domingo, 19 de diciembre de 2021

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Hacía tiempo que "no me sucedía" el estar frente a la pantalla blanca del Blog sin saber cómo iniciar pues, por lo general, existe bastante qué decir o qué compartir con ustedes de lo acontecido, lo imaginado o lo meditado... esta noche sucedió.
Pero, vuelvo, no es porque no tenga qué decir... sino porque aún no decido cuál de los tópicos que traigo en mente deberá formar parte de este legado cibernético.

Uno, de los más trascendentes, pudiera ser el que (por primera vez trabajando en Guitarras Caro y Topete) un comprador me ha tildado de ser el peor vendedor y el colocar en él la enorme duda de la confiabilidad del negocio en sí... extraño?
Y pues, me puse a hacer encuesta.
Decenas de ventas me respaldan y la mayoría de los clientes han quedado satisfechos con mi asesoría y trato personalizado en casi todas las aclaraciones, compras a distancia (bien sea telefónicamente, vía Internet) o locales... La excepción es César Casiano.

Y, aquí sí me voy a permitir el colocar un correo electrónico que envió a nuestro negocio donde se lee profundamente molesto en apariencia a raíz de que no le pude contestar mi celular en dos ocasiones:
La primera, mientras hacía en tienda una venta de más de cincuenta mil pesos y, la segunda, debido a que estaba haciendo música en uno de los casinos locales donde laboro en horario diurno.
Si bien lo único que le dije (deteniendo mi interpretación musical en ese momento) fue: "César, perdona, estoy trabajando. Te marco en un rato". Y corté la comunicación sin mediar más diálogo con él.
Mi presentación apenas iniciaba y no fue sino hasta dos horas después que le pude contestar vía WhatsApp... cosa que al parecer lo decepcionó y enardeció más. Fue entonces que decidió "quejarse" sentidamente con "alguien" especializado en "atención a clientes" de la tienda Caro y Topete.
Por otro lado y, a juicio de todos los que laboramos ahí (luego de exponer el caso con lujo de detalles), nunca entendimos el trasfondo de su misiva y jamás supimos el de aquella llamada directa a mi teléfono pues ya se le había especificado con lujo de detalles los costos, características físicas del instrumento y el tiempo de entrega.

Me llevaría "un buen de texto" el intentar dar alguna introducción a todo este menester que aún no concluye pues, la guitarra que adquirió con nosotros, no ha sido (a esta fecha) saldada en totalidad o entregada.

sic.

A quien corresponda.

Buena tarde, escribo el presente correo por una situación que me tiene un poco inquieto, me explico con toda la claridad que pueda ofrecer.

El pasado 28 de octubre de 2021 hice un deposito de $ 5,000.00 para pedir una guitarra manouche DB950, las guitarras que se producen en Caro y Topete son hermosas y estoy seguro que la calidad debe ser igual de buena, y estoy seguro que la guitarra quedará excelente, pero ese no es el motivo por el cual escribo.

La razón es porque el día de hoy hice una llamada a la persona que me atendió y que francamente ha sido bastante grosero en su trato, tanto es así que no pude aclarar más mis dudas sobre el asunto de las especificaciones de la guitarra debido a que según sus palabras él no podía “mandar a volar a un cliente que le dejaría” una cierta cantidad en oposición a la corta suma de dinero que implicaba la guitarra que yo estaba pidiendo, pero la verdad es que por supuesto mi intención no era que “mandar a volar” a nadie, yo lo que quería era un poco de atención para realizar el pedido, no obstante acepte porque realmente me interesa mucho la guitarra y estoy seguro que después de lo que esta persona Eduardo Ulloa (me parece) me dejo bien claro, pues la importancia de un pedido como el mio es menor, igual acepte aunque para ser sincero, $ 9,500.00 para una guitarra no me parece una suma desdeñable y menos aún para una persona que no se dedica a la música, mantengo mi posición, el trabajo que se realiza en el taller me sigue pareciendo magnifico y el costo no es un tema, por la misma razón ni siquiera hice un atisbo de regateo, y la verdad no veo por qué merecería yo un trato como el que voy a describir.

El día de hoy, 8 de noviembre de 2021 hice una llamada al numero que encontre en internet (33 11544623), porque para ser honesto quería preguntar sobre cualquier noticia o si es que me podría ofrecer alguna fecha de entrega, alguna orden de compra, etcétera… entonces cuando la llamada entro comenzó una musica de fondo y después de 10 minutos de esperar colgué, 20 minutos después volví a llamar y esta persona me contesta y sin dejarme hablar y en un tono francamente grosero me dice “cesar estoy trabajando” y me cuelga el teléfono.

La verdad es que me parece muy ofensivo de parte de este señor, yo le llamaba por un motivo de SU trabajo y mi relación con el es comercial y laboral, yo no tengo ni me interesa tener ningún tipo de relación de otro orden con esta persona y no veo porque tendría que permitir que me hable de esa forma.

Después fui a Facebook y pedí un numero de contacto para hablar de lo sucedido, adjunto las imágenes de las conversaciones.

