sábado, 16 de diciembre de 2017

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Debería tomarme unos minutos para hacer un recuento de lo que ha sido contigo?
Qué tendría qué escribir entonces? Describir los muchos y tantos días que estuve a tu lado soñando siempre con despertar y saberte ahí? Atinar a decir que fuiste sencillamente el amor de mi vida?

Qué tendría qué escribir? Describir con exactitud cada curva de tu cuerpo donde decenas de veces me perdí colmando de besos cada rincón? Atinar a decir que quise detener tu andar sólo para conservar tus pies y volver a besarlos una y otra vez?

Qué tendría qué escribir? Describir a detalle cada cita nocturna con tu sexo que terminaba siendo "a mi manera" dejándote inmóvil por horas? Atinar a decir que desgasté mi miembro sólo con mirarte desnuda o "aprovecharme" hasta de tus horas de sueño para hacer de las mías?

Qué tendría qué escribir? Describir tus horas de sexo oral que iban y venían mientras dibujaba la desgana o el asco en alguna de tus mejillas? Atinar a decir que lamenté por días la falta de interés? ...o que sencillamente algo dejó de mover las texturas y las cicatrices volvieron a sangrar?

Qué tendría qué escribir? Que nuevamente sólo el recuerdo queda y que lo poco que llegó a gestarse después de aquel sangrado reiterante sólo vaticinó más dolor, pesadumbre o desinterés? Atinar a decir que la venganza cobró una nueva víctima y que terminé siendo más que sólo el victimario?

Qué tendría qué escribir? Debería tomarme unos minutos para hacer un recuento de lo que ha sido contigo? Estaría al borde de una nueva etapa ante ti? Colmaría de intransigencias nuestro entorno? Llamarías de nueva cuenta a la confianza para que anidara en ti y mostrármela con cada abrazo, cada beso, cada mirada o cada roce?


Lo cierto es que el tiempo nos dará la razón y, para entonces, para el paso de él y con él, habré descrito aquí la certeza, la vacuidad, el detalle, el sueño, la etapa, el beso, la mirada, la piel, la palabra y cada uno de los detalles que dieron vida a nuestro amor, a nuestra historia, a nosotros... y que culmina siendo simplemente un recuerdo.

Otra vez un recuerdo...

domingo, 26 de noviembre de 2017

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La ventaja del poder desahogar sentimientos o penas y dejarlas semi-impresas en alguna interpretación a la hora de estar "trabajando" es sin duda una virtud que Dios ha dejado en nosotros los que nos desempeñamos en la música.

Como algo intangible aún es capaz de remover esas fibras sensibles que todos portamos y que, en muchas ocasiones, resulta tan difícil asomar, palpar o poner sobre la mesa para ser degustado en plato de la mejor cristalería cuando se está al lado de quien amas. (El viceversa siempre aplica)

Fue entonces que, en aquellos años, tuve el placer de conocerlo. Su voz se escuchaba en ocasiones falta de práctica o con cierto dejo de flojera interpretativa mas, cuando se disponía a hacer "lodo" en el escenario, sencillamente no sé de dónde sacaba "la casta" y hacía llorar al más duro en aceptación... yo, entre ellos.

Su paso por esta ciudad dejó claro en algunas personas cierto afán de fortaleza, en otras sólo desdicha tranza y/o melancolía. Lo profesional en él estaba claro cuando tomaba un micrófono y hacía lo que sabía; en lo personal no puedo decir mucho, pero sí llegué a recolectar diversas facetas suyas desde un par de féminas que permanecieron cercanas a mí aún con su partida de estas latitudes.

Lo demás es historia. Algunas pocas publicaciones en Facebook que datan de tres meses atrás en el tiempo hasta que se le encontró sin vida, lejos, lejos de su lar, de su gente, de quienes siempre le mostraron amor seguramente y que él dejó "para otra ocasión" (casi como solía "acostumbrar" según ciertas fuentes).

Sé que no debo hablar mal de él... ciertamente todos tenemos detalles negativos que no empatan con los demás o con alguna mayoría pero, se asegura, que si "matas a un perro serás conocido a la postre como un mata-perros"... aunque jamás lo repitas.
La gente es así. Coloca apodos en los demás, señala, esgrime, evade, sentencia y maldice.


Anoche, sólo me faltó un tema por interpretar de los cuales tuve la dicha de gozar desde tu garganta e interpretación, Rodrigo. Toda ella estuvo dedicada a ti y remembré para mí mismo tu compañía sobre un escenario... Gracias a ti hoy por seguir recordándome que sigo vivo, que siento, que escucho y que por fortuna y placer estoy inmerso en esta gama sonora llamada música desde donde te conocí y que, lamentablemente, lo mundano pudo más en ti, la enfermedad se aferró con más fuerza y logró su cometido.

Ojalá, donde estés, puedas lograr el tuyo que, al menos en esta vida, te aseguro que ayudaste a más de uno a que lograra el suyo.

Descansa en paz.

lunes, 6 de noviembre de 2017

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...será que para entonces algo habrá quedado de todo el trayecto recorrido en el dédalo.
Algunos trozos de notas derramadas en cada viro. Quizá algún ocaso plasmado en el enorme muro que no me deja ver más allá y, al estilo de Hansel y Gretel, un camino de lágrimas para saber por dónde no regresar.

...será que para entonces alguien terminará por llamar desde su trinchera.
Será ese alguien que esperé por siempre y que no quiso presentarse por "no molestar"? Serás tú que me lees y que optas por permanecer en silencio a pesar de saber y conocer lo efímero de la vida? O serán aquellos quienes realmente me conocieron y que optarán más por enmudecer y sólo sonreir tras escuchar mi nombre.

...será que para entonces las cosas tomarán valor y lo subjetivo dejará de poseerlo?
Una guitarra, un texto, una firma, una fotografía o un diente guardado celosamente desde mi infancia a manera de recordatorio de que fui niño. Un par de anteojos, una camisa que aún conserve su aroma... qué sé yo.

