente.


Vaya desde este espacio una disculpa a quienes haya pisoteado en todo lo que esta tarde se decidió pues, termino por entender que, si no entiendes y/o no pretendes entrar al juego, ellos se encargarán de meterte a él.

lunes, 14 de septiembre de 2015

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Supongo que "algo interesante o importante" se gesta cuando todo al derredor mal circunda los aconteceres... Y es que no soy el único.

No pretendo culpar en este escrito a nadie. Bien sabido tengo ya que mucho de todo esto es debido a los propios actos que cobran su debida repercusión en el devenir (aunque también ocurren cosas "por error" y, a pesar de este decir, es también gracias a los errores que se paga).

Más cambios se suceden y entrelazan su maraña de incertidumbre; las conversaciones no llevan a ninguna parte y otros achaques hacen mella para mal, para dar entrada a la duda, para desterrar lo bien terrado y/o para sembrar más inconsistencias.

Tiempos difíciles, insisto... para muchos. Escasez de trabajo, desamor, frío después de la lluvia (a pesar de estar en pleno verano), cambios que no terminan por cimentar nada y declaraciones muy por fuera de lo esperado, cual si llegaran con el simple afán de deteriorar más lo ya deteriorado.

¿Qué diría la guitarra de todo esto? Hasta ella se ha mantenido al márgen, silente, con poca participación (a pesar de lucir su encordadura recién tensada y hacer sonar en ella la mejor de sus voces)... ojalá y ella pudiera hablar.

Mantendríamos así una larga conversación y, sumada a sus sonidos armoniosos, quizá y hasta tuviera el valor de llorar a su lado (cosa que no he podido hacer en estos días y que denotan en mí una severa parquedad emocional mientras, en casa, las situaciones tienden a colmar el desespero... mas ya porto conmigo el que me concierne (a pesar de no mostrarlo y hacerlo evidente).


Debe haber, en resumen, ese "algo" importante y trascendente que marque el cambio esperado...
Sabré esperar pues, dudo, que sea para sumar más decadencia, impaciencia o intolerancia.

sábado, 5 de septiembre de 2015

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Quién te viera desnuda posando para nadie... dejar que sólo sea el sol, la luna o la luz de alguna lámpara la que te posea, la que se vuelque en caricias inasibles en ti y que te recuerde con la tersura que envidian muchas más que a muy temprana edad ya la han perdido.

Quién te viera posando frente al espejo tu último vestido que conforma el acrecentar de tu vestuario; que ese trozo de cristal sea quien abra su enorme boca e intente tragarte al igual que lo hice yo en su momento a pesar de poseer mil imágenes tuyas impresas en papel fotografía o en este formato extraño que es el digital.

Quién pudiera tener tus pies esta noche que se troca agradable en su clima y que sostiene desde su lecho la negrura que oculta el bello color de tu piel... quién fuera el mar que los ha besado, el piso que te ha cargado entera o el calzado delicado que has lucido agregando un hermoso detalle al entorno.

Quién te escuchara como yo aquella ocasión, susurrante a mis oídos, con clamor y tremor sexual chasqueando tus dientes y catando a detalle cada paso, cada cinta, cada respiro, incluso tu silencio...
Quién pudiera hoy saberte feliz y satisfecha de lo logrado, de la dicha de vivir, de poseer femeneidad total.


Quién te tuviera dormida por fin al final del día con tu cansancio en señal de duelo sexual, con la crujía lista para entrar en ella y gozar de la ataduras de Morfeo cargando a cuestas al implacable reloj que sólo quedará como mudo testigo en dichas horas...

Quién fuera yo que te conoce... Quién más que tú para mostrarse...

miércoles, 26 de agosto de 2015

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Nunca me había sentido tan fuera del dédalo como en estos días...
Tan vacío, tan escaso de oportunidades, tan a deshora, reclamando al tiempo la parte proporcional que me daría ciertas respuestas que aún no termino de divisar entre los minutos.

Los sueños han servido para recordarme sobre otros aconteceres que me han llevado al punto de perder por algunas horas la cordura y terminar al amanecer con más dudas aún y con la certeza de que requiero de muchas más noches y menos estrés para vida de descansar.

La lentitud de los momentos mellan en mi canto, en mi búsqueda por algo que de pronto parece sin algo nuevo qué descubrir y lo ya descubierto sólo se ensaña más para recordarme que no existirá algo nuevo tras el entorno.

Las palabras no terminan de cobrar sentido aparente y se ocultan entre imágenes, entre otras voces o en el silencio mismo dando pie a un diálogo sin mesura, sin vestigio, sin consuelo y sin dicha... sí, a pesar de tanta y tanta frase que se mira sencillamente absurda entre las babosadas que publican todos en las redes sociales y que ni ellos terminan por entender o por poner en práctica.

Basta una sola luna para sentir la presión a mi derredor, para temblar un tanto ante la situación y para volver a entender que no habrá más tregua para la ya adquirida... tregua sobre tregua? Color descolorido? Sonidos atonales? Sabor con sinsabor? ...supongo que todo habita en el todo.


Nunca me había sentido tan fuera del dédalo como en estos días...
Tan vacío, tan escaso de oportunidades, tan a deshora, tan falto de perspectiva o movimiento ...y donde, en apariencia, el entrar a un nuevo laberinto se mira ineludible.

sábado, 15 de agosto de 2015

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Ciertamente en un par de segundos la vida te puede dar la vuelta.
En esa cantidad relativa de tiempo se puede sentir lo más preciado, lo más hermoso del ser... y perderlo todo en dicha fracción a la vez.

Nadie nos dijo ni nos dice cómo es que deberíamos vivir, cómo es que deberíamos lidiar con todo esto; no es sino sólo nosotros mismos quienes, a base de "estirones" llevamos el barco a cuestas a pesar del todo sin entender de pronto que no existirá respuesta o recompensa alguna cuando ya no estemos aquí.

No quiero parecer mi escrito un tanto pesimista.

Nadie nos pregunta y cuestiona, nadie se desvive por nosotros mismos, a nadie le importamos tanto como dice... a fin de cuentas cada quien debe "rascarse con sus uñas" y, a pesar del desangro, el continuar es sin duda el único camino que queda en este dédalo o en cualquier otro donde estemos inmersos.

Se dice que es necesario (por lo general) tocar fondo para poder salir o descubrir que se puede, que no resulta imposible y, algunas veces, muchas personas quedan con su intento truncado, sin un aparente objetivo nuevo a trazar o sencillamente vuelven a "lo mismo".

Todas y cada una de las frases colmadas de positivismo y "pa' 'lante" que anegan las redes sociales no son sino una verdadera estupidez cuando quien padece las observa y les resta su importancia... y ni siquiera Dios es capaz de refugiarse en nocotros para vida de mitigar o aplacar la vorágine de acontecimientos que seguimos viviendo mientras padecemos.
No hay pues, palabra alguna que mitigue o que arregle el andar y/o devenir.

Siempre se habla que es el tiempo mismo quien se encargará del todo; que el poner de nuestra parte un poco será suficiente para que, lo demás, haga el resto por añadidura o por ende... mas, resulta tan doloroso observar que hacemos caso omiso del todo a pesar de dichas frases o del tiempo aún con Dios presente frente a nuestros sentidos y entender.
En "el extremo" de las cosas, todos terminamos por alejarnos de aquel dolido o necesitado para dejarle a solas con sus problemas y "resolver" los nuestros. Vaya contradicción!


No es sino hasta hoy en que intento retomar lo perdido u olvidado, en que me aferro de la paciencia y del tiempo, en que recapacito, sopeso, valoro y revaloro lo antes apreciado y que hasta hace unos meses se encontraba inerte o en profundo letargo. Los sueños permanecen pero aquel valor y preciación que solía poseer de mí sigue ausente.

Tendré qué esperar a que lleguen las sorpresas, a que mi derredor se conduela y a que cambie para bien mi propio entorno y así rescatar lo poco o mucho que aún exista en mi interior.
Hoy más que nunca lo necesito... aún sin la "presencia aparente" de Dios.

martes, 4 de agosto de 2015

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Estar aquí (aún fuera del dédalo), significa regresar a mis raíces pero sin "tenerlas"; es volver a donde tú y yo iniciamos el camino, pero ahora sin ti. Significa volar una vez más con los recuerdos sin siquiera tenerlos... contradictoriamente extraño.

Afuera, los autos van y vienen con mucha más frecuencia que antes; el ruido que dejan tras su paso resulta muchas de las horas tan incómodo que "sigo extrañando aquella tranquilidad de mi habitación". Ahora, uno pasa... solitario, se deja oír.

Me pregunto qué hará esa alma despierta a tan altas horas de la noche y la respuesta jamás llega.
He intentado en mi divagar el ponerme incluso al volante de aquel auto y catar así el sentimiento que el chofer lleva... su prisa, su música en el trayecto y, desde ese punto, aclarar mucho de lo que mi inquietud demanda.

Mas, cuando es un auto silente el que pasa, es justo ahí que no entiendo ni quiero entender su proceder o su destino... mi imaginación termina perdida y el entorno no cobra sentido alguno para aquel que se dezplaza.
Ese sentir se ha mostrado para mí estando en carretera.

Yo mismo me he visto desde el exterior de mi propio auto cercano al amanecer con el cansancio en los ojos, la cordura ebria, el amor a flor de piel, la sonrisa apagada solamente por el sueño y el motor del vehículo... y ni siquiera yo mismo descifro lo que se mueve, el que se traslada o el destino a concluír. Todo se vuelve abstracto. Nada cobra sentido y el tiempo inexorable se encarga de traer la luz del nuevo día y se disipa cuanto pudiera soñar aún detrás del volante.

