domingo, 18 de diciembre de 2016

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Tú que me lees:
¿Cómo has hecho para que no te afecte lo que ocurre en tu derredor y/o cómo haces para ser apoyo moral sin que ello te desgaste o te afecte en lo personal?
¿Cómo haces para lidiar con ese sentimiento de soledad cuando estás rodeado de personas que parecieran tener su vida en orden?

Tú que me lees:
¿Qué tanto es que muestras tu semblante colmado de años y lo portas orgulloso y con dignidad aún a sabiendas que esta mediocre sociedad te forza a que aparentes menos edad que la que en realidad tienes?
¿Qué tanto anciano has hecho a un lado de tu círculo social porque ya no encaja en tu vida?

Tú que me lees:
¿En qué porcentaje ayudas a los demás, a ti mismo y a quien realmente necesita tanto en estas fechas como en cualquier otra a lo largo de los días?
¿Por qué es que esquivas cruzando la acera para no toparte con el necesitado que está a punto de cruzarse en tu camino?

Tú que me lees:
¿A dónde has enviado tus caprichos, tus locuras, tus desvaríos y demás para creer que "ahora sí tienes vida" aún a sabiendas que todo ello que en apariencia has desechado no era un estorbo, sino una creencia de que no te aceptarían siendo así?
¿En qué medida recapacitas acerca del destino ajeno y no lo envidias o dejas de tolerar?

Tú que me lees:
¿En qué linea de este escrito o blog fue que dejaste de leer...? ¿Fue acaso porque te has sentido ofendido o descubierto? ...en verdad no lo creo.


Los tiempos han cambiado de tal forma que, ahora, lo inverosímil inunda las redes sociales y aún así nos quedamos perplejos ante tal falsedad haciéndola una nueva verdad; lo que antes era tabú hoy es moda y, peor aún, poco a poco se pierde más el ayudar a los demás o ser un poco más observador del entorno en pro a lo positivo, a lo humano o a lo sentimental.

Tú que me lees: ¿Cuando aceptaste para tu vida que lo importante ya no lo es? ¿Cuándo dejarás de ser tan vano? ¿Cuándo volverás a mostrar tu lado amoroso? ¿Cuándo volverás a prestar atención a lo importante?

lunes, 12 de diciembre de 2016

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Nunca "me he llevado bien" con la añoranza...
Siempre termina por dejarme en silencio esperando una nueva luz, un nuevo sino que me permita desenvolver lo que dicho silencio porta y romperlo.

Morfeo, por ejemplo, hoy no estuvo involucrado y a pesar de ello me sigo preguntando si mi olvidadiza mañana fue más la causante de que tu recuerdo acudiera a mí y, así sin más, apareciste tú; te hiciste presente y quise creer que cierta magia se gestó... aunque sin todas esas características que solías conmigo.

Nunca "me he llevado bien" con la añoranza...
Siempre termina por dejar entrever sus huellas ya sea en mis pupilas, en mi piel, en el espejo, y otro nuevo silencio acude con la gana de poder ser roto.

La majestuosa Selene hoy, por ejemplo, no estuvo involucrada y a pesar de ello mis melodías gozaban de cierto dejo de melancolía que pretendía ir más allá... hasta donde pudieran anidar y ser bien recibidas.

Mas nunca "me he llevado bien" con la añoranza...
Siempre esconde algo tras su velo que no logro descifrar y concluyo en silencio con la simple gana de estar con ese alguien entrañable sin mediar palabra.

El dios Tláloc no estuvo ni un tantito cercano trayendo consigo aquella tu frase que aún conservo susurrante en mi oído y sencillamente no había razón alguna para seguir embelesado con ese recuerdo... la gracia laboral y los compromisos hicieron de la suya para que todo ello pasara a un tercer término.


Qué gana de que sean tus ojos quienes se posen en estas grafías y puedas entender y adivinar el por qué de los silencios, de Morfeo y sus aliados, de esta época otoño-invernal que sólo trae consigo frío y añoranza...
Añoranza que tampoco termina por "llevársela bien" conmigo.

martes, 29 de noviembre de 2016

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Hoy sé que no te resultará fácil el retorno, la disculpa, el reconocer la falla o el erro... la razón principal del perdón o del intentar proseguir.

Sé, que no habrá presencia tuya cercana a mi portal, el cual, permanece abierto hasta altas horas de la noche aún cuando también sé meditas en tu habitación, sopesas la situación y permaneces en el entendido de que no debes ser tú quien dé el último paso.

Sé que la noche llegará una y otra vez como ya lo ha hecho en los últimos meses sin que nadie lo pueda evitar y, con ella, la misma certeza, la gran amargura, el enorme ego, el rencor y la postura necia que no te dejará tranquila lo que te resta de vida sin que suene a amenaza o a maldición.

Sé, que llevarás en la sangre la tibieza propia de la edad, la gana de seguir y el deseo de que no decaiga tu ímpetu, tu ánimo o tu meta en la vida (si es que aún tienes una) pues, gran parte de tus objetivos, ya se han visto truncados con mi nombre...

Sé, que parece absurdo, pero no he dejado de imaginar tu silueta (que más bien se convierte en fantasma) en mi lecho, en estas cuatro paredes que me han visto crecer, fumar, vivir, atar, fornicar, soñar, dormir o iniciar una nueva etapa, traer conmigo nueva vida y colmarlas de buenas vibras a lo largo de mis días...

Habrá entonces que apegarse al desapego, desterrar algunos nombres, eliminar decenas de imágenes, dejar de describir tu aroma y tu piel y creer en el no regreso, en lo concluído, en la nueva canción y en el nuevo sentimiento desconocido aún.


La única pregunta es: cuándo dejarás de formar parte de mi sombra?



