domingo, 29 de diciembre de 2013

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Concluye 2013 y algunos recuerdos de personajes que han sido relevantes en mi vida se hacen presentes tanto en mis ratos de ocio como en los trayectos... y no creo que se deba precisamente al estar fuera del dédalo.
No sé qué ha sido de cada uno de ellos pues, justamente por eso, es que están anidando mi recuerdo y remembranza.

Aquellos días eran otros por naturaleza. Mi edad, mi andar por la vida, mi manera de "acechar" cercano a cada uno de esos personajes con el fin de determinar su proceder, su estar o su porvenir me acercaban a ellos.

El mundo sabe hoy día que, no por eso, terminé mi vida al lado de uno de los implicados pues, mi actual esposa, llegó en su momento para sencillamente 'quedarse', mientras que, los otros, seguían su camino por su respectivo laberinto donde, quizá, piensen que "se toparon conmigo" en ese andar.

Conocidos de antaño, de mi niñez, músicos o compañeros del plantel escolar tanto de secundaria como de la preparatoria incluído uno de mis profesores que más respeté, estimé y que llegó a obsesionarme un tanto el saber su paradero y desenlace profesional.
Algunos de ellos se volvieron búsquedas infructuosas por Internet y tuve qué recurrir sólo a los recuerdos mismos para retenerlos un tiempo más en mi sonrisa, en mis ojos o en mis palabras.

Concluye 2013 y, seguramente algunos de ellos, ya han emigrado a otras latitudes, se han desaparecido del medio, han muerto o han cambiado de "aires" con el único fin de mejorar su vida y la de quienes dependen de... y, ahora que lo recapacito un tanto más. concluyo que se trata de un porcentaje más elevado de hombres que de mujeres.

Supongo que es debido a mi temor e inseguridad juvenil frente al sexo opuesto lo que me resumió así (más apegado a amistades masculinas) y, sin embargo, las pocas mujeres que anidan mis recuerdos en este fin de año, han sido realmente importantes en mi haber y merecen seguramente ese espacio en mis horas de cordura.


Será el dos mil catorce y cada uno de sus días el que me entere del paradero y desenlace (al menos momentáneo) de cada uno de ellos.
Mientras tanto les deseo un buen año venidero. Que sus planes se realicen y la salud y el amor siga siendo su "tarjeta de presentación".

miércoles, 25 de diciembre de 2013

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No se requiere precisamente el estar fuera o dentro del dédalo para poder apreciar u observar la navidad (esa fecha que la hemos vuelto tan consumista como pocas, plagada de ventas nocturnas en centros comerciales y que, muy en el fondo, deja casi en el olvido el motivo principal de lo que en sí representa: El nacimiento de Cristo).

En la calle ya pululan (como suele suceder año con año) niños con bicicleta, patin, muñecas o luciendo sus prendas que le fueron obsequiadas por aquel quien, siendo niño como tal, llegó a la tierra para recibir trato cual menor y, aunque ciertamente los tiempos son otros, suponemos que le fueron entregados obsequios cual niños que fue.

Por otro lado, me ha llamado la atención en sobremanera, el que "se hayan destapado" tanto por radio como cercanos a mí, entes plagados de soledad, de tristeza y de pocas esperanzas a obtener de este día la alegría espiritual que ella conlleva.
Personas solitarias que han sido olvidadas, que no pudieron tener un mendrugo de pan extra en su mesa para acoger a alguien más desamparado que ellos y la escasez ha sido su tenor por estos tiempos de difícil augurio.

Escuché decir a un reportero y cronista deportivo que, en otros tiempos, sus tiempos, la familia numerosa que poseé siempre fue de su gusto al mirarse rodeado en navidad de hermanos, tíos y demás integrantes que hacían que en esta fecha reinara un calor excepcional debido a la simple compañía y convivio familiar y, remarcó, que los tiempos SIEMPRE han sido difíciles para todos y desde todo ese tiempo que a él le ha tocado observar.