Entonces todo se vuelve un verdadero disfrute; el alba acaricia mi mirada con sus tenues e incipientes rayos, la obscuridad pasa a ese segundo plano e indica el final de algo que llamamos noche y que siempre ha sido cómplice de lo indecible... cierro por un par de segundos mis ojos y, al abrirlos, una clara muestra de satisfacción y vida ilumina mi rostro... entonces quisiera volar hasta el lecho y respirar profundo los olores del hogar. Sentirme amado y parte del todo.


Aquí... sólo escucho a un auto y a otro pasar y, casi sostengo, ninguno de esos choferes podrá sentir lo que yo, amar como yo, descifrar un amanecer como yo...
Cada uno de ellos tendrá su manera... (y no creo que quiera imaginar más la mía que la de aquel).

martes, 28 de julio de 2015

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Algunas veces no sé qué hacer con las fechas.
Ellas, inexorables y repetitivas año con año, representan en ocasiones ser como agujas en el recuerdo y, eso, en definitiva me orillan a desencajar un tanto mi semblante por horas.

La vida del músico debería ser más desenfadada pero, dada esta naturaleza, el alma se sensibiliza en demasía y todo al derredor duele llegado el momento del recuerdo.
Esto es algo que seguramente quien compartió mi vida en un pasado lo sabe pues, si bien he dejado huella (humildemente dicho) en alguien más, dicho "alguien más" también ha marcado con su presencia tanto mi piel como mi interior.

Así pues, en esta fecha (en ocasiones pasadas) ya he escrito acerca de aquella que redunda mi pensamiento (por cierto) desde hace algunos días y, dicho remembrar, no me ha llevado "a ninguna parte" tratándose del desgranar de las situaciones, de aquel recorrido sentimental y, sobre todo, del extraño desenlace que tuvo con lo que, así nomás, una aguja tras otra se clava y la siento a pesar de poder sacar una a una sin mayor conflicto.

No quiero decir aquí que "el daño ya está hecho" pues todo se hizo en su momento, rogué enormemente, intenté de una forma u otra y el desenlace llegó inexorable.
No quiero escribir aquí el "cómo sería" pues sencillamente nunca existió una esperanza sólida en aquellos años y, recapacitando esto, parece absurdo que su recuerdo me llegue pasados poco menos de treinta años.

Ella ni siquiera intuyó cuánto amor derramé entonces, cuánto lloré por meses luego de su negativa rotunda o cuánto soñé con tenerla a mi lado... y lo único que gané de todo esto fue una visita suya una noche previa a la navidad para "robarme un beso" con aliento alcohólico después de un par de años de lo nuestro acontecido.


Mi "colección de agujas" sigue creciendo con cada año que transcurre gracias al calendario repetitivo y otras "colecciones" se suman mientras sigo con vida aunque, fuera del dédalo, suponía que podrían perderse aquellas más longevas...

Hoy miro y reparo tristemente que no es así.

lunes, 20 de julio de 2015

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No fue sino hasta que se miró fuera de su zona de confort cuando supo a ciencia cierta lo que ocurría en su reducido espacio amoroso, sentimental y incluso humano.
De manera obvia es que mi percepción de ello era esa pues él mismo se cerraba su círculo y se mantuvo así por algún par de meses.

Apareció de pronto un "salvavidas" en su laberinto y poco a poco comenzó a retomar ese brío, ese impulso que lo movía aunque su semblante aún mostraba las dagas provocadas por los despojos, por las ausencias y demás llagas que brinda un mal desenlace amoroso.

Dicho "salvavidas" pudiera bien haber sido un ángel pues, probablemente a esta hora en que escribo, se encuentre ya degustando las mismas mieles de la recesión de amor que apenas parecía le sonreía proveniente desde una gran persona.

Mas, el tema, no es este ángel, sino aquel quien, con pocos lustros, ya ha recibido la impresión más grande que sólo el hombre puede tener a lo largo de su vida y que es justo la que ata, la que limita, que castiga bellamente al corazón proveniente desde el sexo opuesto.

Su semblante hoy es otro; su sonrisa revela satisfacción, su palabra fluye segura, su piel sigue erizada desde aquella su primera noche en pro del deseo y/o atracción a primera vista... del enganche, del "conecte", de ese vibrar al unísono tanto estando frente a ella como debajo o por encima de las sábanas una de esas noches memorables.

Las palabras están de más cuando dos almas se funden en una sola aún y cuando apenas intentan reconocerse o muy a pesar de la brevedad de los encuentros...
Qué alegría el poder ser partícipe de la felicidad de aquel y, aunque suene contradictorio, de la tristeza de aquel ángel que mencioné líneas arriba.

La vida no es un azar, no es algo que maneje propia y/o exclusivamente el destino; tampoco creo que fue el momento de ambos para que uno brille y el otro fenezca en apariencia.
La vida misma ofrece esos trances, esos arriba y abajo de y en todos y, a pesar de lo que se diga o se piense, escribí claramente que en este cúmulo de texto existen algunos personajes y, el que más suele resaltar, es el del ángel...


Será por su labor, será por lo divino... será sencillamente por ser quien es.
Sólo espero que pueda mirarse al espejo en días venideros y que sepa con certeza lo que es.
Sólo así todos terminaremos felices esta etapa del cuento... este viro del dédalo.

lunes, 13 de julio de 2015

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Supongo que se puede ser lo que uno es capaz de ser. Nuestra capacidad ciertamente es mucha y, en base a trabajo, trabajo y mucho trabajo (empeño y disciplina) es que se logra casi todo.
En ocasiones nos llevará una vida... algunos casos, otro par de ellas.

Tener a un bebé basta con una noche de sexo y nueve meses más... nos llevará una vida el verlos crecer y desarrollarse como personas (tanto de bien como de mal... eso -casi sostengo- no lo decidimos nosotros como padres).

Beber alcohol hoy, mañana y un tercer y cuarto día consecutivo nos dejará una gran resaca y problemas en el organismo a la larga... jamás, ni aún con siete vidas (o cien) podrías terminar de beber "todo" el vino del planeta.

Nuestra limitación humana nos deja elegir qué podemos ser en base a lo mundano si físicamente se habla... en lo esotérico y espiritual no existe ninguna frontera... el problema podría radicar en querer llevar toda la vida la misma bandera.

Para aquellos otros seres con capacidades limitadas las opciones se reducen , aunque, ya más de alguno de ellos nos ha demostrado ampliamente que no existen límites aún a pesar de su capacidad reducida... y aunque ellos llevan así toda su vida, viven!


En el juego de palabras es que la vida asoma, es que me gustaría verte integrada, que asomaras un poco, sólo un poco, a tu pasado y entendieras cuan importante eres, fuiste y puedes ser para quien tú deseés; que la vida se "acomoda" a tu propia necesidad y capacidad, que no se puede convertir el deseo en amor pues son muy diferentes y que llegará el día en que tu final ocurra.

Supongo que, para ese entonces, ya sabrás con certeza si "deseas otra vida" para concluír con lo inconcluso, para desterrar lo que no desterraste, para amar más de lo que amaste, para sanar lo que no pudiste o para perdonarte a ti mismo (a)...
De no ser así, sencillamente te habrás convertido en un ángel y probablemente quieras sólo estar cerca de alguien en "tu regreso".

lunes, 6 de julio de 2015

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He vuelto aquí... al inicio de las cosas, de mi vida.
Al mismo lugar que me vió llorar por primera vez plagado de añoranza, nostalgia y remembranza al dejar a todos aquellos quienes formaron parte esencial de mi infancia y que seguramente no volvería a ver en años.

Volví, sintiéndome ajeno, un tanto derrotado y con la incertidumbre de los días, del trabajo en equipo o del seno que costosamente se construyó a lo largo de muchos años y donde, al parecer, no pude dejar una buena huella en quien más quise, en quien más idolatré o en quien más confié mi vida entera.

Volví, y la luna se acercó a mí, me llenó de su luz y me hizo recordar lo hermoso que resultó vivir aquí, lo incipiente de mi amor, los gritos de un pasado e incluso lo apagado que estuve en años cuando la amargura amorosa me estrujó con sus fuertes brazos que pude vencer con sólo llorar y "hacer de cuenta" que "nada está perdido".

Volví, a los cuatro muros que conocieron la primer música que brotó desde mi interior, que conocieron los logros, los desatinos, las luchas constantes y los primeros llantos de mi primer hijo.
Muros que se sienten "renovados" conmigo aquí y que intentan acoger mi corazón de la misma manera como lo hicieron en inicio.

Volví, donde mi niñez dejó su huella perenne que vuelvo a considerar; mi amor descansa en un sitio donde nadie lo puede de momento lastimar y mi música renace aquí con más de cuatro lustros de ausencia, diferente, sentida, dolida... especial.
Los llamados definen y marcan diferencia, el humo de mi cigarrillo sofoca y el café acompaña amablemente mi aparente soledad...


Aparente, pues incluso los fantasmas que solía haber aquí, me dieron cierta bienvenida al no mostrarse uraños y dejar que mi persona pudiera descansar la cabeza sobre el humilde lecho que me tendió este destino azaroso... Aparente, pues de cierto sé que ya no pertenezco aquí, que mi corazón anida en otro lugar y que necesitará de más de alguien para ayudarlo a mostrarse de nueva cuenta en quien amo.

No es sólo mi volver, no es sólo mi sentir o mi padecer... es mi vida que se siente confundida incluso en este seno que me vio crecer o dentro de estas cuatro paredes que nunca me extrañaron pues, sabían, que al ausentarme de ellas tendría un mejor futuro...
Futuro que se encuentra hoy en pausa y que en cierta forma me agradece tal.

miércoles, 1 de julio de 2015

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Resulta curioso el cómo es que muchas frases se acomodan a nuestro vivir conforme suceden situaciones o nos miramos envueltos en algún viro dentro del laberinto.