La verdad me deja un muy mal sabor de boca la atención que he recibido de esta persona, porque independientemente del monto que implique la compra que estoy haciendo el respeto en principio como persona y posteriormente como cliente no tiene por qué ponerse en prenda, entonces llame al numero que me dieron en Facebook 33 ****0528 y hablé con Daniel Castañeda quien tuvo una actitud totalmente distinta para bien y le pedí un correo para dejar este asunto como antecedente.
 
La primer llamada que hice fue a las 14:22 y no fue sino hasta las 17:05 que el señor Eduardo me contesto solamente para decirme que me comunique con la tienda, igualmente adjunto la conversación, y me dijo que estaba trabajando en una cosa diferente y que es músico y no sé que más, una serie de cuestiones que a mi me tienen absolutamente sin cuidado porque no son de mi incumbencia y supongo que el numero que me dio es personal, pero es que él fue quien me dijo que me comunicara a ese numero.

No creo que sea forma de tratar a un cliente, y sí quiero dejar esto por escrito porque de ningún modo voy a aceptar que se me trate de esa forma.

Me llamo Cesar y mi teléfono es ******7451, si a alguien le interesa este asunto (cosa que doy por hecho) si me gustaría algún tipo de respuesta al respecto, porque me interesa mucho la guitarra, pero no me interesa más que el respeto que me merezco.

Muchas Gracias y buenas noche.
__________________________

Obviamente, el señor acompañó su misiva electrónica con capturas de pantalla que, para su desventura, desmienten parte de lo que él objeta en su texto y, añadiendo más "leña al fogón" la frase correcta de aquella tarde fue: "César, estoy trabajando; luego te regreso la llamada".
Por qué subrayo esto? porque si sencillamente alguien te responde así, lo más coherente e inteligente es que deberás esperar a que tu interlocutor esté en condiciones de atenderte (incluso, el número telefónico que dice ser de Daniel Castañeda es incorrecto).
O sea, mi hermano, el derecho, mi derecho de réplica, es también sumamente valioso como tu "intento" de desvalorar a una persona con tus equívocas aseveraciones textuales.

Lo que sí es de "admirar" es que, César, no es "una persona común". Se trata de una persona letrada, conferencista, con buen uso del lenguaje y una redacción aceptable (a medias), que escucha trova y se jacta de ser educado (sin tomar en cuenta ciertas publicaciones suyas en su muro personal de Facebook donde "se agarra" de otros autores para hacer simples citas, observaciones existenciales y/o emocionales... mas, muy en el fondo puedo creer, que sólo lo hace porque carece de palabras y frases propias pues incluso, hacia su pareja, se dirige con textos de canciones de Silvio Rodríguez).


Con todo esto, tanto yo como otras personas hemos resumido que: la educación, el conocimiento y la lectura no propiamente están ligadas a la inteligencia.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

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Estuve (y aún quizá estoy) al punto de publicar en este espacio una carta definitiva hacia ESTAFETA (una empresa de mensajería-paquetería que también presta su servicio en este bello México) debido a las tantas y tantas fallas que ha presentado a lo largo de mi laborar en casa Caro y Topete (guitarras).

Pues resulta que, desde junio de 2021 pasado, estoy intentando dar seguimiento a un reclamo por haber roto una entrega hacia Estados Unidos de Norteamérica [la cual por cierto nunca llegó pues, para fortuna nuestra, los propios empleados de la empresa en cuestión y al mirar ellos el paquete destrozado (al igual que su contenido) tuvieron la amabilidad de llamarnos por teléfono y preguntar si entregarían así dicho paquete. La respuesta de nuestra parte por obvias razones fue negativa y fue retornado a su lugar de origen].

Cabe aclarar en este espacio que no es la primera ocasión en que, desgraciadamente, ya han entregado dos más de nuestros envíos en pésimas condiciones físicas (y a pesar de que ellos mismos se han percatado del daño evidente tanto del empaque como del producto interno) lo que nos ha llevado y orillado ya en definitiva a optar por reclamar al menos el costo del envío que, por cierto, resulta ser algo oneroso.

Pero... he aquí el "viacrucis" que me han hecho pasar pues, de pronto "aparecen o hacen aparecer" cláusulas que sólo ellos como empresa colocan y que absolutamente ninguno de los usuarios conoce pues, estoy seguro, que ni en "letras pequeñísimas" aparece en la orden o ticket de envío.
Y comienzan a pedir comprobantes absurdos que muchas empresas pequeñas realmente carecen de ellos... que si esto, que lo otro, que captura de pantalla con precio del producto fiscalizado, que una carta de deslinde, que factura del producto y número de serie, que si aquello... eso y más cuando ya se me había enviado una carta con más de siete puntos a recavar y que, correctamente y en su momento, terminé por y enviarlo vía correo electrónico.