...será que para los vivos entonces habrá un espacio más del cual ocupaba yo?
Un lugar disponible donde poder cantar, una ruta que será tomada por el auto que manejaba, un discurso, una noticia, una armonía que podrá ser usada por alguien más y decir "que es suya".


...será que para entonces los muertos podrán recibirme y sencillamente decir que de nada valió nada; que "la pena" no existe, que el color permanece, la esencia y todo lo recorrido o plasmado en vida sólo será y estará hasta la próxima generación.

Y donde, espero, ya haber regresado reencarnado en algún ente más para crecer y seguir creciendo con ella.
...será entonces demasiado pedir?

miércoles, 25 de octubre de 2017

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Entonces, qué es realmente?
Será acaso ese sentirse libres y con la gana de ir y venir, de hacer y deshacer o de proponer y disponer igual que lo hace el hombre?
O quizá el simplemente ser igual que cualquiera y destacarse sólo por sus logros...?

Será tal vez el sentirse atractiva sólo para ella y no permitir así que el varón le observe reiteradamente?
Será que sólo se arregla para ella? (cuando, por otro lado, casi puedo asegurar que, en su intento y/o atrevimiento, termine por atraer decenas de miradas masculinas).

Qué es realmente lo que desea?
Muchas veces he visto esa frase escrita por aquí o allá: "Qué es lo que ellas quieren..." y no termino por saberlo ni aún con más de veinte años de convivir con algunas mujeres.
Luego, quizá tampoco quieran ellas entender al hombre.

Si tienen amor desean más; si poseen belleza quieren más. Si dominan al sexo opuesto se jactan o abusan de ello; si se saben superiores en muchos aspectos terminan por "echar a perder" su imagen con los que no suelen dominar...

No soy misógino... amo a la mujer como tal; adoro su belleza, sus curvas, sus hermosos pies o manos, su voz, su mirada, su tersura o el aroma de su piel... está por demás decir que adoro también su sapiencia?
Será entonces que la perspectiva sexual con que goza cualquier hombre heterosexual termina por dominarlo y/o hacerle perder la cabeza hasta el grado de tener qué denigrarla, limitarla, creerla exclusiva o... matarla?

Se habla en exceso estos días del femenicidio...
Sostengo que es culpa del propio varón y su cultura de antaño (más añeja que de antaño) la que actualmente ya no puede ejercer "la misma presión" que antes sobre la mujer y termina por hacerle perder la razón y abusar de su fuerza física (y que es lo único superior que posee frente a ella -además de su perenne líbido- ).


Sospecho que la duda quedará así escriba mil canciones, dos mil textos, o entreviste a cuanta fémina me encuentre por la calle... la diversidad ganará y, sólo espero, que haya una más que desee compartir conmigo a futuro.
...aunque no termine nunca por saber qué es lo que desean ellas.

sábado, 14 de octubre de 2017

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Habrá decenas de cosas que no terminemos por entender cuando se cuenta sólo con veinte años de edad... aún así que nos haya caído un árbol encima, hayamos padecido de violencia o habremos matado a alguien.

Lo minúsculo del existir podría llevarnos mucho más lejos que eso y, a pesar de, no lo podremos atisbar siquiera en el entorno o en el quehacer cotidiano.

Habrá centenas de cosas más que no terminemos por entender cuando se tienen sólo treinta años de edad... aún así hayamos generado la escuela del amor o hayamos leído la misma cantidad de libros  como para tener la sapiencia necesaria para no indagar más por la vida.

Lo minúsculo del existir siempre llevaría la pauta entre una página u ottra del libro abierto y seguramente lo pasaremos por alto aún teniéndolo al alcance de los hechos.

Habrá miles de cosas que no terminaremos por entender aún teniendo cincuenta años de edad... aún si la familia ya crece, se reproduce y arriba un nuevo ser ante nuestros ojos; en el lecho, ganará el insomnio por semanas, vivirá la incertidumbre del mañana y todo el pasado se sentirá más que vano o escueto.

Lo minúsculo del existir predominará ante cualquier adversidad, positivismo o realidad cruda que podamos establecer en el seno o ante cualquier ente que habrá acompañado para entonces nuestros días.


Podremos observar en el espejo a aquel que fue, al que probablemente será y el que terminará por ser ante la pequeñez de este existir...
Y, aún con sesenta años de vida, la probabilidad de sólo tener una cosa inentendible del todo terminará por consumirnos sin haber sabido el por qué del todo, el rumbo de la vida o el simple hecho del por qué hemos estado aquí peleando por nada... para nada.

jueves, 28 de septiembre de 2017

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Sólo es cuestión de cerrar los ojos por un momento para que regresen las imágenes al recuerdo, para poder ver aún así el sufrimiento y padecer de muchos...
Para entender que hoy tienes poco y en segundos ni siquiera un grumo.

Sólo es cuestión de cerrar los ojos un instante para volver a sentir la lágrima que escapa acompañada por el dolor solidario... ese que tu propio instinto posee y que no puedes erradicar por menos que desees no cerrar una vez más esa ventana a la luz.

Sólo es cuestión de cerrar los ojos por un momento para que duelan los niños, los jóvenes, los ancianos, los no conocidos que están allá y que, a pesar del todo, aceptan con enorme valor el laberinto que tienen frente suyo colmado de ruinas.

Sólo es cuestión de cerrar un momento los ojos para repetir un diecinueve de septiembre colmado de desgracia, de polvo, de escombros, de decenas de ulular de sirenas y de volver a encontrar en las calles a un sólo corazón en miles de personas.

Sólo es cuestión de cerrar los ojos por un instante para volver a sentir lo frío de la lluvia que llora con nosotros, que lava un poco la sangre y la impregna en este hermoso país que habito y que muchos más miran con respeto, reverencia y admiración...