Me recuerdo así, haciendo zetas o eses para vida de lograr burlar al menos algunos de los obstáculos que se atravesaron en mi pasado.
Leo escritos de mi pasado y sonrío o muestra mi rostro cierto gesto de inconformidad que sencillamente sólo dibuja eso: un pasado.

Se habla del destino, de los últimos momentos, de las resoluciones y decisiones que destruyen, deterioran o mejoran el haber y estar. La "suerte" se inmiscuye o entromete y al final de cada escrito no se logra llegar a ningún punto en específico y todo tiende a ser un cúmulo de frases que sólo redundan en dicho viro del dédalo.

Mientras todo eso merma nuestro tiempo, el derredor sigue su curso, se mueve, la vida sigue y otra nueva etapa se gesta... qué lamentable resulta entonces el sentirnos "estancados" gracias a ese recapacitar que, si bien es útil, tiende a ser dañino si la espera permanece por mucho.

Y muchas más frases se muestran escritas ante mis ojos gracias las redes sociales y me duele mucho el que tengamos que denostar siempre que "carecemos de frases propias" (pues casi todas las que miro son "de alguien más" y no de quien las publica); carecemos de decisiones propias y "dejamos" que los demás "decidan por nosotros"; pagamos terapias costosas entorno a esto y, al final, seguimos estancados (y sin dinero).

Muchas veces en mi pasado (cuando el bum del e-mail estalló) pedí, casi rogué a mis amistades que no me enviaran esas famosas "cadenas" tanto publicitarias como de "buenos deseos o pensamientos"... pues, para mí, es mucho más valioso algo que emerja desde el interior de la persona y me lo haga saber por medio del teléfono o la misma Internet.
De nada sirvieron mis ruegos... y veo con tristeza que "siguen haciendo lo mismo".

Es entonces que vuelvo a entender que no hemos avanzado nada como personas, como humanos pensantes o como entes plagados de afecto y sentimiento que termina, dados los hechos, siendo reprimido por la mente, por el temor o por "el qué dirán" de esto o aquello que digo, publico o comparto.


Decía un amigo: es triste la tristeza!  ...y, al paso que vamos, quizá debamos decir: hasta la aparente felicidad refleja un gran dejo de tristeza!

jueves, 25 de junio de 2015

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Supongo que, en algún momento, las frases han de salir a relucir; que lo antes dicho tendrá su repercusión (como ha sido siempre) y que lo callado se mostrará más intermitente y lastimero en la mente de quien lo ha callado.

Supongo que, en algún momento, la lucidez tendrá su sitio en el mejor de los rincones y obrará de la mejor manera en todos quienes estamos inmersos en la estrechez del dédalo pues, mientras yo sé que me encuentro fuera de él, dicha lucidez sólo genera confusión y termino por creer que "la estoy confundiendo".

Supongo que, en algún momento, cada comentario externo obedece a ese deseo de esclarecer las cosas, de mitigar cierto dolor y, de alguna manera, termino engañado del todo y sin un buen consuelo, con más distracción y con mayor bruma que la que ya poseía hace algunos meses atrás.

Supongo que, en algún momento, el tema cultural (hablando en específico de la cultura en cuanto a la costumbre como tal) colmará de más desaciertos y pulsaciones que darán sólo destellos de esperanza, sigilos de paz, esbozos de comprensión y/o gotas de amor que me llevarán a una nueva etapa, a una nueva fase de mi momento.

Supongo que, en algún momento, el ser humano como tal deberá entender cientos de cosas (aunque dicho entender le lleve años o varias vidas), que luchará incamsable por aquella lucidez de la que hablé unas líneas atrás y, cuando eso ocurra, ojalá y terminbe "infectado" de esa que pareciera enfermedad y que, casi sostengo, llevará a la gente a un mejor plano.

Supongo que, en algún momento, mi vida deberá cobrar un nuevo viro, el cual, no deseo forzar y, aunque pareciera que hablo de estar inmerso en algún laberinto, en este momento obedece dicha frase a otro menester pues, estando fuera, me he mantenido más observador, menos tolerante y percibo un atraso importante en ciertos aspectos.

Supongo que, en algún momento, si bien me aferré del silencio, esta vez parece no ser el mejor de los aliados y no logro conectar bien mis ideas con mis palabras... no resulta coherente, sustancial o preciso lo que he dicho en los últimos meses.


Supongo que, en algún momento, todo esto debe cobrar sentido para mí y otros que arrastro mientras tanto...
Sólo deseo que no me lleve una vida más el desgranarlo o que me invada la respuesta plena y ocurra sin percatarme debido a mi decepción.

jueves, 18 de junio de 2015

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Hoy, entre rupturas, decesos, treguas, espacios, lágrimas, regaños y otros enseres propios del vivir.

Hoy, aún sin dédalo, sin la esencia que podría hacerme volar y erradicar mucho de lo que siento arraigado y que no me permite desenvolverme con la soltura que desearía.
Aún sin fundamento respecto a lo vivido y sintiendo que el entorno está igual; que somos simples marionetas de la vida y, en el "querer dotarnos de cordura", terminamos destruyendo aún más lo poco construído.

Hoy, colmado de crudez, de detalles que no dicen mucho a los demás aún a sabiendas que salieron del corazón.
Colmado de frases que el mismo derredor te brinda y que te orillan sólo a desmentir, a llorar, a maldecir un poco y a recapacitar sin llegar a la determinación deseada.

Hoy, un día más en soledad, en las afueras de lo que bien puede ser un laberinto virtual y que, seguramente, me ha tenido atrapado sin darme cuenta creyendo que estaba sólo fuera de él.
Abrir y cerrar los ojos como tratando de saberme en un sueño, uno de esos que no son "bien recibidos" y del que indiscutiblemente se debe despertar.

Hoy, donde otros pequeños seres se acercan a brindarme su mundo incondicional, que fungen como duendes y mediadores de la cruda realidad y que a la vez hacen ver a estas letras como simples grafías que no dicen nada en absoluto.
Donde otros sencillamente opinan sin tener la gana, la experiencia o ejemplo para hacerlo y, los que sí, sencillamente callan y dejan que todo suceda.

Tanto hoy, como ayer, tienen que ver para mi mañana. Mis sueños o pesadillas deberán encontrar un mejor nido y, mientras se siga gestando la música, habrá esa condición que me aclare el camino en cualquiera de los laberintos que esté pisando... aún creyendo que sigo fuera de.


Tanto tú como yo tendremos esta vez (y como tantas otras) agarrado al destino por sus recovecos e intentaremos hacerlo virar a nuestro favor... aunque sea por separado.

jueves, 4 de junio de 2015

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Existe una ruta donde acudo con mi bicicleta a hacer un poco de ejercicio.
Se trata de un par de calles que confluyen a manera de "ele" con una pequeña glorieta en su vértice. No sé cuánto mide el recorrido y, mi ir y venir por el lugar, depende del número de vueltas que suelo recorrer.

Ahí, a lo largo de algunos años, he visto cómo se ha modificado el entorno. Han desgastado más el asfalto los tantos vehículos que por ahí transitan debido al crecimiento urbano del entorno e, incluso, el aroma que despedía la alberca que se encuentra por el lugar debido a una escuela de natación, ya no es tan marcado como antes.

He visto ahí a grupos de aficionados al modelismo, tanto de vehículos como de aviones y ha servido dicha calle para enseñar a manejar a algunas personas.
Otros, que ya bien manejan, usan el espacio para gastar sus neumáticos en muestra de estupidez o de amor al aroma del caucho quemado y "untado" en el pavimento.

Vuelta tras vuelta, en inicio, disfruté enormemente del viento (ese mismo que aún me sigue acompañando, aunque ahora más impregnado de smog debido a la gran cantidad de autos que me rebasan y hacen sonar su claxon cuando me muestro ante ellos como una amenaza vial).
Disfruté mucho de ciertos atardeceres y alguna que otra vez la lluvia no me permitió terminar mi recorrido. Las fallas en mi bicicleta fueron pocas. Una ponchadura y una cadena suelta.

Otras personas han usado el lugar para hacer llamadas telefónicas, para conversar con alguna persona en el interior de su auto o para llevar a su perro a cagar y no limpiar pues, el espacio abierto, es más que el ocupado por fincas y/o establecimientos.

Hoy día, en dos de sus esquinas y sobre la calle, existen dos puestos grandes de comida: uno de tacos comunes y otro de mariscos donde venden "ceviche mitotero" como "el plato fuerte" del lugar.
Mas, lo que siempre ha llamado mi atención, han sido un par de ocasiones en que alguna mujer se detiene en su auto y, mientras habla por teléfono y observa el atardecer, manotea y llora en el interior del vehículo.


Supongo que "debo dejar" que las personas esclarezcan sus ideas así, sacando su frustración a través del llanto o el enojo para, más tranquilas, puedan discernir lo que harán.
El problema recae justo ahí, en ese inter y momento... pues, mientras yo disfruto del recorrido y la tarde, alguien más llora y padece...

Perdón, pero no puedo permanecer inmune ante tales muestras de dolor... (aún que dichas personas ostenten buenos autos o sea alguna mujer que, así al pasar, se le pueda apreciar hermosa).

domingo, 31 de mayo de 2015

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Hoy, emberrinchado y muy molesto aún, me acerco a este espacio para quejarme del estereotipo masculino y femenino que ha dado forma, margen y constancia a las relaciones a través de los años.

Aquellos tiempos en que el hombre era el proveedor y sustento de la familia y donde la mujer permanecía cual bulto preparando de comer, planchando, atendiendo a los hijos y haciéndose gorda y fea, casi fosilizándose en casa.
Esto, modelo establecido y aceptado por la sociedad.

