lunes, 2 de marzo de 2020

.

Después de encontrar un empleo de tiempo completo, me he encontrado también con algunas personas afines al altruismo. Ellas, al igual que yo en múltiples ocasiones, también gozan con la satisfacción que trae consigo el ayudar.

A pesar de todo esto (y de incluso decirles personalmente de mi postura) no he terminado por entender a aquellos que, siendo beneficiados por mí o por algún otro afín altruista, éstos optan por "no dejarse ayudar" y prefieren acudir a quienes sólo lucran con su servicio.
Ya me había dicho alguien que no somos "monedita de oro" y, es lamentable, que estén "ciegos" ante la ayuda.

De manera más lamentable aún esto es algo que no puedo dejar de hacer. Muchas veces he recurrido a mi bolsillo para aligerar el gasto a otros o de transferir mis conocimientos sin cobro alguno y, extremadamente más lamentable aún, es percatarme con el paso de los días que, aquellos a quienes ayudé, sencillamente presumían de que habían obtenido algo "a costa de un güey que aceptó recibir menos o nada por algún bien o servicio".

Actualmente, existen quizá una tercia de personas que no terminan por saldar su deuda conmigo... alguna deuda acordada en su momento y que concluyen en "sólo desaparecer", "darse a la fuga" o alejarse de mí... como si con eso se quitaran del compromiso o con el paso de los días todo se lo llevaría el olvido.
En todo caso, sí, parezco un perfecto pendejo ante ellos.

Quienes tienen un negocio propio y están cercanos a mí, muchas veces me han aconsejado que cambie mi postura que, de no hacerlo, sólo recibiré decepciones y malos ratos; que cobre a quien me debe y que no haga tratos superfluos sin tener alguna garantía por el movimiento, labor o servicio.
Quiero creer que su experiencia negativa ya ha sido más constante en ellos que en la mía propia y es por ello que me recomiendan tal actitud o postura.


Lo difícil radica en cambiar.
Y no sólo me refiero a mí (en el caso de ser más frío en los negocios o transacciones que realizo) sino también a aquellos quienes "prefieren" aprovechar alguna ocasión, momento o altruismo ofrecido por quien sea (o quien "se deje").

Es, pues, lamentable el que dichos cambios no puedan ocurrir con sólo decirlo.