Sólo es cuestión de cerrar los ojos un breve momento para que surja desde alguno de ellos la lágrima colmada de tristeza... el problema es que mis ojos ya confunden el cerrarse por un instante a su simple parpadear...

viernes, 15 de septiembre de 2017

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De nuevo mis sentidos y mi razón se encuentran por demás desorientados, perdidos en el exterior del laberinto que, si bien se supone que estoy fuera, de alguna forma aún me siento dentro.

Que si bien decidí no apoyar respecto a eso, de alguna forma me volví a ver inmiscuído y me dejó horas enteras sin dormir debido al trance, a la incertidumbre, al celo, al volver a sentirme engañado... al volver a recordar que todas mis frases fueron en vano y que ya nada de eso importa.

Que si bien me habíais dicho que ello no tenía nada qué ver conmigo o con lo que había depositado en ti, mi interior sencillamente no lo pudo digerir y volvió a caer en ese trozo de perdición, en esa punta que lastima, en esa llaga que creí sanada... y volvió a sangrar desde mis ojos.

Que si bien había resuelto el no volver a mencionar nada de esto: heme aquí... queriendo sostener desde mis dedos las grafías para apropiarme de las palabras que mejor definan mi duelo, duelo, que de manera obvia sólo es mío y que no trascenderá en nadie más pues, si no puedo expresarlo, mucho menos podrán entender los demás.

Que si bien también desde tu silencio posterior lo manejaste a tu antojo, tuviste antes qué hacerme partícipe aún sin yo desearlo... y la pregunta de aquella, y de esa otra persona que casi pude ver en su rostro sus enormes ojos al saberme tras el auricular cuando marcaron para escucharte, claro está, sin tu respuesta.

Que si bien creí todo eso "controlado", sólo acertó en relucir el control real que aún posees sobre mí.
Que si bien mi tranquilidad ya se había postrado de cierta manera cómoda en mi quehacer y derredor, se volvió a mudar a no sé dónde...
Que si bien mi cariño volvía a renacer (o al menos trataba) después de esto no seré capaz siquiera de mirarte a los ojos...


Nunca, en verdad nunca entenderé la llamada "naturaleza del hombre"... no creo saberlo ni en diez vidas; mucho menos tratar de comprender a la mujer y a ese deseo de permanecer perenne sin darse cuenta que, la dignidad de la edad, es algo que merece un respeto y admiración mayor... y no un simple cumplido al lucir una mejor presentación.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

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Cómo descifrar esa sensación que trae el hacerte sonreír...
Cómo olvidar tantas y tantas situaciones o bromas que, salidas desde este humilde escriba, provocaron que tus mejillas se sonrojaran y se llenara tu rostro con arrugas propias de la expresión...

Cómo descifrar esa sensación que trae el mirar tu caminar...
Cómo entender que hasta las cosas más sencillas como lo es el simple hecho de verte mueva tanto en el interior y pueda incluso trazar caminos húmedos en mis mejillas aún sin mediar palabra...

Cómo descifrar esa sensación que trae el mirarte andar desnuda...
Cómo controlar ese deseo de posesión, esa gana de arrancarte los pies, de sumergirme enteramente en tu interior, de ser tragado, de seguirte de soslayo por toda la casa hasta verte caer en cama en pro de un encuentro...

Cómo descifrar esa sensación que trae el extrañarte...
Cómo desear siempre ser aliado del viento, del sol, de la tierra o el agua para vida de poder estar a tu lado sin que ello sea un peso extra a tu actividad o provoque tu hartazgo...

Cómo descifrar esa sensación que trae el saberte cercana a alguien más...
Cómo dejar de llamarla celos y sólo entender que se trata de una gana de ser siempre tuyo y que seas siempre mía aunque entonces sí se pague el precio de lo cotidiano y canse...


Cómo descifrar esa sensación que trae el verte dormida...
Cómo desear que jamás puedan mis ojos mirarte así sin tener el precio de tu despertar...
Cómo descifrar esa sensación que trae hoy día el escucharte hablar... esa sensación que hoy resulta más que desagradable y que mi razón no entiende ese por qué...
Luego se dice que el amor cambia cuando, yo sólo reconozco una sola palabra:  amor.

lunes, 28 de agosto de 2017

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Aún así pasen los años, pareciera que seguirás igual...
Enormidad de ocasiones me pregunté qué tanto se había modificado tu entender y/o proceder basado en lo ocurrido o en lo que pudiera resolverse de tal o cual situación tanto hipotética como real y adversa.

Si bien, ni tres vidas bastan para adquirir una experiencia más que respetable para hacer frente a todo cuanto se nos atraviese en el quehacer mundano o sentimental, sí se puede creer en un cambio sustancioso después de casi veinticinco años de ir y venir por la vida de manera independiente... y qué pasa? ...que me demuestras que no.

Aún así pasen los años, pareciera que seguiré igual...
No supe en cuántas ocasiones te preguntaste qué tanto se había modificado mi entender y/o proceder basado en lo ocurrido o en lo que pudiera resolverse de tal o cual situación tanto hipotética como real y adversa.

Si bien, no sé qué tantas vidas continuas lleve sobre este mundo, supongo que mi recapacitar ante las cosas sigue siendo coherente y, si bien es de señalarse como presuntuoso mi comentario, a las pruebas me remito con respecto a todo ese ir y venir por la vida de manera independiente... y qué pasa? ...que de nada sirve.

Sospecho que lo peor de todo es que tanto tú como yo observamos nuestro derredor e intentamos retomar un poco de lo bueno que hay o que se muestra con resultados tanto pobres como retrógrados convirtiéndonos así en sólo víctimas de dicho exterior.


Habrá entonces qué vivir más, qué conversar más, qué experimentar más, y qué erradicar, qué volver a corregir y qué aprovechar cual si iniciáramos a vivir otra vez.

Aunque, pensándolo más profundo... quizá no te sirva de mucho todo lo que aquí expongo.

martes, 8 de agosto de 2017

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Pensando en cierta escases de textos en este espacio fue que una de esas tardes invité a un viejo amigo bloguero semi-retirado a participar de manera activa en este espacio.