Aquellos tiempos en que las serenatas estaban siempre a la orden en algunas madrugadas, muy marcado en un diez de mayo y en el día del amor y la amistad.
Modelo establecido y aceptado por la sociedad.

El fuerte de casa, el que con sudor de su frente dota de seguridad, atención y vigor el hogar, apoyo moral de la esposa en la sadul y la enfermedad y que bien puede ausentarse con los amigos por un día entero si se desea.
Modelo establecido y aceptado por la sociedad.

El que se "debe perdonar" al hombre cuando comete adulterio (por naturaleza) y "denigrar al máximo a la mujer" cuando es ella la que engaña... y así muchos otros ejemplos.
Todos ellos estereotipos aceptados por la sociedad a través de los años.

Luego, la lucha de igualdades. Los derechos de la mujer, el día internacional de la mujer y decenas de cosas más que la sociedad creó como conducta y que aceptó para dar pie a nuevos modelos establecidos.

A pesar de todo esto, es casi siempre el hombre (hoy día) el que debe tener y seguir contando con la iniciativa ante cualquier cosa frente a la mujer (séase sexo, cariño, propuesta, plan, salida o adquirir algún bien). Aquí, no caben las "igualdades" pues, la mujer, en mi apreciación, sólo espera que sea el hombre el de la iniciativa y, después, ella verá si se consuma una cosa u otra o sencillamente se descarta.
No, no se vale.

Extraña es aquella mujer que enaltece a su hombre, que lo idolatra o que admira y que apoya y desea en ciento por ciento tanto en las buenas como en las malas rachas... DEBE SER EL HOMBRE SIEMPRE QUE ENALTEZCA, ADMIRE, APOYE, DESEÉ E IDOLATRE A LA MUJER???


Créame, también los hombres necesitamos de que se rompan ciertos estereotipos y nos hagan sentir "mujer" (deseados, amados, idolatrados y admirados)...
Cómo es que "aquí no puede haber igualdad"?

domingo, 24 de mayo de 2015

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Y sentirse tan fuera del dédalo como nunca. Haciendo las cosas que eventualmente se pueden hacer pero con un carácter vacuo, ajeno, con ese cierto toque que te brindan los demás y que hacen que "el mundo ruede" con sus propios viros haciendote poco partícipe de él.

Algunos otros podrán decir que es uno mismo quien debe ponerse activo en dicho mundo, en tal o cual actividad y hacerse partícipe de cada laberinto aún recorriendo el propio mas, ¿qué hacer cuando por más que lo intentas no lo logras?

Las palabras y las frases siguen sobrando pues a la vez pareciera que dicho mundo tiene o muestra oídos sordos ante lo fuerte o alto que pudiera alcanzar tu voz, tu grito o tu sentencia y llamado de "auxilio".

Nadie, ni siquiera yo, puedo encontrar el "salvavidas" en algún rincón extraviado estando aquí fuera.
Que, si bien ya he dicho que todo se mira muy diferente desde esta perspectiva, ya comienzo a creer que se trata de la imágen más real que puedo tener del entorno y, sobre todo, que no tengo control de ello o sencillamente lo lo puedo creer o aceptar.

Pero no, no me gustaría estar inmerso en otros ojos o en otro ente para vida de generar resultados diferentes; supongo que dichos resultados o perspectivas las consigue uno mismo y, si bien se es dueño del propio destino, ello pudiera resultar en sentencia o muerte anunciada tanto para mí como para el propio dédalo en determinado momento.

Algo que lastima bastante es la burla... y, ella, a pesar de creer que me resultaba inmune, se regodea bastante conforme se suscita una acción u otra en este exterior.
Aquí es donde cabe a la perfección aquello del "ojos que no ven, corazón que no siente"...


Mas, eso, lo dejo para quien no tiene corazón u ojos pues, lo evidente, siempre suele reflejarse en el sentimiento y llegar a dañar lo que solíamos saber dentro de nosotros como "indañable".

Una profunda tristeza nubla mi vista y mi razón este día, aún, sin mostrar que mi alma llore o alguna de mis pupilas derrame alguna lágrima.
Eso se siente y, quizá hasta deseo, que alguien lo note.

jueves, 21 de mayo de 2015

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Algunas ocasiones, estando fuera del dédalo, el "omitirse" o "esconderse" por algunos días es necesario. Esto, en alusión a la tardanza de mi escrito en este espacio.
Ahora la visita fue a la playa y, muy independiente de todo, la estancia con la familia fue excepcional.

Ahí, me reencontré con el ser humano, con el esposo, con el padre e incluso con el amante que llevo dentro y, aunque no resulta nunca del todo fácil, en esta ocasión lo único que me traje fue un grato ardor de espalda por el candente sol que predominó en el lugar.

Fue grato el saber que, en la urbe, "las cosas sucedían con normalidad", las necesidades se sucedieron y, mi presencia, nuevamente fue demandada.
Mas, fue sumanente grato (insisto) que me demandaba más el entorno que me rodeaba... y sí, fui feliz allá.

Ya con el regreso, algunas noticias dolorosas, dos fallecimientos y ciertas notas en la radio que me retornan a esta realidad que, en ocasiones, pesa.


Ojalá que no pese tanto a ti que me lees.
Me daré oportunidad de desgranar lo vivido allá para plasmar mi nuevo texto mas, no quería, hacerlo hasta entonces. Gracias por recibir mis llanas e insípidas letras esta vez.

martes, 12 de mayo de 2015

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Alguna vez creí el haber insistido ya en este menester del observar desde fuera del dédalo y, de esta forma, poder descifrar (o al menos intentar) cada motor ajeno que hace que las vidas ajenas "se muevan", el cómo se enfrascan en errores y del cómo suponen llevar su vida acorde con los tiempos y los días.

He descubierto muchos detalles que sólo encumbran más a quienes los llevan a cabo y, a pesar de ello, pareciera que "están en lo correcto" cuando los ejecutan.
Intimidaciones, desfalcos, andar errático, excesos, posturas, desvíos sin ton ni son y otros tantos que no quiero ennumerar.

Es justo aquí cuando creo observar el que, probablemente, mi estar fuera del laberinto sea la "causa" que me orille a no entender lo que en realidad ocurre en mi entorno pues, ellos inmersos en el suyo, realizan cada viro con la certeza de que "están en lo correcto" y transcurre su ir y venir con suma naturalidad.
Algunos de los integrantes de mi familia están bajo este "régimen".

Sí, entiendo, que no soy nadie para juzgar y, créanme, no lo hago; sólo intento descifrar su motor, su motivo, su arista, y sonreír a costa de mi tristeza y apoyarme en cierta felicidad ficticia que observo y de la que presumen todos ellos.

Algunos sumergidos en las redes sociales, otros tratando de nutrirse desde ahí, algunos más sin idea perdida del qué significa "ser social" y un tanto más que conforman el grupo de los "amargados" o los "conformistas" pues, "los resignados", ya están en un lugar muy específico en el entorno y en el mundo.
Y no quiero hablar aquí de "los envidiables"... esos serán tema aparte.


Habrá qué seguir ruñiendo de todo este pastel que, por viejo, ya está más que seco y carece de frescura para descifrar quizá lo indescifrable y/o tratar de comprender lo incomprensible.
Sólo espero que no me lleve toda la vida el hacerlo y pueda contar (a mediano plazo) lo que entrelaza lo que se mueve a mi derredor y que me conforma.

lunes, 4 de mayo de 2015

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Mayo inicia con la sensación de estar en el exterior del dédalo más que de costumbre.
El punto radica justo ahí: en "la costumbre".

Alguna vez Juan Gabriel escribió para una de sus canciones que la costumbre es más fuerte que el amor y, el desgranar esa frase, en ocasiones nos lleva años.
Algunos otros más afortunados lo logran en unos pocos meses al estar con su pareja.

Hay otras palabras que se cruzan en la vida de cada relación y el amor (como tal) pareciera que pierde fuerza o pasa desapercibido (en suma apariencia) ante los ojos y actividad en el todo cotidianeidad de la vida marital.
Dichas palabras como responsabilidad, tolerancia, cariño, apoyo, comprensión, dedicación, cuidado y otras más son a las que me refiero.

Muchas veces, al tratar de descifrar el verdadero significado del amor y lo que en sí "debe representar", solemos caer en sumas contradicciones y en desviaciones que no nos llevan a ninguna parte y terminamos confundiendo el verdadero y profundo significado de dicha palabra.
Suponemos entonces que no conocemos en realidad lo que significa y cómo se describe cada sensación de lo vivido u ocurrido en nuestro interior cuando se está en amasiato o en matrimonio.

De manera por demás lamentable, nos lluevan comentarios u opiniones que sólo bifurcan y entorpecen más nuestro conocimiento pues, todos opinan, conforme "les fue o va en el baile". Los prismas refractan la luz de manera diferente si dicha luz es desde direcciones distintas.

Mi "postura como hombre" (varón) en todo este sentido ciertamente tiende a simplificar las cosas, a no buscar "traspiés" y a intentar llevar el todo de una manera más sencilla, quizá cordial y hasta práctica. Sin embargo, mi vida está acompañada de una mujer y, ella, tiende a opinar y a magnificar lo que yo observo y considero que debería ser más simple.
Tristemente todo esto ha mermado ya bastante a la propia relación y constituye una amenaza (por decirlo de alguna forma) a nuestra familia.