Ya como un "plus", recibí dos llamadas de dos personas diferentes que estaban dando seguimiento a mi caso (allá por principios de octubre de este mismo 2021) y que, a mi parecer, era absurdo que triangularan mis datos, papeles y/o archivos electrónicos... mas al menos, dichas llamadas fueron la mejor de las muestras "de cariño y atención" que la empresa pudo tener hacia mi persona quien, a nombre del titular, dio seguimiento a todo el reclamo de reembolso.

Y, así como un simple extra, tengo la cualidad textual (escrita) de ser algo duro (sarcástico y despiadado, según mi esposa), de "dar en el punto crucial o sensible", de repasar una y otra vez cada texto que redacto con el fin de que quede lo más claro posible cualquiera de y, de seguir en este desorden creado por ellos mismos (reitero: ESTAFETA), publicaré aquí la carta de hartazgo que me obligaron a redactar (...con el perdón que me merece quien la recibió pues, él en específico, no es el culpable en absoluto de todo este menester y que, a la fecha que escribo aquí, aún no me es consumado el reembolso pertinente).


Por desgracia no es la primera vez en que me apoyo en las letras tajantes y llanas para desahogar mi frustración o la injusticia... pero lo volveré a hacer cuantas veces sea necesario para intentar poner orden, al menos, en mi integridad mental, temperamental o eufórica pues, si ya me han hecho pasar corajes, que al menos se enteren que realmente los padecí.

Fin (parcial) del comunicado.

miércoles, 13 de octubre de 2021

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No habrá sorpresas en lo sucesivo.
Así inició la travesía colmada de vídeos en mi canal de YouTube. Y de pronto un par de detalles, el más sobresaliente a la fecha, el que me envía la esposa del autor de cierto cover que realicé allá por 2016 y que, probablemente, hasta ahora fue que lo vio en compañía de y que, según sus palabras, está mejor que muchos otros que pululan la red.

No deseaba sorpresas en lo sucesivo.
Así inició la travesía colmada hoy de escritos en cada uno de mis blogs y donde, cada dédalo, encierra profundo sentir, experiencias, bocetos literarios, sueños y/o pensamientos en general. Y, de pronto, un par de detalles que has exteriorizado hacia el mundo refiriéndote a ellos donde "no me haces partícipe" y sólo juzgas o señalas.

No deseaba sorpresas en lo sucesivo.
Así inició la travesía de mi composición y que hoy día ya rebasa las diez docenas en su haber y donde, desde lo más profundo de mi amor, mi entereza y mi sentir, he intentado dar forma musical a lo intangible, a lo simbólico o a lo inasible. Y, de pronto, un par de ellos se asoman después de catorce años de no hacerlos, de no ir más allá del día, de lo vivido, de lo ya conocido.

No deseaba sorpresas en lo sucesivo.
Así inició mi estadía en las redes sociales y desde donde más y más contactos he tenido, casi todos ellos, viejos conocidos u otros nuevos que se suman con cada semana, cada mes o muy esporádicamente. Y, de pronto, la sorpresa de saberte "un tanto olvidado" gracias a ciertos logaritmos de las propias redes, de cambios en las políticas y el deseo de lucro por parte de los dueños.


Quizá mamá no deseaba sorpresas indeseables en su vida... quizá tú también estés en espera de ninguna desagradable.  Mas, sabrás de cierto, que cualquier cosa que hagas, cualquier actitud que adoptes, cualquier actividad que realices, acción o no acción, seguro te "traerá sorpresas" sin siquiera desearlas.
Habrá, pues, alimento especial, mundano o social que deja de ser cotidiano y que se asoma con cada viro del dédalo.

domingo, 19 de septiembre de 2021

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Ciertamente ya no soy el mismo que hace algunos buenos años.

Allá, cuando creía que podría gustar con mis escritos o mi música y, después del después, las letras que más he deseado fueran leídas han estado más que ausentes a los ojos de quienes importa y, mi música, ha terminado por gustar más a hombres que a mujeres en un porcentaje exageradamente elevado.

Ya no soy aquel que intenta soñar despierto. La vida misma se encargó de ponerme "en orden" con algunas ideas (no todas) y, otras, han seguido tropezando entre los demás que (como dicen muchos) deberían "buscarse su vida" y no fijarse demasiado en la de los demás.

Mi preocupación ha terminado por devastar lo ya preocupante, mi economía sencillamente se ha ido al traste y, aunque no falta para el alimento básico, sí, aquellos que dependen de mí, ya han tenido que tomar un viro más que apremiante para vida de mantenerse con vida... cosa que suma preocupación a lo ya preocupante.

Más cansado día a día de mensajes y/o frases de motivación, de otras con carácter meramente romántico o amoroso, de canciones dirigidas a quienes no entienden o no quieren escuchar, de posturas grupales que sólo orillan a la desgana y, en mi observar, prefiero dejar que todo se suscite.

Y es que "los buenos años" pareciera que ya no son para mí. Resulta más grato observar cómo la juventud impera, se mueve, gesta, sueña, añade, lucha, despierta...
Aquellos años, supongo, también fueron míos y los viví como maravilla al despertar, como precipitación al vacío en un buen sueño o cual viaje vertiginoso con la sonrisa a flor de.