Aquella tarde en que se lo propuse me encontraba al pie del mar con él explicándole incluso acerca del por qué también carecía de creatividad para hacer más canciones.
Él sólo observaba a lo lejos y hacía ciertos surcos y rayas sobre la arena y eventualmente me indagaba algo con breves palabras mientras yo "me deshacía" explicando y relatándole mi frustración.

En dicha conversa, le recordaba de algunos textos suyos que leí en cierto pasado y le hacía énfasis de admiración por el cómo era que llegaba a obtener la cordura necesaria o plena para hilvanar aquellos textos "redondos" que hacían vibrar mi entender y donde no le sobraba o hacía falta ni una palabra... o del cómo era que yo me enfrascaba más en redundancias y cacofonías.

En determinado momento llegó a tomar un poco de aquella arena en su mano y sin dejar de mirar al horizonte la desmenuzó a tal grado de casi quedar sin un grano entre sus dedos y entonces me dijo: "Te has puesto a pensar cuánto sabemos de 'algo' y cuán algo sabemos del todo?" - al tiempo que me dejaba sólo algunos granos de arena en mi mano...

Su frase nos llevó por cierto recapacitar más a fondo de lo que en inicio creí.
En dicho entretanto mencionó también que era mejor el "observar el dédalo desde fuera que estando inmerso en él" con lo que terminé por intuír que él también me leía.
Con el paso de las horas terminamos sin mediar palabra bebiendo vino tinto mirando el horizonte al borde del atardecer.


Supe entonces que no participaría aquí, que "me dejaría solo" desgranar las heces de la vida y que su colaboración ya estaba gestada con su frase.
Mi agradecimiento hacia él doquiera que esté... ojalá y pudiera ver la sonrisa que sembró en mi semblante desde entonces.

domingo, 23 de julio de 2017

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...y sigo observando desde fuera del dédalo.
Aquellos que sueñan con el matrimonio perfecto; que desdeñan oportunidades por mantenerse al lado del otro sin saber que, pasados los años, verán con tristeza que el cerco se cae o es derrumbado por aquel que se creía férreo e inamovible.

Aquellos quienes siguen soñando en que "se logrará" a pesar de haber sufrido una u otra decepción con la misma persona, que insisten sin imaginar siquiera que siguen perdiendo su valioso tiempo y hacen perder el de aquel...

Aquellos quienes consideran que, sin compromiso, es "más fácil" y corren menos riesgo de decepción cuando, les llegará su momento, en que se decepcionen por igual o mayormente aún sin tener papeles legales de por medio o el haber estado frente a un altar jurándose amor eterno.

Aquellos otros que se sugieran viajes, regalos ostentosos, detalles que terminarán siendo fútiles dados los fundamentos vagos que sostienen su relación... o peor aún, destrozando su economía creyendo que "no existe interés económico alguno" de parte de su cónyuge cuando, sabemos, todos deseamos estabilidad monetaria.

Aquellos más quienes siguen soñando el "formar parte" a sabiendas que jamás estarán ni en el último de los contratos, que sólo son "reservados para un poco de esparcimiento" o que definitivamente provocan hasta náuseas a la contraparte su sola presencia.

Aquellos quienes no entienden el natural paso de los años y desean "apariencia joven eterna"... qué más valor que portar orgulloso ese montón de arrugas y/o canas y saberse íntegro, pleno, vivido, con gran corazón aún y con experiencia para compartir o presumir.


...sigo observando desde fuera del laberinto... me reconozco así, lo vivo, lo palpo, me muevo, cito, comulgo, deduzco y concreto en que no habrá más dédalo para mí; que prefiero seguir observando y sólo sonreír ante lo falaz que dibujan o muestran muchas de las personas y parejas que ante mi mirada cruzan.

...a pesar de yo mismo cruzar ante la mirada de otros quienes me ven y también sonríen.

viernes, 7 de julio de 2017

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La carga a veces es difícil de llevar.
Te acompaña aún en las cuestas más empinadas del trayecto y aún así, el instinto propio, te orilla a entender que debes llegar al final del camino con ello a cuestas.
Hasta que optas por dejarlo al alguna esquina, al lado de una roca o "en espera a un mejor momento de fortaleza para poder seguir cargándolo".

La carga a veces es difícil de llevar.
No sólo porque es tuya, sino porque es lo que has recogido del todo y del entorno para vida de "tener lo que tienes" cuando, a fin de cuentas, sabes que nada te llevarás de aquí... nada de esta vida pasará al plano de la muerte junto contigo.
Qué mejor opción de desecharlo o tirarlo.

Alguien más podrá recoger dicha carga a su paso por el camino?
Pues no; la respuesta es no, porque ya cada quien carga consigo lo que puede soportar, lo que requiere cargar y seguramente, al ver aquel lastre tirado, lo dejarán ahí a pesar de saber que poseé más riqueza que la portan... mas ese no es el punto; pues primero deberán deshacerse de lo cargado y, en muchas de las veces, no se podrá desprender "tan fácil" de dicho lastre.

Y sigo llamándolo lastre...
A fin de cuentas, qué sería de cada uno de nosotros si dejáramos de cargar dicho peso extra en nuestras vidas? Qué sería de los caminos si al lado pudiéramos observar tanto de él tirado sin hacer en absoluto nada por?
Otras preguntas asoman mientras escribo sin rumbo aparente.

Y es que no ha sido ni una ni dos veces en que me han echado a la cara con palabras firmes y tajantes que debería ya dejar mi lastre al borde del camino...
Qué tristeza pensar que mi más grande temor es que alguien tropiece con él y tenga la dicha de reclamarme! Supongo que no será una persona "digna" de reclamar u objetar pues tendrá más defectos que virtudes al hacerlo y, de cualquier forma, quedo en pausa y en el "veremos" correspondiente.