Habrá qué tomar más cartas en el asunto, remozar algunos votos o romperlos en definitiva, adecuarnos un tanto más el uno del otro e intentar redefinir esa "costumbre" que distrae por completo lo que a nuestro matrimonio refiere pues, de no ser así, se supone que seguimos acompañándonos uno del otro sólo cual si fuéramos hermanos, buenos cuates o siendo inquilino el uno del otro.

sábado, 25 de abril de 2015

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El texto decía: Cuando sientas que caes mal a alguien sin razón alguna, dale una buena causa para que ello se afirme en dicha persona.

Y es que no ha sido una vez en que, por causas aparentemente ajenas o extrañas, el rostro de aquel o aquella se muestra incómodo con mi presencia cuando, según yo, no hay razón alguna para eso.
Lo viví alguna vez al ser sincero, lo confirmé cuando le hice ver la verdad de las cosas a otra, una más cuando cambié de parecer respecto a algo o algún sentimiento y así con otros menesteres.

Mas, qué se puede pensar y/o creer cuando, en tu "fan-page" en Facebook te aparece una serie de mensajes diciéndote "te odio", "ojalá nunca te hubiera conocido" y un tercero más que rezaba "por tu culpa ya no quiere nada conmigo"...
Mi primer gesto se hizo notar y se reflejó de inmediato en mi estómago y me distrajo toda esa noche mientras desempeñaba mi trabajo.

No fue sino algunas horas después en que pude cerciorarme de dónde provenían los mensajes y supe entonces que todo fue un error. El hecho de que mi nombre sea Eduardo Ulloa no significa que sólo exista yo en el mundo con dicho nombre. Más de dos decenas existen ya en dicha red social e, incluso, existe uno o dos más con mi apellido materno también haciendo de todo esto una de las razones más propias para posibles o probables confusiones.

Y es que en verdad no he hecho nada en meses para dar pie a envidias, malos ratos o para simplemente caer mal a alguien y, si bien me gustó aquella frase que mencioné en inicio, no es mi estilo el seguir al pie ni esa ni otra sentencia que me orille a caer mal o a "superar" lo aparentemente insuperable en lo que a lo mundano o sentimental refiere.
Considero que, a mis años, ya es difícil que algo me haga cambiar o me defina más en rubros o aristas propios de la ola o mar que representa tanto una red social como la vida misma.


Más me mueve el seguir impulsando buenos sentimientos, seguir proponiendo la música y conservar lo poco que tengo en el ámbito laboral, sentimental y familiar... y, aunque no niego que me provocó cierto escozor dichos mensajes, supongo que fue sencillamente porque no suelo dar pie (al menos no intencionalmente) a desear caer mal a alguien o a ser en esencia una persona que naturalmente provoca odio con el simple hecho de mostrarse.

Lo lamento mi estimada Javi Vasquez (Chile)... no soy yo.

sábado, 18 de abril de 2015

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Vamos... de cualquier forma estamos aquí. Se puede hacer y deshacer; se puede estar y no a la vez. Se puede hacer el llamado alguna que otra vez y, como dice Aute "por saber de tu vida no creo que vulnere ningún mandamiento".

Vamos... qué se necesita para estar un poco dentro de tu círculo? Maestro aquí, maestro allá (y no hablo de mí, pues no soy maestro) y, sólo por ese mote, sentirte inalcanzable, lejano de lo mundano cuando, todos sabemos, es sólo lo mundano lo que nos hace idénticos aunados a la humanidad.

Vamos... que no sería propio del olvido el tener qué estar así. No considero al olvido como una "ley" que hay que acatar con todas sus pocas vertientes y, para ser más claro, no conozco a nadie que diga que realmente ha olvidado.

Vamos... que quiero dejar perenne esta expresión de desgana, de potencial resguardo para un día posterior donde se puedan abrir nuevamente las alas, donde se vuelva a ver salir el sol, donde el entorno juzgue y propicie el reencuentro y permanezca en cada nuevo amanecer.

Vamos... que ni la noche acompañada del sueño es capaz de retener, de resguardar con celo, de mitigar siquiera lo inmitigable; que hoy me percato que no pueden los años con todo este menester y que sólo es el orgullo el que está de por medio... el orgullo o el capricho.


Vamos... o debera decir "vaya!"?  (no sé si quedó "claro" de cualquier manera...)

viernes, 10 de abril de 2015

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Hace unos días aquí en el estado emboscaron a un grupo de policías en una rúa donde, con lujo de saña y abuso de poder, los llamados "Cartel nueva generación" mataron a quince.
La noticia corrió de prisa y, gracias incluso a las redes sociales y a cierta amistad que poseo en dicha red, me enteré de la indignación de muchos.

Hubo quejas muy recientemente por parte de algunos policías entorno a esto pues, decían ellos, "si matan a estudiantes se arma un desmadre y, si los caídos son policías, nadie hace tanto ruido".
Es obvio que esto se presta a diversas vertientes donde la polémica sale a relucir pues, todos, en absoluto todos, podeemos o somos parte de una familia que termina devastada con cada pérdida humana y, eso, justamente era parte del reclamo institucional.

Mas, al punto que quiero llegar, es justo aquel o aquellos extorsionadores que llaman por teléfono para amedrentar, amenazar y, de paso, solicitar dinero engañando a la prole y a ciudadanos como tú y yo.
Hoy me tocó a mí.

Parte de la llamada debí haberla grabado pero, como llamaron a mi número de casa, no pude hacerlo.
El asunto era que este hombre pendejo (que se hacía pasar por licenciado), utilizó una estrategia muy absurda al decirme que, en determinada junta social donde acudió el gobernador del estado (Jorge Aristóteles Sandoval Díaz) le dió instrucciones para que, a sabiendas que yo era un ciudadano pacífico, él, y con ayuda del propio cártel nueva generación, me iban a proporcionar seguridad a cambio de una módica suma de dinero... (pues algunos otros cárteles ya se habían querido filtrar aquí en mi calle y en mi colonia... hágame el re-puto favor!)
Así de mamón! y más bla bla bla...

Sepa usted, querido lector, que, en caso de que me pueda llevar la chingada en manos de este o aquel cártel, eso es algo que no podré remediar en su momento pues, estos sicarios van con todo sobre sus presas y no se tientan el corazón ante nada ni nadie y, en base a esto, si yo soy un blanco próximo, pues qué le hacemos...
Peor aún, ojalá supiera este estúpido licenciado vale verga, que mi trabajo estuvo totalmente truncado en días recientes y, en el instante en que llamó, ni siquiera tenía diez pesos en mi bolsillo para dar de comer a mi familia con lo que, más que preocuparme por "seguridad comprada" o "cuidarme de este o aquel cártel", era sencillamente trabajar para lograr traer el sustento a mi lar.

Cómo le piden peras al olmo?
No tengo dinero, pendejo! y, si lo tuviera, lo invertiría en alimento y medicamentos para mi familia... no en "comprar seguridad" de un cartel tal ni de su puta madre!
...por otro lado, la incoherencia de mencionar al gobernador del estado es por demás patético! ...que, aún que trabajen en contubernio dicho gobernador con este o aquel cártel es cosa que me tiene por demás en el iceberg del valemadrismo pleno pues, mis preocupaciones y problemas, nadie!, sólo yo, las puedo sacar avante!


Y es que, insisto, si caigo en manos de estos culeros, Dios sabrá por qué y cuándo. No podré entonces hacer nada al respecto aún así haya "pagado" o no.
...y me importa siete chingadas de dónde es que este baboso tomó prestado el directorio telefónico de mi ciudad para joder a quien se deje.

Y es que, ni tan baboso o pendejo a fin de cuentas, pues es más fácil para él llamar hasta acá y poder eludir los filtros e identificadores de llamadas locales cuando, su número, indicaba que estaba en la ciudad de Puebla... Vaya usted a saber!

¡En qué buen arista y viro de su puto dédalo me metió este hijo de su rechingada madre!

lunes, 6 de abril de 2015

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Esta semana, vueltas y vueltas al dial televisivo para sólo tener lo que un sólo libro relata, lo que decenas de directores han llevado a la pantalla tanto chica como al celuloide y, meternos, al prototipo de hombre que fue Jesús sobre esta faz terrestre hace más o menos dos mil años. Y enfatizo sólo en la terquedad de la iglesia.

México goza de los peores lectores a nivel mundial y, es absurdo, que traten de confiar en absoluto su vida y porvenir en un libro... UNO, cuando ni siquiera leen por costumbre o por afán de conocer!

Los bombardeos, por otro lado, de las inútiles campañas políticas que apenan inician y que terminarán derrochando millones y millones de pesos a los medios masivos resultan siempre tan patéticos cuando, para mí por ejemplo, esta semana no pude trabajar gracias a la "semana mayor" y al cierre de establecimientos, cafés y/o restaurantes y bares... y para millones de entes más que ni siquiera pueden acceder a un trabajo formal y a un sueldo digno...

Y sé que no debería quejarme pues, tengo, poco pero tengo! cuando muchos otros en verdad no tienen nada.
Aquí, perdón si enfaticé en la "terquedad de la iglesia"... no era mi intención. (Incluso, perdón si me lees algo irónico. No pretendo eso).

Así, mientras una preocupación se suma a otra y se "enciman" provocando que nuestro cuello se encorve o nuestra cabeza decaiga, la familia no "se queda atrás" y brinda un detalle más al sin número de aristas por los cuales debe atravesar mi luz que, al final del prisma, termina tan bifurcado y "sin sentido" que sencillamente deja de parecer luz.


