jueves, 30 de junio de 2016

.

No existe plazo que no se cumpla o que todo caiga por su propio peso y, hace días, que lo estamos constatando tanto mi compañera de vida como este humilde escriba.

Y cómo no sentirlo o hacerlo si desde hace meses es que escribo este "Fuera del dédalo" en señal y muestra de dónde es que me siento instaurado en este mundo o en esta relación o en el espacio que me corresponde mientras, el laberinto, sigue tomando forma, se acrecienta y sigue mostrando sus viros y opciones a quienes permanecen en él.

Nos llega por fin el momento de la apertura, de la cruda verdad, del relatar, recapitular, recordar y volver a coincidir en todo aquello que alguna vez nos hizo felices o más que infelices.
Nos llega el momento de la sinceridad y del "destape" ante lo que, sabíamos ambos, era un laberinto falso, un viaje mal planeado, una síncopa sin sentido, un acorde en otra tonalidad... una verdadera oda al errar junto con el destino.

No existe fecha que no se llegue y, aún con esto, desearía que llegara aún más reafirmante el momento de la cordura total, de la coherencia plena y de que nos fortalezca lo más para no terminar siendo dos más que sólo concluyen su relación sobre amenazas y bajo frases soeces y ofensivas que sólo denosta el mayor de los desintereses y la más cruda herida del alma.

Las frases han salido, el dédalo sigue ofreciéndome sus caminos y sigo sabiéndome fuera... hoy extremadamente fuera.
Y a pesar de ello, la apariencia de sentirme dentro o de saberme "metido por alguien" se puede ver con claridad desde un espejo dando por cierto que todo se ha convertido, desde hace años, en una verdadera utopía, una falsedad, una verdad disfrazada bonito que "ocultaba" todo el dolor, la incertidumbre, el desamor y la propia mentira.

Un verdadero mar de confusión claramente expuesto; una llamada al silencio colmada de palabras y frases.
Una ópera que ya casi muestra el final de su tercer acto que, textual, ha mostrado lo mejor de su interpretación musical (con todos los implicados en la orquesta) y donde las actuaciones han sido magistrales (tanto mía como de ella).


Se dice que "la verdad te hará libre"... qué tristeza que debieron pasar casi 24 años para entenderlo y que, ello, el destaparla y mostrarla, no modifique ya en lo más mínimo las diversas e individuales aspiraciones que nos sostienen aún aquí.

martes, 21 de junio de 2016

.

Sigo desarrollando la frase? ...o la dejo donde inició...?
Hace meses que he querido conversar ampliamente contigo, sólo eso: conversar pues, en la gama social y/o musical, pocos, realmente pocos son los que me inspiran a hablar o a simplemente estar en silencio frente a frente... llorar incluso siempre ha estado permitido en mi haber estando con el amigo correcto.
Luego, las circunstancias me frenan, el ayer dibuja más que olvido y el presente me omite contigo... termino pues enredándome en las sábanas y hablar conmigo al no haber quién pueda recibir el leve eco que aún mis cuerdas vocales pudieran emitir.
Habrá tiempo, me digo; habrá espacio, sostengo... y concluyo en que es por demás el intentar siquiera insistir.
Sigo desarrollando la frase? ...o la dejo donde inició...?
Hace meses en que mi entereza e integridad como persona está más que ausente, en que mi formación musical no da para más, en que he vuelto a recurrir al recuerdo borroso del quitarme la vida al saberme ajeno al todo, fuera del dédalo o sin un sentido básico para seguir esta lucha absurda que es la vida pues, todo cuanto pude hacer o cuanto pude desear, ha sido derrochado, desdeñado o tirado sencillamente a la basura.
Qué hay con todos esos sueños que tuve cuando niño, con esos deseos de ser en alguien, de vivir en armonía, con tranquilidad emocional, desatando cada cuerda de mi guitarra y hacer sonar mi corazón a la par de algún ente femenino...
A dónde es que se ha refugiado y ha terminado por ausentarse en mi vida...
Sigo desarrollando la frase? ...o la dejo donde inició...?
El asunto es que ya no hay frase, ya no hay inicio y no encuentro un final al menos decorativo que pueda ser visto por alguien a la lejanía... pareciera que, al término de estos años, todo ha sido en vano, todo ha fraguado en pro del vacío, del olvido, de la postura equivocada y del menester eludido...
Qué ganas! qué ganas de seguir desarrollando la frase y saber de su inicio...
Qué triste desperdicio de vida y falsedad me han ofrecido y qué tanta penumbra más anegará mis sueños... Qué decepción el saber que no puedo desarrollarla más!

Desarrolla tú, pues, la frase...
Espero sólo que algún día pueda estar cerca tuyo para escucharlo o, al menos, poder contar con vida para, en caso de tú escribirla, poder llevarla ante mis ojos si estoy contemplado como parte de ese "repartir de grafías".

miércoles, 1 de junio de 2016

.

Estando pues, en pleno escenario y recapitulando momentos y otros detalles existenciales, fue que vi la pequeñez del ser desde cierta perspectiva que, ya casi habitualmente, se nos plasma con diversas imágenes convertidas en video y que muestran lo minúsculo que es nuestro planeta en relación con el universo mismo.

No terminé de divagar cuando ya tenía una sonrisa en mi rostro en señal de desinterés ante el todo y ante cada problema que aqueja tanto a este escriba como a cualquier ente sobre la tierra.

Mas, sigo sin entender el por qué es que nos apremia tanto y terminamos por amargar tanto nuestra vida como la de los demás.

Supongo que para algunos seres vivos nosotros como humanos resultamos ser unos verdaderos gigantes (mas quiero referirme al simple tamaño físico), pero es obvio que somos una miseria para algunos otros seres vivos que pudieran asomar a nuestro planeta y descubrirnos con toda nuestra micro tecnología... seguro se morirían de risa o no saldrían de un gran asombro.

Resumí en mi divagar que esta vida que llevamos en este lugar no es solo sino una muestra vaga de lo que se puede y no hacer con el todo, con cada recurso, con cada material, con cada terreno.
Volví a asegurar que cada sentir nuestro está por demás para desear que trascienda pues, nuestra minúscula energía, apenas sí es percibida en la vastedad del universo e, incluso, tardará siglos y siglos el que atraviese siquiera nuestro minúsculo sistema solar.

Miro nuestra lucha constante por preservar, por perseverar, por mantenernos "en la jugada", por no aceptar nuestros erros, nuestra propia pequeñez, y el vivir se torna cada vez más competitivo o plagado de lucha... estupidez nata quizá del ser y que, al término de los tiempos o de nuestros días, atinaremos en observar que de nada, de nada en absoluto sirvió.


No permitamos pues, por favor, el echar a perder la vida de otros cuando, pareciera ser que con esta serie de actitudes y conducta, echamos a perder más nuestra propia vida, más, que la de esos otros.