P.D.
Mi tristeza solidaria para la tragedia del Chapecoense. Muy en el fondo sé que amo el futbol como deporte y sé que mi hijo mayor también (así como millones de personas más en el mundo)... las palabras no alcanzan a detallar tanta tristeza por la tragedia.
Mi lágrima está en solidaridad. Sepan perdonar mi osadía.

sábado, 19 de noviembre de 2016

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Ojalá y pudieras verme hoy fuera del dédalo...
Entender lo mucho que existió entonces de ti en mí y cada tarde que, llorando, supliqué que se sensibilizara un poco tu corazón.
Sí, los tiempos eran otros entonces.

Habíamos cursado esa parte esencial de estudio y, por cierto, aún recuerdo (ya graduados) tu silueta frente al mar nayarita, con ese nublado que asemejaba en mucho mi sentir interno, grisáceo. Supongo que, para esos días aún lloraba tu negativa.

Los compañeros tenían la razón quizá cuando me comentaban textual que "te fueras a la chingada", que no valías la pena mis lágrimas y, acto seguido, me invitaron no una ni dos, sino las cervezas necesarias para llorarte con más sentimiento y terminar más que ahogado a altas horas de la noche sin más que los ojos hinchados y un buen grado de alcohol en la sangre.

Ojalá y pudieras verme hoy fuera del dédalo...
Seguramente recordaríamos un poco aquellos tiempos y volveríamos a "ponernos al día" en cuanto a tu acontecer pues, el mío, jamás imaginé relevante para ti... tu postura y arrogancia fue tal que casi puedo asegurar aún conservas.

Quizá fue por ello que me quedaba sin palabras ante ti siempre que tuve la ocasión de estarlo. Mi corazón en verdad era tuyo y te amé a más no poder que sencillamente no podía coordinar lo que decía con lo que sentía o deseaba hacer.
Mirarte para mí era más que quedar hipnotizado, perplejo, asombrado, y con un mar de impotencia en mi voz o mis manos.

Mi recuerdo más fresco es verme parado a la entrada de tu lar cargando esas rosas que solía darte cada 28 de julio, tarjetas y algunos otros detalles que jamás recibiste sólo para no molestarte más pues algunas ocasiones llegué a pensar que "era demasiado" e, instantes después, me arrepentía de esa sentencia y volvía "a las andadas". No recuerdo cuándo fue que dejé de hacerlo...


Las obras en las calles me orillan a pasar luego de mi trabajo a altas horas de la noche a sólo unos metros del hogar donde te conocí... y descubro que jamás pude olvidarte.
¡Qué ganas de que pudieras encontrarme hoy fuera del dédalo...

domingo, 13 de noviembre de 2016

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No, se suponía que esta noche no debería extrañarte (así como lo hice en cientos de ocasiones atrás), pero esta falta de tener al lado a alguien me orilló a hacerlo y a dejar que se sintiera más la soledad gracias a la lluvia pertinaz y al frío que aumenta en este incipiente otoño.

No, se suponía que no debería inspirarme más en ti (así como lo hice en decenas de ocasiones atrás), pero esta guitarra que me acompaña en solitario está decidida a que nazca una nueva melodía en pro de tu recuerdo...

No, se suponía que no debería sentir eso estando bajo techo (así como lo sentí hoy que estuve en la inauguración de un nuevo lar), pero fue justo por esas paredes recién pintadas, el aroma a nuevo y la limpieza y minimalismo del sitio que me hicieron remontar décadas atrás cuando preparábamos juntos ese, nuestro nido familiar.

No, se suponía que no debería estar en silencio (así como lo estuve en muchas ocasiones frente a ti), pero fue justo esta soledad que me demandó al menos reír sonoramente frente al televisor mientras, afuera, el tejado se quejaba sutilmente con la visita de Tláloc por estos rumbos desde hace tres días.

No, se suponía que no debería pensar más en ti... pero es que dicen que la vida de un hombre acompañado se recuerda más que la del hombre solitario y, es justo aquí, que reparo y miro al lado y me descubro con una postura que yo mismo busqué y donde (en definitiva) no se espera un retorno.


Trataré en lo sucesivo intentar dominar mejor estas sensaciones y carencias que me dejan más de veinte años gratamente acompañado (y otros tantos de suma tristeza, limitantes, cortos de reciprocidad y/o colmados de falta de admiración e interés) ...sin mezclar los altibajos sexuales o sus cotidianeidades.

...pues esos detalles se sienten en otra zona crucial de mi cuerpo llagado.

lunes, 7 de noviembre de 2016

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Qué tristeza el seguir topandome con personas que "no dejan desempeñar mi trabajo" o que te exigen que hagas algo "fuera de contexto" sólo porque "ellos creen" que es lo que debe imperar en su establecimiento, sabiendo, que en un restaurante, fondita o café, NO es el lugar indicado para hacer desorden o "ambiente", como ellos lo llaman.

Triste es saber que, lo ecléctico, pasa a tercer término y lo que se quiere es más de arrabal, menos seriedad y otros puntos que, a mi parecer, no son los idóneos cuando, justo observo, los comensales van justo a eso: a comer, y no a bailar, cantar o hacer una especie de fiesta chiquita.

Entiendo que de alguna manera hay que darle gusto a la gente, pero quiero creer que es justo ahí que las personas saben escuchar y adivinar qué pueden sugerirle al trovador en turno al mirarlo solo y con su guitarra o, sencillamente, dejar que éste haga su trabajo y todos pasar un rato con música agradable.

Sí, escribí 'agradable'...
Mi comentario de inicio no es hacia las personas que acuden a estos lugares donde ejerzo mi labor, sino a aquellos patrones que "se meten con tu trabajo", que opinan cual si supieran cómo llevar la labor del músico cuando, se nota casi a leguas, que apenas pueden con llevar su establecimiento y el poco personal a su cargo.

Probablemente sea justo eso (que son dueños del lugar) y gracias a ello optan por "meterse" con la labor de los demás... incluyendo al músico (y/o a quien más se deje manipular).
Es obvio que puedo desempeñar mi labor y que haré lo posible por tener contento a los comensales con mis ejecuciones musicales... no necesito que me digan qué hacer.