Al parecer, este estar "fuera del dédalo" en ocasiones me indica que realmente sigo dentro de otro más enorme que el primero y donde, el escapar, atravesar o entender, resulta mucho más complejo y difícil.
Hacía tiempo que deseaba escribir esto pero me detuve entonces porque, creí entender en determinado momento, que uno mismo era quien hacía difícil tal laberinto y no existía tal "a fin de cuentas"... pero, muchas veces todo indica lo contrario.

viernes, 27 de marzo de 2015

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No sé qué seria de nosotros sin ella. En esta historia que juntos hemos forjado, y de la cual ya han transcurrido años de todo este devenir.
Ella, nos ha aportado cosas súmamente sensibles y, algunas otras las llevo sólo en el recuerdo...

Y es que pareciera que pocas veces le cambia el humor, que disfruta siendo como es y teniendo la vida que tiene. Escasa, muy escasa vez se le escucha gemir y/o renegar por todo lo que tuvo o por todo lo que tiene.

Ciertamente, en días pasados lloraba, y aunque nunca nos dijo el por qué de su llanto, sólo dejamos que transcurrieran algunas horas para ya tener la calma que todo el ambiente hogareño necesitaba.

En dichos días pasados tuvo problemas con algunos vecinos que, en apariencia, pudo sobrellevar y encontrar la total solución a cuanto reclamo o crítica recibió desde ellos y, por ejemplo, hoy canta... sí, canta mucho más a menudo que antes, deja que su melodiosa voz nos invada, nos enamore y colme el recinto tanto de al lado como el nuestro (aunque en gran parte de las ocasiones la selección musical que corea no es tan grata para nuestros oídos y, a pesar de ello, se le escucha disfrutando cada fraseo, cada párrafo, cada intervalo y melodía).

Su risa... qué decir de esa risa inquietante, lúgubre, que se escucha a manera de venganza o la que sólo invita a la misma sonrisa de quien está cercano a ella. Su andar, por otra parte, misterioso, pausado y sereno, algo tan especial de ella que jamás olvidaré.

Su mirada, "escondida" siempre tras esos anteojos, jamás dejó entrever nada incierto o inquisitorio hacia otras personas... y su cuerpo, siempre oculto, tanto cuello como espalda y pies; sin comentario alguno a dicho respecto.


Sí, ella nos ha aportado cosas súmamente sensibles y algunas otras las llevo sólo en un resquiscio del recuerdo pues, hace cientos de días (en verdad y sin exagerar), cientos de días que no ha asomado siquiera su rostro por la ventana o salido al parque a disfrutar del aire fresco matinal o vespertino. Después de aquella fuerte discusión con mi esposa optó por no salir más de su casa.

Existen temporadas (que pueden llegar a sumar meses) donde ni siquiera se le escucha resollar o hablar. Su compañero tiene mucho tiempo ya preparándole sólo licuados y sigue su lar sin muebles de sala, comedor o cilindros de gas para cocinar algo (supongo que no poseen estufa.. para qué?!).
La licuadora es la fiel y leal asesora en lo culinario y la dieta diaria... me pregunto si aún se conserva la mujer con al menos un centímetro de masa muscular (y ruego a Dios que no se le averíe dicho aparato eléctrico... sería triste saber que ella pasaría hambrunas).

Tendré qué esperar no sé cuánto más para vida de verla de nuevo pues, esta mujer sencillamente decidió desconectarse del mundo y, es fecha desde hace al menos tres años, que lo sigue llevando a cabo... y todo, por pelear con mi esposa o renegar con mi hija que en ese entonces tenía pocos años de vida.

Chin! ...no creerán ustedes que mi familia es la culpable directa de la desgracia de ella, verdad?

viernes, 20 de marzo de 2015

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Debido a la cercanía de las vías férreas con el sitio donde vivo, es frecuente mirar a personas originarias de centroamérica pidiendo limosna en cierto par de cruceros por donde habitualmente transito debido a mi trabajo.

Muchas de esas veces son hombres morenos que, sólo por su forma de hablar, se adivina que no son originarios de este país y, "por arte de magia", al día siguiente ya no se miran una vez más en dicho crucero (como normalmente es común para los que suelen limpiar parabrisas o para aquellos otros que suelen hacerlo debido a su incapacidad quizá para trabajar).

Esta tarde el turno fue para una mujer acompañada de un menor al cual no le calculé más de cinco años de edad... más triste no pudo ser la escena.
Con sus ropas sucias y su cabello desaliñado y maltratado por el enorme viaje que seguían realizando pedían dinero para continuar hasta la frontera trepados a manera de "trampa" en el tren y conseguir así llegar al "país de las oportunidades" que tenemos al norte del nuestro.

No pude menos que derramar una lágrima y volver a recapacitar en ese detalle del ofrecer (cosa que no hice) esa mísera parte del enorme gasto que dicho viaje les conlleva, mientras, aquí en casa corren los gastos y el día a día sigue determinado y manejado gracias a lo justo que percibo... vaya, me detuve a darle una moneda y mi interior me lo maldijo al arrancar mi auto con la luz verde pues sí tenía de dicho "excedente" o extra para ellos en lo que a mi economía refiere.

Para este instante en que escribo, recuerdo aún ese cansancio que reflejaba el menor a la vez que seguía a su madre entre los autos y más me deprime mi falta de sentido común, de ayuda al prójimo, a sabiendas, que jamás podré mitigar en todos esta puta falta de dinero en todos aquellos que carecen de él , mientras, los que realmente tienen solvencia, simplemente lo "desperdician" en pendejadas, gastos innecesarios o les importa muy poco lo que al mundo le duela económicamente...


Para este instante en que escribo, tuve lo suficiente para comer, pude poner un poco de gasolina al auto, compré las medicinas que requería para mi familia, un paquete de galletas y unos dulces para mí y mi bolsillo y cartera se vaciaron en totalidad... sí, no tengo nada esta noche conmigo hablando de dinero y me duele más la imagen que quedó atrás en el tiempo en aquel crucero, imagen, que me orilla a llorar un poco y a maldecir mi sentimiento, sensibilidad y posición social... (y a maldecir a la vez ese "pensar más en mí" por un momento que en los demás).

lunes, 16 de marzo de 2015

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Desde el exterior del dédalo leo y escucho a las personas referirse al famoso "febrero loco" de aquellos años pasados cuando, en este marzo, las lluvias llegaron a nuestra ciudad de forma inusitada por más de tres días y se reconsidera la frase una vez más.

Supongo que es sencillamente porque, la "matemática natural" no es la misma desde siempre aunque la quieran ver como "medida" inamovible en el reloj anual del planeta.
Luego, a sabiendas de los ahora ya conocidos eventos como "El Niño y La Niña" (que se presentan alrededor de cuatro años uno tras otro) es por demás obvio que todo se modifica y nada podrá ser "repetitivo" año con año como la gente quiere o espera verlo.

Estonces, qué mejor que disfrutar estos días de lluvias "moja-tarugos" estando en casa bebiendo café, leyendo un buen libro o con los hijos en plena convivencia familiar (aprovechando los días de asueto por los que se atraviesa en el calendario escolar) pues, ni siquiera, se antoja la cerveza, el salir a un parque o a alguna plaza pues, el frío, arrecia con cada día que transcurre húmedo debido a tanta lluvia.

Pero, volviendo al comentario inicial, es preferible saber que la naturaleza no "concede deseos" y hará lo que le venga en gana para intentar sanarse del mal que le hacemos día a día con nuestra acelerada forma de vivir, de producir desechos o de contaminar el aire haciéndonos ver de una forma u otra que, en definitiva, debemos olvidar que existe ya una cronología en los aguaceros, en los cambios de estación o cualquier otro tópico natural que el hombre ha intentado medir en base a los meses.


Por otro lado, más de un video elaborado por computadora en estos días, nos muestra lo minúsculo del planeta comparado sencillamente con nuestro sistema solar (que ni nuestro es) y lo microscópico que se torna el hombre comparado con esto mismo como para quejarnos por problemas o tratar de acaparar bienes o dinero que, en resumen, no significa ni siquiera polvo en la vastedad del todo...

Ahora bien, si sumamos nuestros tsunamis, terremotos, inundaciones, huracanes o cualquier otra contingencia devastadora aquí en la tierra, no significan nada en absoluto frente a lo extremo del clima en cualquier otro planeta de nuestro sistema.

Así que, mejor, no digan nada. Intenten vivir y dejen vivir.

domingo, 8 de marzo de 2015

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Es extraño cuando sucede y, un tanto más, sabiendome fuera del dédalo.
Quiero creer que es justamente por eso: porque "estoy fuera de él".

Y es que en ocasiones me topo con días así donde, por más que se quiera, existen otros factores que "te dejan fuera de la acción" en cualquier ámbito del día o la noche. Aquí, quisero resaltar la noche como tal y que viví anoche donde, por más que me moví y creí estar en el lugar indicado, todo se gestó ajeno a mi voluntad "sacándome del juego" y regresando a casa así, solo, sin éxito, con la gana convertida en fría desgana y con los compromisos echados al traste.

Sabía que la gente se divertía, que las citas se gestaban, que la música se dejaba escuchar aquí y allá, que las tertulias daban textura a lo social de las horas y que las redes sociales crecían en actividad con cada minuto que transcurría mientras yo manejaba de un sitio a otro sin dar con el rincón indicado en la ciudad. Luego, cuando decidí establecerme en uno de ellos, mi actividad inició cuando justo la noche terminaba "quedando fuera" de actividad.

Más tarde me vi en solitario en casa, con un plato de cereal frente a mí y un café más tarde intentó arroparme mientras yacía cansado en cama queriendo conciliar el sueño para olvidar en cierta manera la inope e infructuosa noche. Incluso, ni el sueño mitigó la necesidad sabatina.

Puede observar los rostros de la noche y, en más de alguno, logré percatarme de cierta desazón, de intranquilidad, de molestia o de insatisfacción. No culparía a la luna llena por ello o a la falta de espacios para diversión y/o esparcimiento nocturno pues, las opciones, son muy diversas ya en esta urbe. Sospecho, al final, que probablemente estuve en el lugar equivocado.