En resumen, en verdad no sé a qué le temo respecto a esto... No sé si realmente habrá alguien al lado del camino esperando mi zurrón... No creo que exista ya alguien que opte por "recoger el mío haciendo a un lado el suyo"...
A menos que quien lo haga ya haya desechado el suyo... mas aún así, cada que alguien más mira mi lastre a cuestas, siempre opta por sugerir, por señalar, por opinar... cuando justo observo que ellos portan un costal mayor que el mío...

viernes, 23 de junio de 2017

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Qué extraño es este sentir que todo tu esfuerzo sólo circunda tu entorno, que no comulgas con esa parte que alguna vez fue tan estrecha y que ahora cada quien toma un rumbo más que diferente.

Qué extraño es cuando, en aquel pasado, ese rumbo me guiaba y guiaba a su vez a quien acompañaba mis días; que parecíamos cual corceles de carruaje que tiran en una misma dirección y fuerza "sin poder mirar hacia otro lugar que no fuera nuestro frente".

El futuro se torna aún más extraño al saber que aquello que tenía preferencia ya no la tiene más, que lo comentado aquí y allá sólo deja especulaciones inservibles y poco a poco lacera y quebranta los pocos recovecos sanos que aún quedan.

Extraño, porque se desconoce a la persona, se duda de su legitimidad, se pone en entredicho lo antes firmado con besos sobre la piel y lágrimas; se esconden las palabras (aquellas que sabíamos que alguna vez "nos harían morir" como al pez) y termina por nublarse la razón, por dejar que predomine el ego, la terquedad o la simple gana de "no pensar en los demás" y hacer -textual- "de nuestro culo un papalote".

Extraño, porque a pesar de saber que la situación no está bien, importarnos nada para aferrarnos a un vano sueño que terminará por acabar en su momento aún a sabiendas que los años son "fieles cobradores" de la edad y que su paso es irremediablemente inexorable sobre cada uno de nosotros.

Extraño, porque ahora ya no cabe "el envejecer con dignidad", aún a pesar de ver las "señales" externas que se muestran tratando de evitar la terquedad o "el sueño", "el anhelo" o el deseo de crearse un cambio radical... para qué!?


Y entonces extraño aquellas preferencias, aquel andar al unísono, aquel "pacto firmado" con besos sobre la piel y lágrimas...
Deduzco extrañamente que todo fue en vano y vuelvo a especular... a desear vaciar mi frustración y/o a reafirmar que: así construyas un castillo con frases, miradas, deseo y demás valores filiales y afectivos, habrá en definitiva aquella persona que sepa derrumbarlos sin importar nada más y con sólo una mueca en los labios en señal de indiferencia.

Aún sin pronunciar palabra alguna...

lunes, 22 de mayo de 2017

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Habrá siempre, supongo, algún momento especial en la vida donde cambie para positivo cierta perspectiva que se tiene acerca de ti o de lo que haces. Obviamente no tiene nada que ver con fraudes, engaños, falsedades y demás virtudes que poseemos y hacemos los hombres.

Mi labor como compositor había quedado en el olvido desde hace ya once años y hace una semana fui contratado por una familia que lleva la trova "en las venas", que para ellos no hay mejor expresión musical que esa y conocen a la perfección a cualquiera de los grandes y viejos intérpretes de esta guardia. Saben a quienes me refiero.

El punto en específico es que fui contratado tres horas para hacer esa música y no la comercial que escuchamos todos los días en los canales de videos o en la radio bajo la premisa de que se era fan mío y que les interpretara en específico una (y varias) de mis canciones escrita por allá en los años noventas. Habían reservado una fecha para tal celebración a raíz del cumpleaños de la señora de la casa y fue pospuesto una semana para vida de que yo estuviera ahí.

Fue una sorpresa para ella llegar a su lar y encontrar todos los preparativos para una íntima tertulia familiar y más su asombro cuando me miró pulsando mi guitarra ahí. Fue entonces que salieron a relucir comentarios de "secretos" que se traían entre ellos (refiriéndose a la sorpresa en sí) y de inmediato, sin salir nunca de su asombro, pidió su canción favorita.
Ya en sus primeras notas comenzó a llorar y a aferrarse a su esposo que, gustoso y en muestra de triunfo total, observaba que aquella sorpresa sería la más maravillosa en años que él daría a ella.

Mi asombro estuvo a la par pues jamás imaginé el peso que una canción mía tendría sobre alguien con el paso de los años. No está por demás decir aquí que mis ojos se inundaron a la par de ella.

La tarde transcurrió volátilmente ágil después de haber repetido el tema hasta en tres ocasiones más a petición de la festejada y salí de aquel recinto en pro de mi próximo compromiso de trabajo nocturno en un fin de semana pesado en labor y cargado de emociones.
Ya en el auto recapacitaba, valoraba y comentaba conmigo mismo acerca de lo vivido.


Y sigo inmerso aún en el paradigma que en muy vagas ocasiones tuve en mi lar respecto a esto, al valor que ni yo mismo me he dado como compositor "retirado" (y que quizá terminé por infectarme en mi seno) mientras, en alguna parte de este pequeño mundo, existe quién estaría dispuesto a escucharme, a enamorarse más a través de mi música o a querer sorprenderse y amistar conmigo ...aunque tengan qué pagar económicamente por ello.

domingo, 30 de abril de 2017

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Este mes Morfeo jugó un papel determinante y certero.
Jugó con mi psiqué, con mi paciencia, con mi amor y con mi propio insomnio hasta desgastar quizá el último resquicio de cordura haciéndome gritar un tanto en silencio debido a no tener interlocución que conociese mi estado, mi delirio o mi devenir.

Supongo que él no es el culpable en totalidad.
Si bien jugó "sucio" y a su manera por semanas enteras, el "desenlace final" de cada cita con él se miró fríamente reflejada en la realidad de quienes me rodean haciendo a un lado lo bonito que hubiera sido o que podría ser cualquier acontecer ligado a lo afectivo.

