sábado, 18 de noviembre de 2023

 .

Quédate con todo aquello que te hizo sentir bien, que te creyó rejuvenecer al tiempo mismo que transcurría un año u otro... así como está casi por terminar éste.

Quédate con la llamada, con el abrazo, con la mirada misma que se postró donde sólo tú sabes y que fue discreta cuando se requirió, cuando se erizó el vello, cuando la llama misma del amor se encendió.

Quédate con las sombras que te compartieron intimidad, que te descubrieron desnuda y te ataron por un momento a su soledad, a la desdicha de lo efímero, al sollozo apagado o escondido.

Quédate con una de dos, con dos de tres o con la cantidad que precises para que nada te falte en ese momento de incertidumbre, de desgana, de parquedad... que tu llama no fenezca y que sobre calor.

Quédate con el recuento de los daños, con las ganas mismas de seguir, con ese desvariar cuando te apoyas en la droga del amor, del sueño, del desvelo o de alguna droga (por qué no)... que no habrá más vida para repetirlo.

Quédate con todo entre tus manos, con los bolsillos llenos y la mirada perdida... que nadie se atreva a reclamar su espacio cuando es el tuyo o la voz cuando sea la tuya la que se deja escuchar.


Y luego, quédate vacía ante mí... que yo apeteceré cuando me ofrezcas desde tus manos llenas, tu amor entero, tu desdicha, tu sollozo o tu soledad pues, hasta tu sombra, deseará siempre ser parte de mi vida.