Y es justo así como, tanto a aquellos padres como a nosotros que hoy lo somos, nos toca la ardua labor de "sacar adelante" esta fecha, de intentar "tapar un hoyo" aunque se destape otro mayor e intentar que nuestros hijos no vean nuestra escasez y/o tristeza a la hora de la cena...
Quisiera ser énfasis aquí al decir que, a pesar de todo, TODO ha resultado y "se ha podido" con todo... y no sé si es gracias a la fe, a los ruegos ajenos, al tesón cotidiano o al simple destino que termina por "acomodar" lo que suponemos "desacomodado" para todos los días.


Así pues, feliz navidad para todos ustedes que leen, que el amor reine en sus corazones y la salud sea el simple motivo para celebrar el estar en este viaje acompañado del todo que, dicho todo, deberá traer consigo más satisfacciones que dolor y desdicha...
Supongo que sólo es cuestión de mirar un poco más a fondo y, sin que parezca hipócrita, irónico o repetitivo, mientras exista salud (y ese amor que refiero) todo será posible en la medida que el entorno nos abra esa puerta a la felicidad que parece tan estrecha en ocasiones para dejarnos mirar a ese más allá de trasfondo al que deseo observen.

...que, aún en extremo, se puede atisbar un poco a dicha puerta desde ojos ajenos.

Feliz navidad para cada uno de ustedes!

martes, 17 de diciembre de 2013

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Ciertamente, tanto fuera como dentro del dédalo, existe el motor, el rencor, la ira, la ilusión, el dolor, la marcha tanto atrás como adelante, la manifestación y el recuerdo... que se traduce simplemente a la "falta de olvido".

Los acontecimientos suelen ser por lo general diferentes con cada estación, con cada día que transcurre, con cada charla y momento y, de una manera quizá un tanto "lamentable", el asomar al calendario hace remembrar fechas, situaciones y confrontaciones pasadas que literalmente me orillan a dicha "falta de olvido".

Y me permito colocarlo entrecomillado debido a la sátira, a la ironía que encierra todo ese menester al creerlo parte de un sufrir que se presenta siempre por estas fechas y que fueron motor al que siga aquí o haya, en definitiva, dejado todo en orden (como en aquel año) y largarme.

Resulta por demás estúpido saber hoy día el que se llegue a tanto cuando en aquel ayer se creía todo perdido y, tras el recuento de los daños, se observe que "no era para tanto", que "debió ser así" o que "el que a hierro mata a hierro muere"... y podría seguir citando frases alusivas a todo aquello sin llegar a nada en concreto pues, luego de un par de años, el estar fuera del dédalo hoy me hace mirar las cosas con más certeza, con más frialdad y con mejor perspectiva humana y sentimental que en aquel entonces.

Y no, no pretendo recordarlo literal al plasmarlo aquí y volver a dejar vestigio... sencillamente "ya no merece la pena", ya no poseé "la misma fuerza" y observo que, dicho pasar de los años, logran hacer que el cambio resulte aún con dicha "falta de olvido"...


Y sí, hoy te lo recordé... y ya qué más da? Qué respuesta debía tener desde tus labios? Qué debía esperar para vida de no escribir o sí hacerlo a aquel respecto? Qué papel jugaríamos de nueva cuenta entre las sábanas luego de comentarlo una vez más?

Después de todo, considero, que dicha "falta de olvido" lo que sigue encerrando es "otra serie de preguntas" que no dejan (ni dejarán) de hacerse presentes por estas fechas decembrinas... y ya no sé si reír, callar o sólo dejar que dichos recuerdos acudan y me otorguen mayor fortaleza o quizá la "pizca de olvido" que requiero.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

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Las cosas se suceden independientemente de saber que, casi para todos, diciembre no resulta ser un mes favorable en este año: las cuentas no resultan, las deudas crecen, los regalos aminoran, el trabajo no fructifica como en diciembres anteriores.