Abril fue, pues, un mes extraño plagado de incertidumbre.
No sé si "festejar" que ya se ha ido entonces y que vendrá mayo donde más citas y planes laborales se gestan echando a un lado y en totalidad todo lo sentimental haciendo centrar mi energía sólo en lo profesional.

La "cereza en el pastel" la has puesto tú...
Tú que inicias una conversación que promete extenderse al menos un poco más de lo insípido que ha sido nuestro comunicar desde hace años y terminas abrupto, sin más qué decir, y sin siquiera un "hasta luego"...
O tú, que hoy dices, que ya no propones, que dices sin sugerir y/o que te dejas influenciar fácilmente por los entrometidos en derredor que sencillamente no "hacen su vida" y, peor aún, se inmiscuyen en la tuya arrastrándome en sus propuestas.

Tú, estúpido, que sueles acercarte sin cautela, que remontas a un pasado incierto y refrescas lo que se desea secar, que recuerdas lo que se pretende olvidar o que sencillamente no tienes un ápice de sentido común en el cerebro... sólo la gana de meter el miembro eniesto por donde haya cabida pues, nunca entendí en esencia, cuál fue la ruta de tus palabras hacia ella quien llegó a quejarse conmigo.
Qué bueno que no supe tu nombre... así, seguirás gozando un poco más de la amistad de este escriba que quizá confió en ti erróneamente.


Abril fue un mes diferente... no quiero decir difícil.
Y aunque se lea contradictorio según mi inicio, lo más rescatable me lo deja el propio Morfeo... pues de él y en él aprendo, renuevo, remuevo, reafirmo, revivo, reviso o busco la hebra... y, aunque pueda iniciar el día llorando, qué gran placer el seguirme sabiendo un soñador.

domingo, 2 de abril de 2017

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Hoy, déjame rezar por ti.
Permite que sea yo una vez más quien domine por un instante tu entorno y pueda hacerte partícipe así de toda la dicha que mereces y que no pude entregarte; que no sea el "destino" el que predomine en tus decisiones y que sea la luz en tu entender.

Déjame pedir por ti.
Porque si lo que precisas sea el olvido te lo pueda otorgar para que tengas esa calma que siempre anhelé para ti y que no sea lo económico o lo social lo que te imprima incertidumbre con cada día que transcurre.

Permite que haga oración en tu nombre.
Que sólo se haga tu voluntad y predomine en tu semblante la seguridad de saberte viva, de que puedas colmarte de alegría y poder infectar a quienes te rodean con cada mañana, con cada tarde y hasta el fin de y de los días.

Haré que el creador me escuche...
Así tendrás tu libertad, tu estabilidad, tu fortaleza y tu templanza siempre íntegra, pulcra, y la salud será tu mejor aliada en la mitad de vida que aún posees... así también, lo poco o mucho que pudiera estar reservado para mí sea en ti y para ti.

Hoy es el día de la plegaria...
Y donde espero que todo te sea concedido, que llegue a ti el preciado olvido y la necesidad se aleje aunque vivas plenamente tu soledad acompañada, que tus deseos se tornen realidad y que tu libre albedrío llegue tan lejos como lo desees...


Que, yo, sencillamente seguiré implorando día a día porque se geste y realice.

viernes, 24 de marzo de 2017

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No, definitivamente no quiero emprender nada nuevo ya.
No una nueva carrera y/o profesión; no un nuevo camino que me estacione más allá de lo que soy o de lo que actualmente hago.

Que si bien las fronteras me llaman a gritos para olvidar, para sacar, para desterrar o para anhelar, sé que nunca será mejor...
Lo que tengo y tuve aquí, en este sitio, en esta latitud, definitivamente ha sido la mejor de mis años y de mi entereza e integridad como persona.

Pero, más importante aún, y por lo que plasmo este breve escrito, es justo por ser lo que soy; músico... y que ello me lleve, me llene de satisfacciones, de catarsis, de llanto mientras canto o mientras disfruto de tanto y tanto talento que se destaca frente a mis ojos y no deja de sorprenderme cada que le tengo al lado amistosamente o mostrando su virtud...

Porque han de saber que eso es la música: una hermosa virtud que pocos saben entender y apreciar, que todos recurren a ella pero que jamás vivirán como lo hace un músico que, en esencia, en ocasiones deja todo el corazón en una sola canción o ejecución sin que le importe un bledo al mundo el esfuerzo y amor que se haya vertido o derramado en cada instante previo al momento.


No, definitivamente no quiero cambiar a una nueva ocupación ya... ya no quiero...
Soy músico y mi alma entera me lo grita, mi sensibilidad desborda cuando me topo con tres notas que me endulzan o me crispan la piel, que me hacen llorar y que al final me recuerdan que soy esto y lo seré hasta mi muerte.

miércoles, 15 de marzo de 2017

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Alguna vez quise ser tú para vivir lo que vivías, para sentir lo que sentías, para entender lo que pensabas.

Alguna vez quise ser tu piel para catar cada textura que te rozaba, para maldecir incluso aquel roce indeseado y saberme propia de tu cuerpo como siempre debió haber sido.
Quise ser tus ojos para mirar lo que mirabas y disfrutar del momento preciso y del entorno, sus colores y matices desde la mañana hasta la noche estrellada que caía sobre la tierra y con su tenue luz despertaba tu inquietud.

Alguna vez quise ser tu sangre y conocer así tu adentro, saberme tan esencial para ti y poder brindarte con mi circulación la tibieza de tu cuerpo.
Quise ser el dije, el cabello o cada prenda que lucías día a día para así llevarme tú a tu encuentro con el mundo y sociedad. Deseé siempre el ser tu calzado delicado o cómodo que pudiera trasladar todo tu ente a cualquier lado.

Alguna vez quise ser la lágrima, la idea, el silencio, el entrecejo o la mueca absurda que te definía como indecisa, que te hacía saber triste o que clamaba por medio de tu voz desde el susurro mismo hasta el grito o sonora carcajada...
Alguna vez quise ser tu sueño, tu humedad, tu deseo.

