jueves, 19 de enero de 2017

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Ya hace más de quince días que inició este 2017 y había dejado reservado mi primer post o comentario para algún suceso importante en mi vida o algún sentimiento personal que sea de suma relevancia como para compartir con ustedes.

Hacía más de quince días que mi quehacer laboral me absorbía tanto que no quedaba espacio para recapitular las frases y ensamblarlas de tal manera que pudieran leerse coherentes, cautivas o que al menos pudieran dejarme a mí también convencido de mi uso de este espacio...

Hacía más de quince días que no me sentía tan "obligado" como hoy a hacerlo, a dejar razón de mi haber y, de manera lamentable, el suceso matutino en aquella escuela en Monterrey del pasado miércoles 18 me obliga hoy a hacerlo (aunque no es este un espacio "noticioso" que "tenga qué ver con el resto")

...y entonces descubro que mi bocabulario es corto, que mi "necesidad" se agolpa y satura, que mi entender es limitado y que mi sensibilidad supera en todo cualquier sensación por muy amorosa o mundana que esta sea...

Qué triste es ser así! No puedo definirlo de otra manera... Qué infelíz me torno al conocer noticias así (y reitero mi poco entender, mi poco bocabulario) y me sé longevo, con una amplia vida detrás, encima de mi guitarra, y esta noticia supera mi composición, mi musicalidad, mi entereza y toda la vivencia o experiencia que me digo o pudiera tener.

Una y otra vez... un disparo tras otro, con atino, sin rumbo, sin sentido, a mansalva, sin piedad... el silencio atrofió mi habla, mis ojos se inundaron por horas mientras TODOS clamábamos por respuestas, por entendimiento, por sensatez, cordura, amor, comprensión, tolerancia y un sin fin más de valores o convicciones tanto sociales como personales que jamás acudirán.

Todo está dicho y no hay más qué decir de los diecinueve días que lleva recorrido este dibujo de año, este que simboliza, que atrapa, que duele, que enerva, que invita a la lucha social, que propone caos, que sugiere venganza, que acecha guerra y carestía...


Hacía más de quince días que me sentía "obligado" a escribir... esperé, y lo único que recibo es una bala también en el alma que me quitó la "obligación", me dejó estupefacto, llorando y con un enorme hueco en el entender, en el sentir, en el vivir y/o en el amar.