Y es que ciertamente ya no soy el mismo que hace algunos mejores años...
Hoy "sólo son años" e intento, intento e intento sin lograr más nada... sumando más crítica, más caras molestas por alguno de mi proceder, frases negativas desde cualquier fuente mientras que, yo sólo pido, que se enfoquen, que no porten estupideces ni cosas negativas que los distraiga.


Llegará el momento en que pueda quizá escribir más sensato acerca mío, más coherente con la vida, más acorde con la necesidad del amor, con menos nostalgia o sin tanto resquemor hacia aquellos quienes me han señalado o he lastimado.

Llegará un momento... que, lamentablemente, tal vez no sea pronto.

jueves, 12 de agosto de 2021

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Y, ahora?
Por fin la recapitulación? Todo ese remembrar de situaciones que, por años, fungieron como estandarte entre el uno y el otro...
Por fin el aceptar? Todo ese apoyo desmesurado y derramado entre el uno y el otro con fines bélicos amorosos...

Y, entonces?
Por fin el regreso? Esa espera que ha llevado años para volver a actuar, para volver a formar parte del todo como uno solo...
Por fin la cordura? Ese recapitular de escenas, de momentos, de incertudumbres incluso que se tornaron ciertas en su momento y que dieron forma a dicho todo...

Y, mientras tanto?
Es que aún hay esperanza? Tan independientemente como todo mundo reza que "muere al último" cuando, en apariencia, se muestra "más que muerta"...
Es que habrá aceptación? Tan enfáticamente marcado se divisa que, lo antes dicho o acordado, ya pasa al término "prudente" más que al "quizá" o "tal vez"...

Tan edificante el poder cotejar ideas, impresiones y sentimientos... Tan maravilloso el poder mostrar la amistad como bandera de tolerancia; tan cierto lo incierto una vez más y, para rematar, la lágrima tras el hermoso recuerdo... Qué decir?
No sólo de recuerdos vive el hombre (o la mujer), no sólo de esperanza se alimenta una relación (cualquiera que esta sea) y no sólo porque "la sociedad, la cultura o la costumbre" lo demande "se le hará caso"...


El "ahora", el "entonces" y el "mientras tanto" deberá pasar a un plano más tangible, más circular, más palpable y elocuente de cualquier manera con el paso de los días...
...a pesar del vivir día a día como algo "natural", cotidiano, sin "tanto entonces" o "ahora mientras"...

Y, si el juego de palabras no te dice nada a ti, supongo que el que sigue turbado y confuso aún sigo siendo yo.

martes, 13 de julio de 2021

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No ha sido una vez en que ella me ha repetido que, al parecer, yo me encuentro en una situación cómoda... que, supuestamente, estoy en "la gloria" al referirse a mi estado "de soltería" por mi separación... e indagando un poco en quienes le rodean pude descubrir que, a pesar de lo crucial que fue para muchos la situación el año pasado, para dichas personas no lo fue tanto.

Dicho año fue de lo más difícil para mí en todo aspecto como persona independiente y que se maneja así dentro del ámbito musical (ámbito, que fue sumamente lastimado, frenado y desmerecido por nuestras autoridades)... qué decir de lo individual, de lo emocional, de lo cultural y social que te orilla a ser proveedor. Todo eso ha sido irrelevante en ella; lo comento así, porque así lo demuestra con sus aseveraciones o acusaciones.

Resulta pues cómodo el ejecutar un juicio sin antes ponerse en zapatos ajenos, sin antes valorar todo lo antes acontecido, la lucha constante, la responsabilidad ante todo y, aquí, debo callar a colocar cualquier tipo de punto positivo que pudiera tener porque, seguramente, volveré a ser juzgado.

Qué importa entonces el que la situación "te desarme", te frene, te limite, te menosprecie, te deje sin campo de acción y te haga desvalorarte como persona, como proveedor, como ser autosuficiente y como portador de responsabilidad mostrada ahora trunca a raíz del todo.

A la mierda se va lo logrado, el valor que pudiste sembrar siendo competente y/o colmado de trabajo. Todo ese tiempo invertido hoy sólo es nada y te miran con desdeño, con "comodidad" sin echar un ojo a tu trinchera, a tu vacío emocional, a tu probable estado de depresión profunda que sencillamente no importa.


Y es que con todo esto, y mientras sigan sumándose situaciones desfavorables, no habrá manera de "corregir" la desesperación, la tristeza, la desgana, la impotencia, la falta de apoyo y un sin fin de colores que terminarán por teñir todo mi entorno, mi profesión y la vida misma... todo, aunado, a ese juicio absurdo que sólo me orilla a creer en que "no se piensa nunca en los demás" o "sólo lo mío cuenta" cuando, entre esos "demás", es justamente donde me encuentro.

viernes, 25 de junio de 2021

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Un día veinticinco que sigue siendo simbólico...
Que dice mucho en cuanto a mi recuerdo refiere, que fue muchas veces envidiado y que hasta resultó convirtiéndose un poco en egoísmo ante o hacia el calendario.
Y sí, se trata de un hermoso número.