Deseé alguna vez ser tu amor y saberlo para mí, para aquel, para éste o para cualquiera que removiera esa emoción y sentimiento en ti con el único afán de entender tu naturaleza y no celar en vano.
Alguna vez quise ser tú para vivir lo que vivías, para sentir lo que sentías o para anhelar lo que anhelabas.

Y quizá y lo conseguí, pero perdí mi esencia y mi entereza al punto de terminar con insomnio mirándote dormida a lo largo de las semanas ahora con una lágrima en mi mejilla, con un sueño truncado, con estos mismos ojos que suelen ver lo poco que se me permite y con los pies cansados de no poder recorrer tus pasos y terminar siendo una sola huella sobre la arena.
No pude pensar como tú, hablar como tú, ser tan atractiva como tú o tan sencilla, tan eficaz o tan absurda, tan inocente o tan precisa, tan fuerte o tan segura...


Alguna vez quise ser tú para vivir lo que vivías... y a veces despierto solo y recapacito el qué tan difícil es amar y sentirse amado, soñar sin ser soñado, extrañar sin ser extrañado, olvidar sin ser olvidado... y vuelvo a entender que jamás pude pensar como pensabas o sentir lo que sentías.

lunes, 27 de febrero de 2017

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Yo no sé cómo es que, en determinados momentos, la mierda que portamos algunas personas en el cerebro se mueve dentro y bloquea o permite con mejor fluidez el que las ideas claras y coherentes se muestren. Muchas de esas veces, o al menos las que más recuerdo con tristeza, son todas esas donde he estado bloqueado y he cometido los peores erros de mi vida.

Lo peor viene cuando es Morfeo quien te los recuerda y dejas la cama para terminar dando vueltas en la habitación a inusuales horas debido a ello... mientras las frases o las imágenes provenientes de ese mundo imaginario se revuelcan en tu entender o al menos intentan remover una pequeña parte de dicha mierda que seguro se ha estado petrificando ahí arriba bloqueando la razón.

Es seguro que no es tarea sencilla el que se pueda erradicar o remover en gran parte todo ese estiércol para poder hablar y/o actuar con la coherencia que la vida requiere, con la determinación que un momento preciso demanda y, a pesar de tener "a la mano y en primera fila" el mejor de los caminos o la opción ideal de vida, optamos por sólo observar y dejar que el todo pase, fluya y será entonces el silencio y/o el arrepentimiento quien predomine a lo largo de los días.

Nunca me he considerado perfecto y he observado con detenimiento el actuar o la resolución de decenas de personas a lo largo de mi vida. Algunas de ellas pudieron hacer a un lado parte de la bazofia cerebral y corregir su rumbo e interacción humana y social mientras que otras más siguen mostrándola desde el preciso momento en que hablan y es notoriamente perceptible desde su aliento... y, si bien debe importarme un bledo lo que los demás piensen de mí, es aquí donde justo creo que mi vaho me delata.

Morfeo fue duro conmigo esta mañana (o sincero, si lo miramos desde otro ángulo). Me mostró el paso de los años y a tres personas que fueron muy relevantes e importantes en mi vida, que aportaron lo suyo y que creí "maestros" en mi afán por entender o corregir mi camino vivencial y mundano... el "colado" fue uno de mis hijos que reacomodaba las piezas o las partes a placer en mi vano entender. La muerte rondaba cercana y era motivo para recapacitar aún más hacia dónde era que el dios de los sueños quería llevarme.


Y no, no terminé por entender... quizá la misma mierda que nubla mi razón aún sigue tan aferrada a mi cerebro que no deja que mire más allá y sólo termine con ideas abstractas y burdas que me llevarán a ningún lado y será, como la mayoría de las veces, un sueño más que pasará al olvido, un sueño más que intentó modificar por un momento mi existir, un recordatorio más de que estoy con vida o la invitación desde el más allá a ser mejor, a no cejar en los intentos y a saber perdonar a todos quienes me han hecho daño poniendo atención en el presente con mejores miras al futuro...

Y, mientras escribo esto, parece ser que sí, sí sigue la mierda ahí arriba... (ella asomó en gran parte de mi texto). Sepan ustedes perdonar.

sábado, 18 de febrero de 2017

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Definitivamente el cine, la perspectiva de ideas del escritor y/o director, nos mueve las propias; rebusca en lo más oscuro de ellas y nos transporta a lo que quizá alguna vez soñamos, vivimos o anhelamos.

Y es justo bajo esta perspectiva que sigo sin entender el por qué seguimos "siendo los mismos" cuando tenemos en la pantalla la opción, la vía, el camino o el medio más corto hacia "otro tipo de felicidad", hacia otra forma de estabilizar el entorno o reconciliarnos con el prójimo o la naturaleza.

Es cierto que en el propio filme se enredan y muestran otro montón más de situaciones; modos de vivir, estilos de vida, posiciones sociales, modas y demás que pueden "distraer" el trasfondo que encierra aquella idea primordial que dio origen al celuloide y que terminan por confundir más a nuestro entender aunque, a fin de cuentas, siempre he constatado un gran sentimiento de satisfacción al salir de la sala.
Realmente es un enorme placer el acudir al cine.

Aquel filme que te "deja en qué pensar" y que "obliga" a que tú proporciones el final que mejor te parezca es otro que suele ser muy socorrido. De aquí puedo desprender ciertas inconsistencias quizá del escritor o la poca imaginación que la audiencia pudiera tener dando por resultado una película con poca fuerza o impacto aunque en esencia tenga todos los elementos para poder trascender a lo largo de los años.

Aprecio cuando la película es "redonda", cuando te hace vibrar o descubrir tus instintos, cuando te tiene al filo de la butaca, cuando te hace llorar por más de diez minutos, cuando te remonta a tu infancia y te hace ver que en realidad nada de lo que viviste o podrás vivir vale la pena; aquella donde se te muestra que los valores son exactamente eso: valores, y/o aquellas más donde terminas enamorado del personaje o resumes que sólo somos humanos pasajeros en el tiempo y del mundo. Valga, donde sólo te muestran que lo importante es vivir y dejar vivir.

