domingo, 18 de diciembre de 2022

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Diciembre...
La llegada del fin de año; el recuento de los daños popularmente asistido por el psiqué, el consumismo y otros dones sociales.
El viaje no consumado.

Diciembre...
El sabernos vivos aún y hasta este día que poco a poco dibuja la llama del ausentismo, de "la cruda realidad", del sinsabor o la carencia.
La tristeza no amainada.

Diciembre...
Y cuán lejos te mirabas en enero o marzo y cuán rápido (como eventualmente sucede) transcurres hoy finiquitando un año más, con las mismas ausencias, con más cerrojos.
La soledad no compañera.

Diciembre...
Doceavo mes, repetido ayer, con menor nubosidad y frío, con la vela encendida a inicio de él, la canción recurrente, la visita más deseada, la corrección favorecida, un error tras otro...
El llanto no presente.

Diciembre...
El vaivén de los autos en "fiestas navideñas", la ingratitud a flor de piel, la ausencia de obsequios y del dinero... tu ausencia, primordialmente.
El quehacer no hecho.

Diciembre...
Y de nueva cuenta (iniciando el año) enero, con sus planes, sus menesteres, sus pagos, su desdicha, su incertidumbre, con lo inestable de lo aparentemente estable... el repetir de fechas.
La mecanización humana no corregida.


Diciembre...
Sus luces, tu luz, ese resplandor... nuevo amanecer.