Dejaré todo esto como mera reflexión para mí, como una razón más para escribir y como un recordatorio más de que no se puede tener todo en la vida o que sencillamente las cosas no resultarán sólo porque uno quiera.
A veces, nuestra "ley y/o deseo", no aplica en o para todo "el universo".

domingo, 1 de marzo de 2015

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Fuera del dédalo, las cosas comunes cobran sentido, los recuerdos negativos siguen mermando, el paso de los días y otros recordatorios de vida siguen causando similar impresión en mi actividad y, los nuevos encuentros, me dicen y muestran con claridad la diversidad humana... desde los más "pinches" hasta los invaluables.

Qué decir de los cambios que constantemente suceden al derredor; las acciones mal encauzadas, los sucesos que nos ponen a recapacitar, el encuentro con la música o el reencuentro con mi música.
El saberte sobre un escenario y sentir en definitiva que el ambiente entorno "depende de ti"... el volver a entender que la vida sin música es un completo error.

Quién quiere viajar a marte y dar su vida por la ciencia!? Resulta patético el querer descubrir o poblar un nuevo planeta cuando sabemos que aún existen aquí en este planeta cosas por descubrir, hambres que saciar, amores por descubrir, sensaciones por catar, inventos por crear y mejorar todo nuestro entorno y, en pocas palabras, salvar a este mundo de su destrucción debido a nuestro inagotable progreso.

Quién quisiera viajar al pasado para corregir qué cosa de su existencia!? Es mejor y más elocuente el poder aprender de cada erro, de cada logro, de cada intento y de cada pensamiento a sólo creer que con el simple hecho de volver el tiempo se pueda decidir "mejor" cuando, de manera inevitable, todo el destino sería trocado y otros factores influirían en un nuevo devenir que, probablemente, no pueda ser el mejor para nadie.

Quién optaría por dejar lo que está haciendo para cambiar por "algo" que parece mejor?
Quién se sacudiría el polvo y buscaría limpiar su entorno?
Quién querría más estar fuera del laberinto más que yo en este instante? Puedo sostener que a nadie le gustaría quedarse inmerso en su dédalo.


Es acaso que nunca te has despertado por un mal sueño? Querrías mejor seguir inmerso en ese mundo de Morfeo? ...o definitivamente sería mejor el despertar?

Anda... sueña junto conmigo.  Ya nos despertará una pesadilla.

domingo, 22 de febrero de 2015

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Ven, acercate; respira cerca de mí y obtén de nuestro reducido entorno cada aroma que nos envuelve, cada uno de los pocos que aún emanamos cuando intentamos fundirlos en el más asequible a nuestro amor.

Ven, que tu desnudez me embriaga aún mucho más que antes; que me provoca el remontarme a lustros atrás en el tiempo y seguir constatando que la madurez es lo mejor que nos puede tocar... que está por demás el decir que los jóvenes gozarán de sólo eso (su juventud), pero nuestra experiencia, esa les costará mucho más a ellos que lo que a nosotros.

Ven, no dejes que la amargura nos frustre el momento; que la insensatez nos vuelque el corazón o que la incertidumbre acabe pronto con nuestro idilio nocturno... que para eso ya hemos padecido bastante y ha sido sólo por causa mía.

Ven, dejemos que el alcohol provoque en ambos ese estado de relajación suficiente para terminar tendido uno sobre el otro sin colmar el extremo de dicho estado; que es mejor el seguir conscientes del entorno y de continuar con el calor de tus manos o de las mías en cada región de piel que deseen.

Ven, escucha de cerca mi palpitar que yo haré lo propio con el tuyo, y querré entonces terminar dormido acompañado de su ritmo hasta coincidir esperando el amanecer, el calor del día, el clamor del ave, el susurro del viento o del frío invernal que aún nos acompaña noche a noche...


Ven, que yo iré; dame, que te daré... escucha, que yo escucharé... y deja que el tiempo se torne olvido, que el deseo se vuelva miel y que terminen nuestros labios hinchados de tanto besar nuestro cielo y de consumir la tibia piel que aún nos puede envolver.

martes, 10 de febrero de 2015

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No niego que, aún estando dentro del dédalo, me he topado una y diez veces con esos jóvenes que creen que "lo pueden todo" en cuanto a lo musical refiere.

Algunos compañeros músicos, como yo, nos hemos topado incluso con personal en los diversos lugares donde trabajamos que suponen que nuestra labor es más que excelente bien remunerada tanto por el tiempo que nos emplean como por lo "desgastante" de nuestro trabajo que, según ellos y en apariencia, es muy poco.

Muchos escritos desde diferentes músicos han sido posteados en las redes sociales haciendo notar a todos que, en realidad, no resulta "tan sencillo" el ser músico y, aún así, existen muchas personas que siguen pasando por alto cada detalle que concierne a nuestra labor creyendo que es "de lo más cómodo" en cuanto al desempeño refiere.

Y así, puedo seguir mencionando algunos otros detalles más y, volviendo a mi principal comentario, algunos jóvenes siguen creyendo que "pueden con este mundo" que miran como "de lo más sencillo para ejercer".
Bajo esta premisa, se malbaratan en los bares o restaurantes y merman y denigran con esto el salario y trabajo de todos los demás (y aquí hablo de nosotros que tenemos responsabilidades en base a un sustento familiar, mientras que, ellos, sólo lo ven como simple diversión, distracción, pseudo pasión o para tener una vida más adicta al alcohol, las mujeres, las relaciones sociales y, por qué no, hasta los desmanes a altas horas de la noche).

Mas, hoy, recibí una llamada esta tarde de un hombre que me quería contratar en un restaurante que abriría en breve y lo primero que indagó de mi persona o perfil fue mi edad. En verdad creí que sería una especie de broma pero, al decírsela, al poco me comentó que en realidad buscaba a un hombre más joven para que desempeñara el trabajo.
Mi primer instinto fue el de apoyarle a encontrar al músico idóneo para su local pues, por fortuna, conozco a gente joven en el medio y con seguridad alguien respondería apoyado en las redes sociales.

Sólo uno respondió. Admiré su valor al hacerlo y, a la vez, sentí que sencillamente me dijo (sin hacerlo) "hazte a un lado, viejo, deja que nosotros los jóvenes nos hagamos cargo del mundo musical y de su curso" aplicado a bares y/o restaurantes locales.
No quiero ir más a fondo. No quiero mencionar que muchos compañeros (y no músicos) comentaron negativamente la postura de aquel patrón y su preferencia por la edad del que pretendía emplear. No quiero creer que en verdad sólo tengo contactos seniles... pero sí debo comentar que, sólo los seniles, saben lo que consumirán tanto en bares o restaurantes y no será menor el gasto a cien pesos por persona (sólo por dar una cifra).


No puedo creer en verdad que aún existan personas que crean que la imagen del músico debe ser joven y lozana importando poco la experiencia, el filin', la calidad interpretativa y la vastedad de repertorio que posee un músico de mayor edad (eso sin contar la calidad y costo del equipo que nos demanda usar).
Vaya aquí mi más profunda tristeza hacia esas personas y, hacia mis compañeros jóvenes, la gana de que puedan valuar, incluso en este tiempo, la labor tan loable que resulta ser la del músico y no se dejen engañar que "pueden" con todo el paquete sólo por su edad y apariencia.

Y sí... ya sé que me estoy volviendo viejo... pero eso a mí me dice que soy más y mejor en todo... no sólo en la música.

martes, 3 de febrero de 2015

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Sí, lo admito... no soy (y no he podido ser) como tú quisieras que sea.

Fueron años enteros de "pelearme conmigo" respecto a eso, de tratar de agradar al mayor número de personas, de ser tan atractivo y poseer ese ángel que alguien más tiene y puede presumir con el simple hecho de mostrar su sonrisa... pero no, no pude.

En esta actualidad lo "sigo padeciendo" y, en verdad me duele el no poder hacerlo porque, sencillamente, supongo que no soy así... no puedo ser eso o ese que tú deseas que sea.

De hecho, considero incluso absurdo el tener qué escribir estas líneas "tratando de explicarte" y, quizá es por mi simple naturaleza y sensatez, que me atrevo a hacerlo pues, "algo en el fondo", me pide hacerlo para ti... sí, escribí bien: para ti. (echando así una vez más a un lado todo el menester propio de mi integridad y mi primer aseveración y tópico de este escrito).

Supongo que no lo puedo evitar; que resulta más "sencillo" el ofrecer alguna especie de "disculpa" en este espacio que el tú escribir algo similar para mí a manera de comprensión, de entendimiento pleno de quién es quien te escribe y del cómo abro mi corazón hacia ti para que lo puedas mirar en su interior.

Sí, admito también que mi manera de "querer ser" tampoco resultó de tu agrado con lo que, en definitiva, sólo queda éste quien soy y nada más.
Esto que soy, esto que llena el espacio que ocupo, este mismo que canta, que llora, que necesita, que sigue siendo tan sensible como pocos, que se llena de amargura gracias a los demás, que desiste de mucho, que encuentra poco atractivo lo que para muchos más es en demasía, que prefiere callar muchas de tantas ocasiones, que piensa un poco más allá y diferente que tú... que escucha diferente y que en ocasiones consideras sordo.


Sí, lo admito... no soy (y no he podido ser) como tú quisieras que sea... pero, acaso tú si has podido ser lo que otros desean que fueras?
Verdad que todo este "juego" parece patético?

martes, 27 de enero de 2015

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Sé que en ocasiones, estando fuera del dédalo, intento guardar un poco más las emociones para, luego de disfrutarlas y darles su cauce, compartirlas aquí con el más vívido deseo de contagiarles y de que compartan conmigo esa pequeña ventana que describo de mi vida.