Es justo aquí que él como patrón tiene entonces el poder de cambiar al músico, el género, el concepto e incluso todo el personal si no es lo que él desea o lo que determina lo propio para su establecimiento.
En este caso, además, deseaba que en menos de un mes pudiera él determinar quién era mejor para el lugar, el otro trovador o yo... vaya con el tipo!

Ya estuve en un establecimiento por más de cinco años y llegué a considerarme realmente como parte del equipo laboral. La gente me conocía y seguía acudiendo al sitio objetando que les era realmente agradable el fin de semana estar ahí.  Sí, me costó meses de trabajo "aclimatar" a esos clientes acostumbrados a otros "guitarrazos" pero, en este caso, el patrón me dio mi lugar y juntos seguimos hasta el cierre del sitio.


Pero, vaya... es por demás aclarar o intentar aclarar algún otro punto aquí, denostar o escribir mi observación... He aprendido a "huír" de personas así y, con su perdón, prefiero quedarme en casa a "tener qué hacerle ver" de algún modo lo que es evidente para muchos en lo que a mi musicalidad y calidad refiere.
(Perdón si no me leo humilde... esta vez merezco enalzarme un poco).

domingo, 30 de octubre de 2016

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Lo menos imaginado ha acudido al lado de Morfeo en estos días.
El señor, ha buscado en mí el peor de los tópicos y los ha revolucionado en mis pocas horas que alcanzo de sueño.

Hace aproximadamente un mes que se ensañaba con tu imagen, con tu silueta, con su sexualidad o cada una de tus facetas y, si bien "se mantuvo al márgen" en muchos aspectos delicados, no dejó de omitirte por mucho que lo hubiera intentado.

Y no, no fue desagradable, pero sí alcanzaba a robarme horas importantes de mi descanso, al punto de cabecear en horas de la tarde apenas una horas de haberme levantado.
Y no. no me quejo del todo; es hermoso tenerte en sueños cuando, físicamente, sencillamente ya no puedo.

Luego, me miro semi asustado a altas horas de la noche intentando percatarme que sigo despierto y que el dormir será lo próximo siguiente que acontezca, con lo cual, la incertidumbre se plasma en mi rostro, en mi remembranza o en mi inquietud que no deja de presionar aún sabiéndote desinteresada en cuanto acontezca a este escriba.

Aún con el cambio del horario, la noche será joven siempre para ti, para el propio Morfeo que, aún a deshoras, podría jugarme una mala treta y acercarme a tu recuerdo de mil maneras, de esas tantas que te supe y que aún llevo en mi piel y memoria.

No sé si habrá alguna recompensa de todo esto, si es un castigo o si sencillamente forma parte de un duelo, del estar separados o de tanto estrés acumulado con el paso de los años que hoy desea salir e intentar rejuvenecer el entorno, el propio yo, la osadía misma o el simple aroma en derredor.


Mientras eso se sigue desgranando, cada gajo de este quien escribe se traga amargo en ocasiones y no parece ser endulzado ni aún con la música...

miércoles, 19 de octubre de 2016

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Sí, mira bien. Estoy fuera del dédalo...
Aquí quedé luego de la batalla, de la gana por permanecer, por sentir, por querer ser deseado, por llamar tres veces a la puerta y no escuchar sino sólo ruido en el interior... por llamar a la puerta de tres maneras...

Sí, mira bien...
Aquí estoy con el semblante semi caído, con la barbilla entumecida de tanto restregarla en mi mano en pro de duda, de incertidumbre, de ausencia, de tanto día desterrado... de ser desterrado por tantos días...

Sí, mira más a fondo...
Cuán fácil es hundir a un hombre aún sin saberse nao, desbalancearlo aún sin estar de pie, llamarlo de mil formas o creyéndolo de otras que no es... de forzarlo a convertirse en lo que no es...

Mira, observa...
Agradeceré mucho tu silencio ante el resultado de tu atisbo, ante tu reflejo dañado en mí, ante esa gama de colores que no supe hacer brillar... ante cada color que me ha sido restregado en la faz...

Observa bien...
Que habrá quién te llame cual lo hice yo, quién te mire más lascivo de lo que yo, quién pretenda desbancar mi recuerdo sabiéndome fuera del dédalo... quién te ofrezca un nuevo laberinto...


Sí, mira bien, observa mejor...
Cuán fuera es que me ves del dédalo? Cuán lejos de tus brazos? ...de tus palabras y/o tu deseo?
...y no sabes cuán feliz en ocasiones he sido estando lo más fuera posible...

martes, 11 de octubre de 2016

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Ven, observa bien; dónde es que me encuentras ahora?
Te das cuenta ya del cómo es que puedes observarme a través de tu prisma de esa manera que jamás deseaste o que jamás imaginé?  Al menos qué bendición para ti el poder seguir teniendo ese, tu sentido de la vista.

Ven, escucha bien; cómo es que me escuchas ahora?
Puedes siquiera vibrar un poco aún a la par con alguna de mis cuerdas o es que simplemente te percatas de que ya no "hace falta" escuchar más?  Al menos qué bendición la tuya el poder seguir escuchando.

Ven, cata bien; cómo es que te sabe el todo ahora?
Podrás creer que, desde nuestra cocina, optamos por prepararnos el más amargo de los guisos y ambos terminamos a la mesa con la lengua escaldada o con un sinsabor perenne?  Al menos, qué bendición del que puedas saborear aún lo "preparado por otros chefs".

Ven, siente bien; toca con tus manos o tus pies... sientes ahora?
Date cuenta que aún existe en tus extremidades dicho sentido que te lleva a percatarte de lo más suave o terso, de lo áspero o lo rugoso... y qué dichosa que aún puedes tocar y sentir cada una de tus partes mientras te duchas, mientras te relajas para dormir... mientras sueñas incluso.