Pero no se trata sólo de numerología. Dicho día acecha, convierte, revierte, anida, acopla, rebusca y un sin fin más de situaciones y sentimientos que tardaría algunos posts más en desenvolver... y es que no se trata de numerología.

Preguntaba esta tarde a un compañero de trabajo que estudió Psicología si, entre las diversas ramas y materias de su carrera, se tocó alguna vez lo referente al amor.  De manera obvia su respuesta fue positiva.
Rescató algunos autores y citas bibliográficas cuando me respondía y, "para rematar", le indagué si él no creía o pensaba que, quizá más en nuestros tiempos, el 'amor' se avocaba más a lo racional que a lo sentimental.

No quedó silente; inmediatamente observó que la pregunta era para conversar un buen rato...
Y así fue, mas no concluímos en algo concreto pues, según sus estudios, la mayoría de "los resultados no están nunca comprobados" pues, como coloquialmente se dice, "cada quién habla del cómo le fue en la feria" y es justo ahí a donde desenlazan algunos de los autores que mi compañero estudió en su momento.

Ese tema y el de la muerte, comentó, son los más difíciles de "comprobar"...  mas yo seguía con mi duda; es o no más racional que sentimental el amor en nuestros días...?  O es solamente cuestión "de pensarlo" para que ya sea así?
Esa y otras preguntas sin forma o sustento se agolparon en mi entender mientras manejaba rumbo al trabajo.


Sigo observando el trasfondo de las situaciones, de las cosas, de los momentos, de los encuentros e incluso de los desencuentros... de lo que fue mi vida y del cómo, sencillamente, no existe la fórmula precisa para el éxito en una relación.
Si bien alguna pasada fue desastrosa y, suponemos, no repetir acciones o actitudes para evitar volver a errar, nos percataremos que serán 'otras causas' las que nos orillen a un nuevo fracaso (claro, en caso que suceda)

En el fracaso de mis relaciones sigo aprendiendo, en el observar del calendario sigo remembrando y, en el trayecto de cualquier lado hacia otro, las imágenes se agolpan, los nombres salen a relucir, la desgana, la tristeza, la semblanza, el resumen, la pericia que resultó dolida más que fallida.
Y, entre un golpe y otro, sigo aquí.

domingo, 6 de junio de 2021

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Cuánto tiempo más para la espera?  Dónde, cómo o qué será lo que resulte?  Quién saldrá más "beneficiado"?  Acaso el acaso podrá triunfar ante el devenir mismo?
Son decenas de interrogantes las que día a día se suscitan en mi haber; la mayoría de ellas entorno mío, las demás, hacia mi familia y mi labor.

Y es que ya no hay aquel rincón, aquella fortaleza, aquella compañía o aquella guitarra incluso. Todo se ha convertido en materia edificada que terminará por derrumbarse, materia palpable que se convertirá en polvo con el paso del tiempo y, el cúmulo de sentimientos, sencillamente no están más conmigo.
Más de un amigo sostiene que padezco de depresión.
Y, entre ese experimentar "de la nada" y el sentir ausente, otros pares de conflictos se suman al haber para concluir en gran desazón y desgana hacia el todo.

Me decía un amigo que justo es eso: el sentirme útil en el trabajo y luego, al arribo a casa, intentar llenar el vacío haciendo "algo" que termina por ser un amasijo de acciones y/o actitudes sin plan, sin trasfondo amoroso, sin nada más que el simple estar y esperar el día siguiente para "volver a sentirme útil"... silencio aquí, actitud allá, soledad aquí y convivencia allá.

Psiquiatra?  Psicólogo?  Terapeuta de las emociones?
Veo con tristeza el cómo lenta o paulatinamente algún conocido va justo a tomar el rumbo de este escriba y, qué extraño es que "lo pueda percibir" y no poder hacer algo para resarcirlo, para hacer caer "en advertencia" a cuanto se acerca al "precipicio"...  para luego enterarme que "cayeron" en lo profundo y no sabrán salir.

Algunos otros los observo "fingiendo que todo marcha de maravilla" cuando, es más que evidente, que alguno de los dos está sumamente arraigado al otro, dominado por el otro, o que termina por sentir compasión por el otro y no se atreve a terminar el embuste, el teatro, el capítulo... aunque digan que aún se aman y/o que son co-dependientes el uno del otro.
No lo sé de cierto... incluso, no creo que eso pueda ser cierto que, por amor, no terminan la relación a sabiendas que más bien parece una novela barata y con actores malos, que uno o ambos ya está tan lastimado que no se le puede dañar más o que el simple hecho de saber al matrimonio como un "negocio" es más que suficiente para continuar juntos.

Mi siempre observar a fondo y detenidamente las cosas me ha orillado hasta aquí y, parece ser, que me he enfrascado tanto en lo mío que sólo atino a observar desde mi prisma pero sin proponer, sin chistar, sin prejuicio, sin llanto, sin tregua, sin sueños y palabras, sin juicio u opinión... de verdad: sin nada.