Mas, sin embargo, muchas veces he creído que mi vida en sí no representa gran cosa ni para el medio y mucho menos para el mundo entero; mi trabajo musical se resume a unos pocos logros y mi vida entera gira entorno a la familia mucho más en este tiempo que en el pasado.

Entonces, qué resultaría si para tus hijos sólo eres un monigote sin jerarquía?  Sin voz de mando? ...con rumbo más que incierto y, lo que es peor, sin esos planes y/o proyectos ambiciosos a largo o mediano plazo?

Qué resulta de todo este "experimento de vida" que concluye con una discusión absurda entre padre e hijo?
De qué sirve entonces tanto, tanto y todo aquel pasado donde las muestras de afecto y cuidado se manifestaron y "terminaron de alguna forma" más que bifurcadas y revertidas en sendas posturas mediocres donde de ninguna manera predomina el silencio y la ecuanimidad para aminorar cualquier daño posterior?

Cuál es entonces, me pregunto hoy, el real sentido, valor y educación que debe otorgarle uno a sus hijos si llegan a esa edad donde te pierden el respeto, donde no comprenden el papel que cada uno en la familia representa y donde se malentiende cada haz de luz que se desprende de su prisma...

Por qué se debe siempre pagar con lágrimas, dolor abdominal, diarrea o ayuno...  O es que "sólo el sillón" entiende del por qué de su uso toda la madrugada?  ...o él también termina por no entender...


Sé que en ocasiones, siguiendo fuera del dédalo, intento guardar un poco más las emociones para, luego de disfrutarlas y darles su cauce, compartirlas aquí con el más vívido deseo de contagiarles y de que compartan conmigo esa pequeña ventana que describo de mi vida...

...lástima que esta vez no pude.

viernes, 16 de enero de 2015

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En esta ocasión cabe a la perfección el nombre de este espacio. Y es que, fuera del dédalo, es que poco a poco me entero de todo lo que ha acontecido en un pasado en algunos de los conocidos y contactos que ahora poseo en Facebook debido a mi tardía por decidir tener una cuenta personal en dicha red social.

Y no fue sino gracias a Genaro González y Amado Almaráz en que, en una charla de café, nos "pusimos al día" en determinados tópicos que conciernen a nuestro entorno tanto personal como musical.
Así, fue que me enteré de cierto seguimiento de vida del menor Dylan Díaz Ortíz. (hijo de Mauricio Díaz y María José Ortíz Mena)

Fue gratamente hermoso el dar seguimiento de su avance mundano, y desde 2010, gracias al "muro" de su madre. Las fotografías que ella publicó, casi siempre tomadas con una cámara profesional, dieron a dicho seguimiento un momento muy especial y cálido, haciendo por instantes que fuera partícipe de su alegría gracias tanto a los comentarios como a las simples imágenes.

Actividades, momentos estáticos, visitas, familiares otros, nuestro querido "hueso" como parte esencial del todo y por supuesto su madre quien, haciendo las famosas "selfis" incluyó maravillosamente al menor que aparecía con sus infinitas facetas inocentes y colmadas de brío temprano acordes a su edad.

Está por demás decir que, dando dicho seguimiento al "muro" de Marijose, uno termina infectado de tan bellos momentos impresos y de aquel trío que apareció frecuentemente en cada imagen... y es justo ahí que también termina por impactar fuertemente la noticia del deceso del menor en noviembre de 2013 pocos días después del cumpleaños del pequeño Dylan.

Leí entonces los comentarios de apoyo y de duelo que hicieron todos aquellos quienes se enteraron en su momento de la muerte del menor y, volví a sostener, que carecemos todos de esas palabras que puedan proporcionar un apoyo moral a quienes padecen la pérdida... incluso, sé de cierto, que este post no servirá de nada para nadie a este respacto y quedará sólo en grafías puestas muy por fuera del laberinto (pues ya he dicho que me entero tardíamente).


Mi comentario final obedece aquí a todos aquellos quienes llevan su "muro" cual bitácora de vida de su familia y nos plagan de notificaciones que sólo "competen a ellos" y a su felicidad haciéndonos (de manera a veces hermosa) tan partícipes que, sí, sí compartimos gran parte de dicha alegría o ese dolor que suma cada suceso o deceso pues, como humanos, una de las principales razones por las que estamos aquí es para dar y sentir amor... de ahí que no podemos mantenernos inmunes a todo cuanto acontece en nuestros cercanos (y aún los no tan cercanos).

Ruego y solicito aquí su comprensión y su perdón.

viernes, 9 de enero de 2015

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En cada "punto y aparte" de cada entrada de este exterior del dédalo se trata de continuar con una secuencia de vida, con un seguimiento a los aconteceres también del derredor y, es muy lamentable, que en ocasiones se "deba detener" el rumbo gracias a acciones o sucesos para recapacitar y semi-revisar el andar.

Y como ejemplos: "el tiempo se detuvo" cuando tuve en el escenario a personalidades maravillosas este pasado miércoles en Rojo Café. Personas que han sido parte importante y esencial en mi devenir musical y/o profesional... a todos ellos, gracias por detener mi andar.

"El tiempo se detuvo" cuando topé de nueva cuenta (y luego de casi veintitantos años) a aquel profesor que me colmó de sensibilidad, vida, sencillez y amor y que, a pesar de "refunfuñar" un tanto y a su manera amena, pudo conpartir conmigo algunos acordes que solicitaban un vínculo universal de amor y felicidad por el encuentro.

"El tiempo se detuvo" cuando tuve esa conversación con otro compañero que retomó de manera inteligente su vida personal y al cual vi en unos momentos como espejo mientras me detallaba parte de su acontecer. Resulta por demás decir que mi empatía gritaba por dentro y le abrazaba con cada semblante suyo o con cada resolución que me comentaba había tomado.

"El tiempo se detiene" cuando las redes sociales me acogen y otorgan ese mísero resquicio que se necesita para sentirse vigente y acorde a los mejores protagonistas de la trova y el canto nuestro en México sin que llegue a sentirse cual enorme ego que me enalza sino, insisto, sólo para sentirme parte aún del gremio.


Pero, qué triste es sentir que "se detiene el tiempo" cuando se vuelve a asesinar en nombre de Mahoma, Diós, Alá, Jesucristo o cualquier otro nombre que tenga la deidad que se prefiera.
Qué triste es ver que "se detiene el tiempo" para los fallecidos y que nuestro tiempo sigue corriendo ya sin ellos...
Qué triste es ver que "sólo lo que pensamos y preferimos" es lo absoluto...

Y mucho más triste es ver que sigue transcurriendo el tiempo y nos sentimos inamovibles ante tanta injusticia, ante tanta muestra de indiferencia, ante tanto vuelco negativo hacia el planeta de nuestra parte y un sin fin de etcéteras...

Habrá acaso ese 'alguien' que está sugiriendo quitar la pila o dejar de dar cuerda a nuestros relojes de manera ventajosa?

domingo, 4 de enero de 2015

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A dos mil quince se le ocurre iniciar con pesadumbre, con poca gana de que transcurran sus días y, eso, beneficia aún a muchos que la han seguido pasando de copa de en copa y de celebración en celebración pues, "alarga", el día preciso en que se deba regresar al trabajo, en que regresen los días de escuela y otros asuntos que dan vida y actividad a este enorme rancho llamado Guadalajara.

Dos mil quince inicia para mí con algunas sorpresas, con detalles por demás absurdos por parte de una mujer y algún compañero de trabajo demostrando que vale más "gandalla que otra cosa" en esta vida para poder ser "alguien" o hacer "algo" y aún se dan el lujo del ni siquiera hablarme o de limitarme aún más el entorno... par de pendejos.

Dos mil quince me sigue trayendo en arrastre todo aquel lastre que perjudica mi relación y que cada vez más parece pender de un hilo (como habitualmente se dice). El simple hecho de saberlo no deja margen un tanto holgado de zona de confort con lo que se espera que suceda algo importantemente difícil o crucial en corto plazo aunque, por otro lado, pudiera suceder lo contrario.

Dos mil quince, en sus primeros días, porta más sorpresas que otros inicios de año pasados; hace que se nos erize la piel con el cúmulo de impuestos y otros aumentos que nos vuelcan la economía familiar y forza a trabajar mucho más del doble para vida de subsistir o supervivir pudiendo también con el sostén de la prole... aunque uno quiera trabajar, habrá alguien que se lo impida no por envidia o falta de escrúpulo laboral, sino porque sencillamente circula (al parecer) menos efectivo y... bla bla bla... cosas de la inflación.

Dos mil quince principia para mí con incertidumbre, con "pocas miras a futuro", con la necesidad imperante de vivir más al día que sumergido en el pasado o esperando ese futuro que, sigue, viéndose tan lejos como nunca y tan cerca como inalcanzable.
Llega, con noticias que nos tuercen la boca en mueca de incredulidad o de incertidumbre y desagrado mezclados y estos primeros días nos dan las sorpresas "necesarias", las que podemos cargar, entender y sopesar aún pues, de llegar todas en un momento, supongo que terminaríamos por suicidarnos o volvernos más apáticos de lo que ya reflejamos.


Sí, dos mil quince llega con más incertidumbres, con menos amor, con menos vida, con "más y peor de lo mismo" (o debo decir "peor y más de lo mismo"?) a pesar de la vastedad de mierda spam de buenos deseos (y otros enseres que parecen ridiculeces a todas luces) que circundan las redes sociales y que tienden a ser idioteces ante la obviedad de la situación en muchos de nosotros... crisis!

Dos mil quince... quince! ...y lo sigo contando.