Ven, huele detenidamente; sigues identificando ese aroma?
Difícilmente podrá ser erradicado del todo luego de años de tus narices "padecerlo", o mejor o peor aún, del quizá redescubrirlo desde alguien más... Qué dicha pues la tuya de poder poseer ese sentido vivo.


Ven, qué estás pensando?
Cuánto más tendremos juntos qué imaginar, recordar o maquinar en nuestro pensamiento para vida de continuar con vida y no "morir" sólo remembrando?

Será acaso la única dicha que aún nos quede?

domingo, 25 de septiembre de 2016

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Qué tristeza el saber que luego de tantos años sólo gané tu desconfianza que llegó a convertirse en un gran hocico que terminó por tragarnos a ambos.
Qué tristeza el saber que me convertí en el más indeseable y repetitivo.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años de atención y cuidado sólo obtuve el haber creado un ser atenido y poco independiente.
Qué tristeza el saber que me convertí en quien menos deseabas ver o escuchar.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años de cotejar ideas y puntos de vista nos hayamos convertido en una fosa silente donde lo poco que logra salir de ahí es creíble.
Qué tristeza el saber que me convertí en quien menos puedes confiar.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años las pocas invitaciones y salidas las tomaras más como omisiones y desinterés en lugar de haberlas disfrutado con mayor plenitud.
Qué tristeza el saber que me convertí en parte de tu calvario más que en tu altar.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años sólo formé a un ser con miedo a la vida, a una persona que llora noche y día, quejumbroso y con menos ganas de principiar el día...
Qué tristeza el saber que me convertí en el recipiente menos indicado para recibir siquiera tu basura.


Qué tristeza el no poder mirar más allá de mis ojos por mera convicción y saberte "temerosa" en lo que miras... pero sólo frente mío; pues sé con certeza que ya tu interior añora el momento del escape, la huída del calvario, el soltar las ataduras y volar hacia aquel cielo que consideras se convertirá en tu mejor cobijo y compañero para dejar de ser quien fuiste e intentes de alguna forma vivir...

Qué tristeza el saber que luego de tantos años no aprendimos ambos a vivir.

lunes, 12 de septiembre de 2016

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Septiembre dibuja sus tonos grisáceos cargados de melancolía, recuerdos todos y sensación de vida a la vez.
Dibuja rostros que alguna vez fueron y/o estuvieron frente mío cargados de atención, de estímulo, de desdicha o de gran decoro.

Prometía en algunos años su abanico de posibilidades, de razón para seguir; tenía sus motivos para saberse septiembre en toda la extensión de sus días de, los cuales, sólo quedan recuerdos.
Muchas veces mostró un gran patrón de esperanza, de nuevo camino y de luz.

Mas, qué es septiembre hoy?
Una gama de acertijos, de secciones del dédalo destruído, de llanto apagado o de lágrimas furtivas; un collage de matices que ciertamente dibujan plenitud a alguien más o suspiros en otros.
Dibuja plenamente el desenlace y resultado de años, de muchos años de falsedades, de acciones fingidas y de mentiras piadosas que, juntas, pesan en la razón.

Septiembre es hoy la razón del ocaso, el atisbo de lo que fue, la situación de cambio forzado y sus nubes esconden algunos de sus días lo que es la luz y el centellar de las estrellas en horas nocturnas aunque, cabe resaltar, que la hermosa Selene pudo aparecer a principios de él con cierto resplandor que atravesó dicho cúmulo de nubes entre bajas y de poco espesor.

Septiembre acumula tristeza, deseo, soledad y momentos únicos en la introspección; llama con sus horas al otoño que está próximo y, con él, vendrá más nostalgia, más acaecer, más lágrimas y recuerdos hermosos que dejarán de ser realidad pues, sólo quedarán en la experiencia, sobre la piel o plasmados en ciertas imágenes que no podrán ser vistas con la regularidad de antaño.


Septiembre es y será siempre mes de trancisión, de despedidas, de nuevas saladas brotando desde mis ojos, de canciones apagadas y, probablemente, de más espera en el laberinto que, sin duda, volverá a sorprenderme con sus viros y llamados al decidir, a la emoción, a la vida o a la tristeza misma.

Sin importar lo que diga, escriba o haga...

domingo, 4 de septiembre de 2016

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Qué fácil resulta el decir "lo di todo" cuando se gesta una separación y dicho "todo" no bastó.
Qué fácil escribir frases que terminan siendo vacías dadas las pruebas o testimonios.

Qué fácil pedir asesoría o consejo a quien no tiene la experiencia y qué inverosímil puede ser su respuesta.
Qué fácil es derogar frases amorosas del acervo cuando se han utilizado por años... y más fácil el que resulten falsas o puestas en duda.

Qué fácil el vociferar, el creer tener la razón y aferrarse a su propia convicción a sabiendas que existen daños a la tolerancia y a la poca prudencia.
Qué fácil es escribir sentado aquí mientras mi mundo al derredor se cae a pedazos.

Qué fácil es robarse el corazón de alguien y luego decir "lo olvidé en algún lugar" o el "no era mi intención el hacerlo".
Qué fácil resulta el desilusionar, el volverse repetitivo, el amar de la misma manera y cansar al otro.

Qué fácil es mejor callar y llorar que arrojar al rostro la verdad de lo que nos incomoda.
Qué fácil y absurdo a la vez todo ello.

Qué fácil no querer mirar ese ocaso vivencial y hacerse a la idea que todo está bien, que nada cambiará o que todo debe seguir igual.
Qué fácil el preferir seguir atado e inamovible mientras todo rueda, gira y se mueve entorno nuestro.

Qué fácil robar una imagen, hacerla tu afiche sexual y no contactar más con la mirada directa de algún interlocutor deseado.
Qué fácil hacerse el desinformado, el "no me di cuenta", el inocente, el mártir, el "lastimado" y portar bandera de abandono en lugares públicos sin aceptar el daño causado o la propia culpa.