Es obvio que más de alguno saldrá muy lastimado de todo este bache donde me he sumergido y, aunque alguna vez (o varias veces) dije que estaba "observando desde fuera del dédalo", lo más acorde es que se trata quizá de un gran hoyo donde, simula, que estoy fuera al carecer de viros y muros... viros y muros como los que cuenta todo laberinto.

...como "hacerse chiquito", pequeño, y estar dentro de un bol... donde me reflejo en su única pared y resbalo hacia su centro sin fin.

lunes, 3 de mayo de 2021

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A dónde es que se fue esa sensibilidad por un atardecer?
Dónde es que está esa sensación amorosa persistente de no querer que terminen en el cielo esos tintes rojizos, naranjas, bermejos y violáceos... será acaso que se han quedado sólo en el recuerdo de mi ser enamorado?

A dónde es que se fue esa sensibilidad por la llegada del otoño?
Y es que me percataba de ello en el simple manejar del auto y en un viro apreciar al sol fulguroso aún y directamente sobre mis ojos sin que éste colmara de calor el derredor... será acaso que se ha quedado sólo en el recuerdo de mi ser enamorado?

A dónde es que se fue esa sensibilidad por andar por algún paseo arbolado?
Dónde está ese cerrar de mis ojos estando ahí, el sentir del viento fresco y escuchando el murmullo que emiten las hojas en sus copas... será acaso que se ha quedado ya sólo en el recuerdo de mi ser enamorado?

A dónde es que se fue esa sensibilidad por mirar algún amanecer?
Y es que me percataba de ello desde mi lecho incluso en total desnudez o desde la silla donde acompañado charlaba toda la madrugada... será acaso que se ha quedado ya en el simple recuerdo dada mi estabilidad sentimental del momento?


A dónde es que se fue el recuerdo del café aromático matinal, el aroma a rosas en el hogar, el sentir del piso limpio en horas nocturnales, el olor de piel, el silencio exterior, el caer del agua en mi cuerpo en horas de madrugada, el aroma del petricor exterior...
Será acaso que sólo quedará ya en el recuerdo de mi ser enamorado y entender que, en definitiva, ya lo he vivido y "no lo quiero con alguien más"?

martes, 6 de abril de 2021

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...y es que en mí aún perdura cada escena vivida.
Aquella frente al estero en horas de madrugada pudiendo observarte desde algunos metros...
O ese sentir de la arena aún cálida en mis pies frente al mar también pasada la medianoche después de haber llorado bastante, de haber peleado con mi celo, con mi impotencia al no poder demostrarte que mi amor era pleno y genuino. Real.

Aquel atardecer donde no había más nadie a mi lado y tú estabas en el interior de casa aún en las sábanas esperando alguna reacción mía que, seguramente, fuera más acorde a tu deseo y convicción que a la decisión personal que pudiera tener.
O esa espera... aquella sorpresa de verte tras la puerta al abrir. Aquella otra de buscarte en el centro de la ciudad sin éxito o tu imagen viendo alguna de mis presentaciones.
Ese nunca saber dónde fue que realmente se posó tu mirada.

Lo físico de aquel restaurante, el acomodo de los muebles en el hotel... la soledad del entorno mientras ocurría el eclipse total en 1991 y el "extraño amanecer" en todo horizonte en dicho momento.
Cada salida de la luna sobre el mar, cada lágrima que pude ver rodando alguna de tus mejillas y muchas intimidades más que no debo ni deseo describir aquí.

El mirarte ebria sonriendo, cantando, feliz de la vida, del amor, del momento...
Lo maravilloso de un amanecer al pie del faro escuchando sin escuchar a mi interlocutor, llorando una vez más.
Cada una de las veces que asomé por aquella ventana no con el afán de verte llegar, sino sólo por desear grabar en mi memoria esa perspectiva que, sabía, no duraría para siempre.
La llama de aquella fogata y su luz reflejada en tu mirada o las luces de la alberca haciendo brillos en tus ojos.

El entorno en lento movimiento acompañado sólo por el sonido de los pasos y, mejor aún, tu andar desde lejos... tu cadencia, tus piernas, tu cabello ...y una vez más tu sonrisa embelleciendo tu rostro al saberte observada.
Ese recuerdo de tu voz tras el teléfono y mi mirada perdida dejando jugar a la imaginación para poder mirarte a la distancia.

El sol y la luna acompañándome una tarde a solas frente al mar ... y sí, el mar una vez más! Poseedor de lo más hermoso de mis días, de las imágenes más crudas, las más queridas o las menos deseadas a su vez.
Lo ardiente del interior del auto mientras me sabía pronto a llegar ante ti... a pesar de estar a cientos de kilómetros...  lo vano que siempre fue querer permanecer...


Y es que en mí aún perdura cada escena vivida... y es una pena que no sea lo mismo en ti.

martes, 2 de marzo de 2021

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No, no puedo pedir más que no te esmeres.
Eres libre de hacerlo hasta el cansancio, hasta lograr cometido, hasta saciar tu placer o tu deseo de sentirte un tanto especial o superior a "los mismos de tu raza", de tu clan, de tu logia o de tu familia.

