sábado, 22 de abril de 2023

 .

Dentro y a lo largo de mi trayectoria musical he pisado diversos escenarios donde he desarrollado géneros musicales tan diversos como algunos tantos compañeros más y, ellos sabrán, que lo dicho "cuesta" años de entrega, de esfuerzo, de estudio y demás.

No intento presumir con esto. Mi inquietud radica en que "sigo siendo un don nadie" musicalmente hablando para muchos compañeros en diferentes áreas musicales. Me explico:
Aún trabajando casi veinte años en un grupo de música versátil, muy pocos compañeros del gremio y "rubro" es que saben de mi experiencia y capacidad.

Aún trabajando por más de tres años en un piano bar (haciendo bohemia), extremadamente pocos compañeros me creen capaz de desarrollarme en dicha "plataforma"... es más, quienes "dominan" ese género, nunca se han enterado de que puedo también con eso.

Lo que es peor... muchos compañeros trovadores y/o compositores mexicanos ni siquiera saben que existo y, con ello, muy pocos se "atreven" a participar en lo que he desarrollado a lo largo de casi cuarenta años en la modalidad de mi composición y/o producción.

Alguna ocasión "culpé" de todo esto a la familia... esto es, el ser padre responsable de un seno y con prole, me orillaba a no formar parte de reuniones, viajes, promociones y/o presentaciones que no fueran las laborales en sí y sólo iba al trabajo y regresaba a casa (con lo que, todo lo demás, siempre pasó a segundo o tercer término pues no obtenía remuneración alguna de o por).

Y, de pronto, uno sólo de los compañeros me hace reflexionar, desvariar o hacerme caer en depresión y desear en verdad el retirarme de todo esto, de no hacer más que labor de empleado y, lo mío, lo realmente mío musicalmente hablando, arrojarlo a sólo hacerlo por mero amor al arte... que, si bien siempre he impreso amor en lo musical, gestarlo ahora más enfático y en soledad.


...luego, otro compañero me dice que "debo ser más humilde" en toda esta concepción y dejar que "el mundo ruede", que quienes realmente estarán conmigo se verán en su momento y que no debo "juzgar a todo un mundo" sólo por la decisión y postura de uno solo...

Incluso, me atreví a decir a mi esposa que, el día de mi muerte y en la capilla de velación, llegarán decenas de personas a ofrecerle condolencias... y ya comienzo a dudar de ello.