Qué difícil es pues el aceptar el erro, el dar vuelta a la página, el viro propio en el dédalo y aceptar el todo para volverlo experiencia y no una roca para volver a tropezar con ella.

viernes, 26 de agosto de 2016

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Me he topado en estos días con algunos encuentros hombre y mujer en los lugares donde laboro en los que, ella, juega un papel por demás envidiable al estar frente a su interlocutor sin mediar palabra… sólo observando.

No, no se trata de esa mirada que muestra un sentimiento, de aquella que desencaja una emoción o la que hace fruncir tu boca de cierta manera dando a entender que existe el vínculo, el secreto, la llamada al sexo u otro interés profundo y/o personal.

Se trata de esa sencilla mirada que denota atención, un poco (sólo un poco) de admiración, del querer saber más o del seguir embelesado con el tono de esa voz que se recepta, de la noticia personal, de la entrevista por el empleo a tomar…

Se trata de esa mirada que está acompañada por una sonrisa franca en señal de gusto por estar ahí, que no oculta nada a su vez y donde ambos ojos parpadean francos, decididos a hacerlo de manera natural y mientras el encuentro dura, vaya, que no quedan a medio camino entre cerrarse o permanecer abiertos y así no poder ser malinterpretados.

Han sido esas miradas las que he descubierto en más de tres ocasiones en parejas que han estado cercanas a mí en alguna presentación y me han hecho recapacitar, adorar la postura y el gesto e incluso hasta recapacitar en mi pasado donde quizá alguna vez lo tuve para mí…


Miradas que están desaparecidas para este escriba hoy, que ya no están y que, peor aún, quizá no las valoré o descubrí en su momento… mas, no te atrevas a mirarme así ahora, pues, irremediablemente me harás llorar.

domingo, 21 de agosto de 2016

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Supongo que lo peor es terminar infectado, rodeado, plagado de preocupación, de desespero y volverte inmóvil ante la situación mientras observas con suma tristeza que al derredor no le incumbe o interesa, que todo sigue igual, mejor o mucho peor... vaya, que te estancas o ahogas en una pequeña esfera.

Supongo que cada deseo por ser, querer estar o trascenderen alguien o en algo tiende a convertirse en menos que polvo, en más que utópico, en una falacia que merma hasta los huesos, al propio psiqué, a la gana de seguir y concluímos por sólo estancarte dentro de esa pequeña esfera.

Supongo que ni siquiera Morfeo anida tranquilo en tus sueños y ello no permite que lo inimaginable sea en dicho mundo, que, al saberte dentro de esa pequeña esfera, las horas pasan y la oscuridad de la noche asemeja más a maldición que a nido de amor, luces tenues y/o descanso.

Supongo que nada de esto debería ser así, que nada debería traspasar la línea de la cordura y causar maldiciones a la vida, al amor, al sentido que tiene en sí el que seamos seres sociales y mucho menos que a quienes amamos resulten afectados por nuestra inquietud o problemática...

Supongo que la vía más fácil es la que todos aseguran (incluso yo), que sea el tiempo quien decida, que pongamos en marcha, empeño y pie a alguna solución; que se pasen por alto todos esos detalles que nos aquejan y que: "si tienen solución, para qué preocuparse? ...y, si no tienen solución, para qué preocuparse?"


Supongo muchas cosas llegado el momento y, dicho suponer, coloca en ocasiones más desazón, más inquietud, más desespero y más tristeza... y dicha tristeza, resulta día con día más difícil de ser erradicada... más aún cuando te sabes solo pues, cada quien, carga ya con su propio laberinto, preocupación, inquietud, desespero y tristeza y lucha constantemente por librarse, zafarse o atenuar su padecer.

lunes, 15 de agosto de 2016

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Ya no sé si sigo paralelo a aquel laberinto... aquel que solía, aquel que gestaba, aquel que proponía.

Sólo sé que regresé a mis raíces; a aquel sitio donde todo nació, donde tuve ilusión, donde tuve niñez y donde las ausencias dejaron su huella.
Desde aquellos pequeños y mismos mosaicos puestos en el baño por mi padre, hasta aquellos otros restos de mi hermano que aún siguen vigentes tanto en conversaciones como en ciertos rincones de este lar.

Sé que regresé aquí donde, algunos, me han dicho que no debería y otros sencillamente han dado el mismo paso que yo. Aquí, donde los aromas ya no son míos, donde las mañanas se ausentan y las lluvias parecieran ensañarse cuando debo trasladarme para ir a mi trabajo. Aquí, donde crecí como soñador y viví con cierta plenitud que hoy sólo augura pero no asegura.

Sé que todo mundo comenta que no hay retornos y lo constato en los diversos cambios debido a la edad, a la madurez, al fracaso o a las ausencias mismas y, sé, que principalmente son dichas ausencias las que sustentan que no hay retorno... Son sencillamente las madejas viejas las que me hacen recapacitar, las lozas antiguas, los ventanales rotos, las paredes demacradas o sucias, la visita nocturnal del cucaracherío que inquieta el estar...

Sé que estoy aquí donde gran parte de mi vida comenzó, donde dejé quizá mi huella y que otros pudieron sentir mientras no estuve... y, eso, es algo que no he podido visualizar por cuenta propia.
Allá afuera, sí, veo caras nuevas; personas que en apariencia llevan su vida acorde a sus ideales y que no se les mira preocupación alguna; al menos no en un primer atisbo.

Sé que, entonces, probablemente estoy donde no debería más estar o donde irremediablemente debería regresar para continuar... continuar de alguna forma o para terminar un ciclo, cerrar un círculo o entender en definitiva que sólo me perdí en el dédalo y regresé al mismo punto de partida desde donde, ahora, debo elegir el "otro viro", aquel que está sin ser explorado aún y no permanecer inamovible.


Sé que quizá y requiera de una fuerza aún mayor que la primera utilizada o, en su defecto, valorar, apreciar, sostener, saber lidiar, humanizar y extender mi experiencia para aplicarla en mi nuevo camino.