No, no soy cineasta ni crítico, sólo observo y trato de rescatar desde cada película el mejor de los sentimientos y motivos que pudieran darme una mejor perspectiva de vida. Actual, pues no me gustan las llamadas películas "de época" (aquellas que nos remontan a siglos pasados donde las características sociales eran diferentes o donde los guerreros usaban arietes, sables y demás artilugios con picos o flechas con fuego).


Volveré, en definitiva, a la sala cinematográfica y será seguro que saldré de ella con una mejor perspectiva de vida, con un anhelo un tanto más definido, con la remembranza al filo, con un dejo de sal en alguna mejilla y con más sueños encima... aquellos que podré (de alguna forma) ver plasmados pues, los que ahora acompañan mis citas con Morfeo, sólo me han traído desazón, tristeza y una gana de no dormir.

jueves, 2 de febrero de 2017

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Algunas ocasiones siento que he regresado al dédalo y, en la disyuntiva de un camino u otro, es que me encuentro con personas que siguen inmersas en el suyo y me lo comparten; pero, muy independiente de estos últimos, la llamada al primero es rechazada casi de manera automática por mí.

Algunas ocasiones siento que las actividades y recorridos me desgastan tanto como nunca antes y no quisiera culpar a la edad, sino al gran cúmulo de diversidad que me nubla el entender y que absorbe en casi la totalidad mi atención y provoca desvelo, falta de atención o insomnio.

Algunas más han sido llamadas de atención desde diferentes aristas que me encogen y minimizan sobre y ante la sociedad resultado de la apatía tapatía o del propio estrés citadino y de cada uno de quienes conformamos el orbe.

Mas, has de saber, que cada muestra de amor, afecto o cariño que se postra ante mis ojos es siempre tomada en cuenta, es más que elíxir y puedo seguir cantando aquí y allá teniendo aún asida a mi mano la calidez de un saludo o el calor de un abrazo (aunque este me haya sido dado hace años); lo inolvidable, como bien se escribe, no se olvida.

Y no existe la lejanía; nos sabemos terrenales y, en esta minúscula vastedad, es que estás aún y que me encuentro aquí también sólo esperando coincidir en el espacio y tiempo para volver a dar fe de esos votos que jamás hicimos propios de algún papel o pergamino y que simplemente tomamos como cursor en nuestra vida para llevarla a cuestas (sin que sea un lastre) por siempre.

Nada tiene qué ver con un probable dédalo o con algún otro que se asome y postre ante nosotros para provocar desvarío; a mi edad, pues, la gran mayoría del todo sencillamente tiene ya su lugar...
¿Dónde crees que no estás citado tú en mis grafías si sé perfectamente que me lees?
¿A dónde crees que arrojo ese cariño si no es, como ya dije, que lo cargo conmigo?
¿Por qué crees que "arrojo cuestionamientos al vacío"?  ...sé perfectamente que personas como tú los pescarán y los traerán de vuelta a la superficie con más de diez colores... con más vertientes de un nuevo laberinto.


Entonces es que me percato que sigue un dédalo u otro postrándose ante mí a manera de escaparate y sigo aprendiendo de todos ellos, sigo desgranando perspectivas y constato que soy portador de nuevas para cualquier otro ente que me indague acerca de su disyuntiva o laberinto propio.

Gracias a ti, que me lees, y que aportas la mayor gama de segmentos de piso por donde poder andar, que atas afectivamente y que, reitero, otorgas lozas de concreto para que alguien más se apoye en ellas en su camino después de haber servido yo mismo a manera de puente o mediador.

jueves, 19 de enero de 2017

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Ya hace más de quince días que inició este 2017 y había dejado reservado mi primer post o comentario para algún suceso importante en mi vida o algún sentimiento personal que sea de suma relevancia como para compartir con ustedes.

Hacía más de quince días que mi quehacer laboral me absorbía tanto que no quedaba espacio para recapitular las frases y ensamblarlas de tal manera que pudieran leerse coherentes, cautivas o que al menos pudieran dejarme a mí también convencido de mi uso de este espacio...

Hacía más de quince días que no me sentía tan "obligado" como hoy a hacerlo, a dejar razón de mi haber y, de manera lamentable, el suceso matutino en aquella escuela en Monterrey del pasado miércoles 18 me obliga hoy a hacerlo (aunque no es este un espacio "noticioso" que "tenga qué ver con el resto")

...y entonces descubro que mi bocabulario es corto, que mi "necesidad" se agolpa y satura, que mi entender es limitado y que mi sensibilidad supera en todo cualquier sensación por muy amorosa o mundana que esta sea...

Qué triste es ser así! No puedo definirlo de otra manera... Qué infelíz me torno al conocer noticias así (y reitero mi poco entender, mi poco bocabulario) y me sé longevo, con una amplia vida detrás, encima de mi guitarra, y esta noticia supera mi composición, mi musicalidad, mi entereza y toda la vivencia o experiencia que me digo o pudiera tener.

Una y otra vez... un disparo tras otro, con atino, sin rumbo, sin sentido, a mansalva, sin piedad... el silencio atrofió mi habla, mis ojos se inundaron por horas mientras TODOS clamábamos por respuestas, por entendimiento, por sensatez, cordura, amor, comprensión, tolerancia y un sin fin más de valores o convicciones tanto sociales como personales que jamás acudirán.

Todo está dicho y no hay más qué decir de los diecinueve días que lleva recorrido este dibujo de año, este que simboliza, que atrapa, que duele, que enerva, que invita a la lucha social, que propone caos, que sugiere venganza, que acecha guerra y carestía...


Hacía más de quince días que me sentía "obligado" a escribir... esperé, y lo único que recibo es una bala también en el alma que me quitó la "obligación", me dejó estupefacto, llorando y con un enorme hueco en el entender, en el sentir, en el vivir y/o en el amar.