miércoles, 28 de octubre de 2015

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En un abrir y cerrar de ojos es que se tiene todo un mundo al lado de Morfeo. Ese mundo donde lo irreal se siente tan cierto como nunca, donde lo imposible se torna posible o donde los detalles pequeños se engrandecen tanto que no caben en el entender.

Ahí, surge el pro y el contra, el por qué de muchos cuestionamientos, la manera exacta de cierta verdad y la enorme duda ante lo que pudiera ser o pareciera ser... en fin. La gama puede ir desde lo más insignificante hasta lo más relevante y enorme.

Es entonces que, hoy me pregunto, cómo es que se puede "retomar" en ese mismo inconsciente un tópico ya tomado con antelación, repetir un sueño mismo o continuar uno que creíamos olvidado pero que, al reparar en ciertos detalles, la continuidad nos es otorgada para sencillamente no querer despertar.

Mi agradecimiento está hoy en él, Morfeo, al darme con su mundo esa parte del pie de nota que demandaba hace meses y que, gracias a su prodigio, pudo y quiso continuar y, aunque no me dejó plenamente satisfecho por "el final", sí me dejó una hermosa sensación que me acompañó todo el día e hizo que trabajara mi mente en otros sentimientos que creí olvidados.

Mi agradecimiento también a todos aquellos quienes formaron parte de esa cita y que me han compensado con su amistad pues, entorno a ello, es que el entorno se desenvolvió de una manera tan agradable como pocas.
Es obvio que no daré aquí la larga lista de nombres de quienes participaron pero, créanme, supongo que el propio Morfeo los colocó ahí a manera de recordatorio de que "no estoy ni he estado solo" en los momentos relevantes de mi vida.


...y es que no es la primera vez que un sueño continúa en mi subconsciente luego de algunas semanas o meses... por ello quise dejar vestigio aquí de tan sensible y humano acontecer.

martes, 20 de octubre de 2015

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Fuera del dédalo, aprendo hoy que existen tres palabras que parecen ajenas a nosotros y en ciertos personajes que desarrollan su labor derredor mío: Tolerancia, flexibilidad y amistad.

Difícil, sumamente difícil se tornó cierto viernes para todos mientras intentábamos desempeñar nuestro trabajo cada quien por su lado y con "la camiseta bien puesta" pues, el temor a "perder puntos" o el empleo mismo, hace que olvidemos o pasemos por alto cierto "sentido común" que, se supone, debe imperar en toda nuestra actividad.

Aquí, la tolerancia lleva un punto importante pues no se puede dejar todo al arrebato, al desenfreno o al actuar por impulso sólo teniendo en cuenta nuestros propios intereses y qué lamentable es el que jamás se considera del todo y se procede sin tacto... peor aún, sin profesionalismo como me lo hizo ver el buen Marco Madrigal.

Él fue quien me hizo abrir mis ojos ante lo pendejamente que procedí aquel citado viernes que concluyó en una vorágine de ineptitudes por parte de todos y donde, insisto, la tolerancia no estuvo jamás presente.

La flexibilidad es dar ese márgen de error, de comprensión y de igual forma el no tomar decisiones precipitadas ante tal o cual situación y, tristemente, no imperó en ningún momento por parte de quienes veían caer una noche laboral sobre sus hombros, noche, en que hasta el teléfono se puso en contra mía y derivó en que se perdiera tanto la tolerancia como la propia flexibilidad que hoy, conversando con el arriba mencionado, demandé en vano.

Insisto, el poco profesional fui yo... el nada profesional. El pendejo que toma decisiones valiéndole madre el resto del mundo, todo, por unas monedas más (demandadas por todos sin excepción y donde, la búsqueda de ellas, nos suelen orillar a tomar dichas decisiones equívocas).


Gracias por abrirme los ojos, Marco. Por hacerme ver mi error gracias a tu experiencia. Siempre te admiré por tu entereza, por tus sabias decisiones y visión ecuánime a pesar de tu edad... soy muy poco profesional. Lo acepto.

Ahora bien... dónde dejamos la última palabra de las tres que comenté en inicio?
Supongo que, cuando fallan las primeras dos, la tercera sencillamente deja de existir...
Qué tristeza...!

Perdóname por haberte decepcionado.

martes, 6 de octubre de 2015

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Fuera del dédalo, maldiciones, reproches, frases que parecieran absurdas, momentos inocuos, variaciones inaceptadas, dormitorios fríos, viajes sin sentido, letras por demás, música inope, enfermedades, directrices erradas...

Fuera del dédalo, rumbo incierto, desfalcos, cansancio, sueños mal logrados, ambiciones sin ansia, luces titilantes, palabras mutilantes, decenas de días echados al olvido, tres guitarras, detonadores de paciencia volcados en llana impaciencia...

Fuera del dédalo, visitas insensibles, bebidas ácidas, lágrimas ausentes, sonidos galopantes, miradas irrecíprocas, sustento incierto, relatos sin fondo, vastedad fría, cálida soledad, llamadas desde la soledad, lluvia taladrante, noticias serenas...

Fuera del dédalo, distancias corrompidas, enigmas plagados de baches, calles grisáceas, noches de sombras, más frases que aturden, dibujos o fotografías que revelan, sentencias que sentencian, oraciones que desnudan, canciones que lamentan...


Fuera del dédalo, continuidad al camino errado, opción que sugiere más que azar, mirada al pasado y "un paso más al frente".
Agua, fuego, humo, viento...
Sueños, andanzas, planes... todo fuera, muy fuera del dédalo.