Deseenme suerte...

jueves, 28 de julio de 2016

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Qué ganas de volver a sentirme con vida!
De volver a recorrer en camión aquellas calles lozanas y frescas en temporada y terminar bajo algún techado refugiándome de la lluvia mientras los demás corrían. De comprar aquellas papas fritas y doradas que eran más que gloria al paladar luego de la jornada escolar.

Qué ganas de volver a esperar la llamada nocturna; de reconocer aquella voz y adivinar cada gesto, cada postura, cada vestuario escaso o cada movimiento en su espacio, su intimidad residencial.
Volver a las sábanas con la necesidad del sueño y adentrarme gustoso al mundo de Morfeo.

Qué ganas de volver a temer aquel encuentro furtivo, de despertar con sus manos en mis tobillos en pro de domino y mi mente vaticinando unos minutos plagados de placer con la adrenalina intrínseca al sabernos descubiertos como en algún par de ocasiones...

Qué ganas de olvidarme de nueva cuenta del reloj; que sean las horas un acompañante más que un limitante, que sólo reine en la habitación el sonido del tic tac del reloj o las voces callejeras citadinas mientras me perdía entre dos piernas a cualquier hora o bajo cualquier estación.

Qué ganas de saberme deseado, de sentir sus ojos sobre mis labios o sobre mis manos sabiendo que ellas poseen la gama completa de caricias que pudieran buscar una melodía entre la piel o el acorde constante y perpetuo sobre un rostro...

Qué ganas de sentirme lejos y saber que la espera anida en ese lugar donde sólo yo sé y donde reina el aroma y calidez que sólo el amor puede brindar; anhelar entonces el arribo, mojar mi cuerpo en la ducha y estar con la prestancia para cualquier añadidura ocupacional...

Qué ganas de no haber crecido con miedos, con desdenes, con fisuras  en el corazón o con la incertidumbre del día siguiente colmando de dudas gran parte de los días consecuentes y trocando mis sueños y planes hasta ser considerados ya como un dédalo sin salida, como una encrucijada que paraliza y limita... que no permite vivir.

Qué ganas de encontrar ese beso robado siempre latente, fugaz, plagado de deseo o ternura, que mi piel lo reconozca como mío y sólo mío y así poder sonreír con cada día y cada mirada delatora, íntima y de complicidad... qué ganas de volver a recibir lo que, sé, puedo dar!


Qué ganas de volver a sentirme con vida y, sencillamente eso, vivir!

lunes, 18 de julio de 2016

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Después de diez días de estar ya declarada mi salida definitiva del laberinto de pronto estoy pagando las consecuencias del desprecio, de la desgana, del desinterés por parte de quienes, desde hace muchos, muchos años, se decían mi amor incondicional o creía que contaba al cien desde ellos.

La preocupación, la desgana y la decepción se apoderan de mi estómago y me revuelve los intestinos el saberlo e intentar asimilarlo de la mejor manera para no caer en enfermedad.
Todo ello lo cargo conmigo noche y día, no puedo dormir bien y pesa tanto que al término de la jornada concluyo extremadamente cansado, cual si cargara un enorme peso sobre mí.

No me he apoyado en más nadie, en ninguna charla amistosa con alguien y, ello, porque lo mío es mío y de nadie más, o porque lo ajeno seguirá siendo ajeno.

He recibido sólo comentarios respecto a la gravedad de las situaciones y, entre ellas el divorcio, merece uno de los problemas más severos a superar; supongo que por ambas partes y, "sin contar", el sufrimiento de los hijos.

Justo es entonces que sale a relucir esa lucha de poderes y esa gana de pensar sólo en uno mismo cuando, en mi caso, siempre pensé en el todo, en todos y en cada parte del patrimonio que a lo largo de veinticuatro años se forjó.

Tuve algún par de esperanzas de que, quienes están cercanas a ella, le hicieran de cierta manera recapacitar en cada una de las decisiones tomadas desde mi parte y en pro del todo, apoyándome, en el saberlas parejas o exparejas de compañeros músicos... y no. La codicia, avaricia y la postura más mediocre es la que ha imperado desde la perspectiva femenina lo que termina por sumar más decepción al todo.
Eso, sin contar, la enorme decepción que suma a dicho todo mi propia madre que no termina por "abrir" un poco los ojos luego de treinta años de estupidez y terquedad.


No puedo sino sólo esperar y/o forzar de nueva cuenta la situación a fin de dejar de padecer o hacer caer en la razón a quien padece de ella.
No quiero dar nombres, pero resulta obvio al quien me refiero.
Qué tristeza el tener qué dejar vestigio aquí!

jueves, 30 de junio de 2016

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No existe plazo que no se cumpla o que todo caiga por su propio peso y, hace días, que lo estamos constatando tanto mi compañera de vida como este humilde escriba.

Y cómo no sentirlo o hacerlo si desde hace meses es que escribo este "Fuera del dédalo" en señal y muestra de dónde es que me siento instaurado en este mundo o en esta relación o en el espacio que me corresponde mientras, el laberinto, sigue tomando forma, se acrecienta y sigue mostrando sus viros y opciones a quienes permanecen en él.

Nos llega por fin el momento de la apertura, de la cruda verdad, del relatar, recapitular, recordar y volver a coincidir en todo aquello que alguna vez nos hizo felices o más que infelices.
Nos llega el momento de la sinceridad y del "destape" ante lo que, sabíamos ambos, era un laberinto falso, un viaje mal planeado, una síncopa sin sentido, un acorde en otra tonalidad... una verdadera oda al errar junto con el destino.

No existe fecha que no se llegue y, aún con esto, desearía que llegara aún más reafirmante el momento de la cordura total, de la coherencia plena y de que nos fortalezca lo más para no terminar siendo dos más que sólo concluyen su relación sobre amenazas y bajo frases soeces y ofensivas que sólo denosta el mayor de los desintereses y la más cruda herida del alma.