Tampoco puedo pedirte que dejes de... lo que sea que fuere!
No soy nadie en el mundo como para impedirlo, para achicarlo, para pasarlo por alto o para suponer que te hará daño, te volverá más estrecho o te impedirá razonar con cordura.

Existen y existirán siempre en ti (y en los demás) esos destellos de soltura, de gran gama, de lucidez o de inmenso vacío que darán fe y fuente a tu vida... no por nada es que estás aquí al lado de quienes te rodeamos.

Sabes los límites y su lejanía con tu entorno o tu presente; conoces las consecuencias (y si no, deberías!), llevas contigo los colores, las intenciones, el desenlace mismo de cada uno de los pasos que sueles dar sobre la duela, sobre el césped, sobre las sábanas incluso a la hora de recostarte.

Los sueños son para ti los descansos, los recesos de tu realidad.  La manera como proyectas con tu silencio matinal las imágenes acudidas en dichas citas con Morfeo no son más que un fiel reflejo de la pequeña pausa en el día para luego cobrar impulso y hacer el todo!


Qué mejor manera de saberte viv@?
Qué mejor obsequio a la vida que tu quehacer o tu porvenir...
Qué mejor melodía que la que ya ejecutas sin instrumento alguno...
Qué mejor vida te esperará?

Es necesario que atisbes hacia mí entonces?

sábado, 27 de febrero de 2021

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En Facebook recibo cotidianamente imágenes de los paradisíacos San José del Cabo, Cabo San Lucas o La paz y regiones hermosas de la Baja California.
Y no puedo menos que extrañar profundamente.

Si bien mi estancia ahí me hizo conocer muchas facetas de la vida... y la vida misma como tal.
La hipocresía en todo su esplendor, la amistad franca, lo maravilloso del vivir al pie del mar, el gozar de la juventud y la libertad, el amor, el desamor, la mentira y otro costal de experiencias que forjaron gran parte de lo que hoy soy.

Dichas imágenes se "atoran" por momentos en mis ojos y repercuten de inmediato en mi sentimiento, se convierte el momento en silencio y sólo dejo que la pronta imaginación remembre.
Mas, no permanezco "mucho tiempo ahí" pues, como ya lo dije, hubo situaciones que me lastimaron e hirieron profundamente, tanto, que aún hoy quizá no las he podido superar o cicatrizar.

Andanzas a solas al pie del mar en mi día franco alimentaron gran parte de mi sentir; me dieron la satisfacción del saberme vivo y gocé hasta quizá el hartazgo cada día allá.
Desfalqué mis bolsillos, lloré como jamás lo había hecho... quise pero jamás pude formar parte esencial del entorno pues, tanta belleza y despilfarro, predominan dicho lugar que todos, sin excepción, llegamos a ser nada y nadie en comparación con lo prescindible del sitio.

El aroma de sus calles, las tardes soleadas o, en el cielo nocturno sentir el cobijo de la hermosa Vía Láctea.  La salida de la luna sobre el mar, los callejones en San José, el bullicio nocturno en bares y/o antros... el murmullo del mar en "El Medano"o "El Farito" y ese recordar de la cálida arena en mis pies descalzos aún en madrugada.

Y podría seguir escribiendo todo el día, llorar todo el día y sentir que viví en verdad todos los días estando ahí, acompañado, por personas que en su momento y como yo fuimos a parar a ese hermoso lugar donde nos conocimos, donde hicimos las veces de la música, del relajo, de cierta complicidad pero por sobre todo de hospitalidad compartida, personal y profunda y verdadera amistad.


Es pues que, a ti: Manuelito, dedico mi texto esta noche... noche en que una lágrima asoma furtiva y acecha con quedarse en pro de tu recuerdo, en aras de convertirse en flor y cada pétalo roce tus mejillas, las plantas de tus pies y vuelvan a postrarse ante ti con humilde reverencia ante tu persona, tu cordialidad y tu entera entrega, profunda entrega, que me hiciste sentir con cada encuentro o visita que tuvimos...

Perdona si fui un absurdo, un verdadero pendejo y no lo pude ver en su momento pues, hoy que ya no estás, hasta hoy que ya no estás, es que puedo dilucidarlo y valorarlo.


Por siempre en mi recuerdo (y en quienes, sé, te amaron).
IN MEMORIAM
Manuel Ruiz Miranda.
Q.D.E.P.

martes, 2 de febrero de 2021

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Nunca terminaré por entender a esas personas que se enfrascan en concebir una sola razón o "verdad" y morir con ello siempre presente o utilizado como "estandarte de vida".
Ni siquiera el día tiene por unanimidad ser igual uno de otro.

Mas tampoco terminaré por entender a esas personas que se enfrascan en dudar todo cuanto se le es mostrado, cuando es más que evidente un hecho o cuando se les demuestra a todas luces lo erróneo de su postura.
Sí, aún a sabiendas que, la percepción humana, no es la real, la totalitaria, la certera.