Ya se ha comsumido en totalidad en tres ocasiones la enorme veladora que se coloca al pie de Santa Cecilia y sólo atina a hacerme creer que vendrán días de mayor abundancia laboral... y sólo se me ha plantado una afección en mi garganta que no termina por dejarme cantar cuan plácido acostumbro.

Por otro lado (por lo inmerso del dédalo) descubro tristeza en ti, desazón, aburrimiento y, en verdad no quisiera decirlo, pero creo que te lo has ganado a pulso, a base de toda tu "ardua" labor de pareja... en pocas palabras: lo que siembras, cosechas.
Y es que termina uno por "infectarse" de toda la gana que se mueve en casa por estos días... súmale!

Más allá de la frontera los problemas que se acercan un tanto a nosotros y dan pie a más preocupación... en verdad que espero no terminar mal tú y yo gracias a terceros aún a sabiendas que, de no corregirse, sí mermarán en nuestro desempeño marital.


Y es que una cosa no deja que mire otra... y es que otra no deja que se acerque una... y así sucesivamente, así paulatina, sorpresiva, insistente e inacabablemente.

El clima mejora un poco y empeora al día siguiente, la vida parece que se "compone" y al rato está "descompuesta"; nuestro idilio se enriquece poco y empobrece mucho y las cosas que nos sorprendían hoy parecen más que triviales...

A veces me pregunto quién de los dos está más fuera del dédalo...?

martes, 3 de diciembre de 2013

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Diciembre llega con su peculiar acento a consumismo, con parte de los días cargados de trabajo y con un extraño deseo de que concluya el año... sí, a pesar de todo ese comentario que se hace al respecto del que dos mil catorce llegará más que difícil para todos.

Mas, quiero asegurar aquí, que existen ocasiones muy especiales donde termino por olvidar que la crisis me puede agobiar; no suelo pensar en ello mientras trabajo, mientras deseo colocar ese resquicio de amor donde pueda desde mi guitarra e interpretación... y resulta una lástima que, en muchas ocasiones, siempre existe el "grinch" de la música viva que deteriora la noche o la troca para mal infectando a algunos otros.

El trabajo me ha enseñado que la nobleza de ser músico requiere mucho más que sólo eso, que debe llevar impregnado un tanto o mucho de amor (y perdonen que lo reitere), brío, alegría, reminiscencia, esmero, disciplina, paciencia y disfrute... y bajo ese tenor espero que realmente aquellos quienes comulgan semana a semana conmigo en el mismo lugar lo hagan por ello, porque lo perciben desde mí o porque realmente les agrada la propuesta.
Me daría suma tristeza que lo hicieran sólo por el simple hecho de considerarnos amigos.

Observo semblantes y me indago, escucho melodías ajenas no comerciales y sigo cuestionándome, sostengo ese mismo tarro con cerveza que aquel y dejo de sentir el paso de las horas... He agradecido enormemente al alba el que su arribo nos brinde la nueva pauta a seguir o el término de la actividad musical amena y plagada de romanticismo, bohemia y alcohol y he llegado a amar a las sábanas su función posterior a la tertulia sin menospreciar jamás a la tibia compañía de esa fémina que acompaña mis días luego de semejante desvelo.

Y será a pesar del frío (y de aquellos entes destructores de la noche) que terminaré por disfrutar a lo grande mi diciembre acompañado de esta majestuosidad llamada música, de esas noches por venir plagadas de bohemia y guitarra y terminaré el año agradeciendo al creador esa gracia que posee para hacerme entender que los tiempos difíciles también suelen disfrutarse a pesar de padecer de desvelo y un tanto de hambre.


Sólo espero no tener que tragar mis palabras debido a la sarta de babosadas que nuestro presidente hace en estos días y que termina por chingar económicamente al grado de ahorcarnos tanto a quienes trabajamos en la música como a nuestras familias y a miles y miles de personas más que tienen menos de lo indispensable.