Las frases han salido, el dédalo sigue ofreciéndome sus caminos y sigo sabiéndome fuera... hoy extremadamente fuera.
Y a pesar de ello, la apariencia de sentirme dentro o de saberme "metido por alguien" se puede ver con claridad desde un espejo dando por cierto que todo se ha convertido, desde hace años, en una verdadera utopía, una falsedad, una verdad disfrazada bonito que "ocultaba" todo el dolor, la incertidumbre, el desamor y la propia mentira.

Un verdadero mar de confusión claramente expuesto; una llamada al silencio colmada de palabras y frases.
Una ópera que ya casi muestra el final de su tercer acto que, textual, ha mostrado lo mejor de su interpretación musical (con todos los implicados en la orquesta) y donde las actuaciones han sido magistrales (tanto mía como de ella).


Se dice que "la verdad te hará libre"... qué tristeza que debieron pasar casi 24 años para entenderlo y que, ello, el destaparla y mostrarla, no modifique ya en lo más mínimo las diversas e individuales aspiraciones que nos sostienen aún aquí.

martes, 21 de junio de 2016

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Sigo desarrollando la frase? ...o la dejo donde inició...?
Hace meses que he querido conversar ampliamente contigo, sólo eso: conversar pues, en la gama social y/o musical, pocos, realmente pocos son los que me inspiran a hablar o a simplemente estar en silencio frente a frente... llorar incluso siempre ha estado permitido en mi haber estando con el amigo correcto.
Luego, las circunstancias me frenan, el ayer dibuja más que olvido y el presente me omite contigo... termino pues enredándome en las sábanas y hablar conmigo al no haber quién pueda recibir el leve eco que aún mis cuerdas vocales pudieran emitir.
Habrá tiempo, me digo; habrá espacio, sostengo... y concluyo en que es por demás el intentar siquiera insistir.
Sigo desarrollando la frase? ...o la dejo donde inició...?
Hace meses en que mi entereza e integridad como persona está más que ausente, en que mi formación musical no da para más, en que he vuelto a recurrir al recuerdo borroso del quitarme la vida al saberme ajeno al todo, fuera del dédalo o sin un sentido básico para seguir esta lucha absurda que es la vida pues, todo cuanto pude hacer o cuanto pude desear, ha sido derrochado, desdeñado o tirado sencillamente a la basura.
Qué hay con todos esos sueños que tuve cuando niño, con esos deseos de ser en alguien, de vivir en armonía, con tranquilidad emocional, desatando cada cuerda de mi guitarra y hacer sonar mi corazón a la par de algún ente femenino...
A dónde es que se ha refugiado y ha terminado por ausentarse en mi vida...
Sigo desarrollando la frase? ...o la dejo donde inició...?
El asunto es que ya no hay frase, ya no hay inicio y no encuentro un final al menos decorativo que pueda ser visto por alguien a la lejanía... pareciera que, al término de estos años, todo ha sido en vano, todo ha fraguado en pro del vacío, del olvido, de la postura equivocada y del menester eludido...
Qué ganas! qué ganas de seguir desarrollando la frase y saber de su inicio...
Qué triste desperdicio de vida y falsedad me han ofrecido y qué tanta penumbra más anegará mis sueños... Qué decepción el saber que no puedo desarrollarla más!

Desarrolla tú, pues, la frase...
Espero sólo que algún día pueda estar cerca tuyo para escucharlo o, al menos, poder contar con vida para, en caso de tú escribirla, poder llevarla ante mis ojos si estoy contemplado como parte de ese "repartir de grafías".

miércoles, 1 de junio de 2016

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Estando pues, en pleno escenario y recapitulando momentos y otros detalles existenciales, fue que vi la pequeñez del ser desde cierta perspectiva que, ya casi habitualmente, se nos plasma con diversas imágenes convertidas en video y que muestran lo minúsculo que es nuestro planeta en relación con el universo mismo.

No terminé de divagar cuando ya tenía una sonrisa en mi rostro en señal de desinterés ante el todo y ante cada problema que aqueja tanto a este escriba como a cualquier ente sobre la tierra.

Mas, sigo sin entender el por qué es que nos apremia tanto y terminamos por amargar tanto nuestra vida como la de los demás.

Supongo que para algunos seres vivos nosotros como humanos resultamos ser unos verdaderos gigantes (mas quiero referirme al simple tamaño físico), pero es obvio que somos una miseria para algunos otros seres vivos que pudieran asomar a nuestro planeta y descubrirnos con toda nuestra micro tecnología... seguro se morirían de risa o no saldrían de un gran asombro.

Resumí en mi divagar que esta vida que llevamos en este lugar no es solo sino una muestra vaga de lo que se puede y no hacer con el todo, con cada recurso, con cada material, con cada terreno.
Volví a asegurar que cada sentir nuestro está por demás para desear que trascienda pues, nuestra minúscula energía, apenas sí es percibida en la vastedad del universo e, incluso, tardará siglos y siglos el que atraviese siquiera nuestro minúsculo sistema solar.

Miro nuestra lucha constante por preservar, por perseverar, por mantenernos "en la jugada", por no aceptar nuestros erros, nuestra propia pequeñez, y el vivir se torna cada vez más competitivo o plagado de lucha... estupidez nata quizá del ser y que, al término de los tiempos o de nuestros días, atinaremos en observar que de nada, de nada en absoluto sirvió.


No permitamos pues, por favor, el echar a perder la vida de otros cuando, pareciera ser que con esta serie de actitudes y conducta, echamos a perder más nuestra propia vida, más, que la de esos otros.

lunes, 2 de mayo de 2016

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Hoy me faltan las palabras para explicar, para agradecer o para reclamar.
Me falta ese pequeño empuje que me acerque al intento de definición del sentir, del conservar el embalaje y colocarlo en la balanza adecuada para que mi entender funcione con exactitud.