En sí, nunca podré entenderte si tu hablar no dicta tus hechos, si tus acciones demuestran lo abstracto que puede ser o convertirse el proceder cuando, tus frases, expresan sencillamente lo llano, lo concreto, lo veraz.
No sabré nunca el cómo es que te has forjado en tu vida, de dónde es que has mamado tu aprendizaje o el cómo es que terminaste copulando con otro ser a pesar de saberte así.

Las incertidumbres juegan su papel primordial doquiera que asomo.
Las personas ya no suelen "leer" como antes... pues, antes, se leía "entre labios", se sugerían las miradas, se percibían las señas en el rostro y se podía "jugar" con lo subliminal en los textos... dónde fue entonces que te forjaste? De dónde cogiste esa seriedad que no encierra sino lo absurdo? Cómo te han dado un nombre cuando, tú, lo has trocado por otro que no suele ser "de pila"?

Las barbaridades juegan un papel casi primordial en estos días.
Las historias cada vez son más extremas, el sexo más posesivo, la rabia más marcada, la estupidez más recurrente, la canción menos escuchada y el talento menos apreciado...


Cómo podremos entonces "jugar" a ser humanos? Cómo sacaremos a luz lo que debe ser prioridad?
Cómo entender al prójimo cuando, éste, sólo quiere entenderse a sí mismo?
Cómo no atentar contra nuestra vida cuando la vida misma atenta contra nuestra?
Cómo "corregir" la última pregunta hecha, formulada "al viento"?

Cómo ser más que sol, día, amor, cordura, comprensión y vida si ni siquiera podemos ser humanos?

domingo, 3 de enero de 2021

 .

Y se sucede todos los días...
El detalle que da pie a entender que, mientras se está con vida, hay oportunidad de poder decir lo que uno siente y/o piensa de esta o aquella persona.

Los actuales medios de comunicación nos mantienen tan cerca que, con sólo teclear un poco o consultar nuestro teléfono inteligente, ya tenemos a la otra persona en el auricular... con gran parte de su atención y, para uno, la conocida voz de aquel o aquella.

Trabajando en el taller de guitarras, es notoria la presencia física de quienes ahí laboran; desde el barrendero en las afueras hasta cada compañero en el interior del recinto. Es sumamente notorio cuando, por alguna causa u otra, alguien se ausenta.
En definitiva, el lugar que ocupan, se mira extrañamente vacío y no hay quién pueda cubrir ese espacio.

Me permití, con este recapacitar, el elogiar ampliamente a uno de nuestros compañeros hace algunos días a manera de que sepa directamente desde mí y propia voz, el cómo lo tengo catalogado. En ese instante lo tenía a escaso un metro de distancia y él agradecía humilde mi opinión acerca de su persona.
Mas, quedó en "pendiente" el comunicárselo directamente a mi patrón.

Éste último que menciono se ausentó por un día en el taller por motivo de un corto viaje de negocios y, a pesar de que lo pude tener tras el auricular en dos ocasiones que le requerí, el saberle lejos me llenó de intenso sentimiento nostálgico.
Aquí, el punto es que no sé cuándo me atreva a expresarle mi profunda estima teniéndole de frente.

Ya en el pasado mes de mayo y parte de junio de 2020, Carlos Topete Félix se ausentó del taller por una enfermedad que lo tuvo en terapia intensiva por más de una semana... y, es obvio, que la tristeza invadió el recinto de trabajo por días esperando un desenlace fatal.
El cariño que ha sabido sembrar él en cada uno de nosotros sólo se convirtió en algunas lágrimas en aquellos sus días de ausencia... mas, él, jamás supo de esto. Nunca nos atrevimos a decírselo.

Pero, deseo retomar este punto pues, de manera muy lamentable, la única ocasión que en un pasado exterioricé mi profunda estima por alguien, fue justo cuando la relación ya estaba lastimada y, mi receptor, me juzgó a más no poder... me tildó de falso, de hipócrita y de "convenenciero" pues, él creyó, que le decía todo eso para evitar que me corriera de cierto empleo que tuve estando a su lado en Cabo San Lucas B.C.S.
Ahí fue donde mi sentir, prefirió quizá y para siempre, seguir apagado en mi opinión hacia cualquiera (aún mereciéndolo y estando en vida).

Y no, no necesito ir a un psicólogo para erradicar esto de mi mente y recuerdo y mostrarme con mayor plenitud ante los demás.
Puedo sostener aquí que, ante mi esposa (por ejemplo), siempre fui sincero y pude decirle en su momento cuán enorme era mi amor por ella.


Descubro pues, siempre un freno, un detalle que nos limita, un miedo, una pena o vergüenza quizá que nos detiene a exteriorizar cuánto es que estimamos o queremos a aquella persona que nos acompaña en vida.

Dos carrozas fúnebres en estos días han pasado por mi lado al ir manejando y, vuelvo a recordar, todos los "te quiero" que dejé de decir a quien los merecía y que se convirtieron en lágrimas al saberles muertos.