Hoy me faltan los espacios para disfrutar, para recapacitar o remembrar.
Me falta esa visita con Morfeo que me muestre aquellos lugares que han sido de mi entera melancolía cuando suelo recordarlos y, eso, definitivamente es más significativo en sueños.

Hoy me faltan los colores para recrear, para plasmar o para alegrar mi entorno.
Me falta esa paleta desde donde recogía las texturas que brillaban o palidecían conforme las colocaba en cada amanecer, en cada atardecer o en cada lluvia... lo peor es que no sé dónde ha quedado.

Hoy me faltan las notas, la voz o aquella magia que transmitía desde una canción.
Me falta la sensibilidad o el mensaje, la calidad o la alevosía y ventaja hacia mi escucha que, aunque nunca la tuve, alguna vez supuse tener y, eso, en definitiva no sé dónde estuvo o estará...


Hoy me faltan las palabras, las notas, los colores o los lugares... mas, mientras exista vida, ella misma se tornará en la sorpresa idónea, en el mejor de los sueños, en la paleta misma o el agradecimiento mismo aún teniendo como cabecera un regaño o reclamo.

sábado, 23 de abril de 2016

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No es que "no haya nada por decir"... es que en ocasiones los sentimientos y las situaciones se agolpan y frenan la cordura con lo que, el intentar plasmarlo siquiera, me coloca en el centro del dédalo sin salida aparente.

No es que "no sienta nada"... es que en realidad el sentimiento está a flor de piel y ni siquiera mi temperamento y mi guitarra ayudan a mostrarlo, a reducirlo o a mitigar un tanto eso que probablemente atrofie parte de lo que soy.

No es que "no lo recuerde"... sostengo que todos vivimos con el recuerdo más que impreso en nuestro devenir y actuar con lo que seguimos prestos a no volver a caer en aquella situación que nos hizo trastabillar o que nos provocó escozor.

No es que "no quiera pasar por aquí"... este espacio está sumamente dedicado al depósito de lo que "siempre se convierte en un pasado" y que forja mi presente... así como lo dijo aquel ser innombrable: "...y esta tarde no será sino otro recuerdo".

No es que "no haya nada por hacer"... Sabemos claramente y con cada día que el quehacer nunca termina, que sólo es cuestión de poner marcha a cuanto se deseé aunque el trabajo cotidiano nos reste horas de dedicación.

No es que "no te quiera"... Jamás deberías pensar eso si me miras al lado haciendo silencio. Ya otras ocasiones lo he constatado y he descubierto a mi interior gritando a "su manera" en pro tuyo.


No es que "no haya nada por decir"... No terminaría jamás si siguiera escribiendo.

viernes, 8 de abril de 2016

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Así como a manera de breve paréntesis, hoy encontré un imperdible que seguramente estaba perdido.
Supuse entonces que, ese tipo de nombres, no deberían dárselo a cualquier objeto que bien puede terminar extraviado.
Luego, quizá, llame a este espacio así "El imperdible perdido".

miércoles, 30 de marzo de 2016

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No tengo palabras para una despedida...

En la mayoría de las ocasiones sólo con sonreír y guardar silencio es más que suficiente y, si bien mi interlocutor pareciera demandar una frase, casi siempre resulta por demás el hacerlo.

Sin embargo o a pesar de esto, esta vez no puedo sonreír o guardar silencio pues, esta despedida, en verdad que lastima el alma y hace recapacitar enormemente, llorar entre sonrisa fingida y balbucear melodías que quedaron grabadas en los muros del "Rojo".

Supongo que fueron nuestros años los que nos orillaron a crear nuevas costumbres, nuevos sitios por visitar o música diferente qué escuchar... cualquiera que haya sido la razón ya no nos permite un regreso en el tiempo y lo inexorable se consumó.
Y fue justo en todo eso inexorable que feneció.

No sostengo que del todo fue culpa mía o de una mala administración; casi sostengo que para el propio Alfredo Saras la "culpa" (por llamar de alguna forma a aquello inexorable) no la tuvo nadie y la tuvimos todos... llámese situación económica, excesos de confianza, "fuga de artistas", falta de apetito o los miles de compromisos que gestamos conforme transcurren dichos años.

En lo personal, una lágrima permanece perenne y húmeda en lo que plasmo estas grafías, escucho la vacuidad popera en radio y me reconozco sumergido en mi "propia empresa" para llevar el sustento a casa dejando a un lado al resto cuando, dicho resto, formó siempre parte esencial de lo que hoy soy.
Vaya... reconozco parte de mi "culpa".

Es entonces que, aseguro, todos tuvimos alguna parte del caos total, alguno de nosotros colaboró con parte de ese ciclón que terminó por derribarlo y cada quién tendrá su parte que se quiera adjudicar y, si bien yo formé y/o pude formar parte de lo artístico en la cartelera del Café en su momento, entendí que "algo hacía falta" en o para el lugar pues mi aforo nunca superó las quince personas cuando presentaba mi propuesta.

No, no me quejo... entiendo que la gente deseaba escuchar algo diferente (o conocido) desde mí pues, hoy día, de eso me mantengo teniendo al frente mío la guitarra y un micrófono.

Rojo Café me otorgó en su momento lo que pudo e hice lo que estaba a mi alcance y posibilidad... pero esta lágrima que no me deja seguir escribiendo no puede convertirse en esa sonrisa que deseo tras la vida que me otorgó dicho lugar que este próximo jueves 31 fenece.


Se dicen fácil catorce años, pero es "media vida" de quienes estuvimos ahí siendo, haciendo y proponiendo.
Mi más humilde reverencia, enorme admiración y agradecimiento para ti, "Fello".

lunes, 21 de marzo de 2016

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...y permito que transcurran los días y, con ellos, las ilusiones de ayer siguen vigentes, los destellos del pasado aquejan menos y los rencores de aquellos quienes aún los conservan siguen haciendo mella en su haber.

Y es que todo parece de pronto estático. Sin embargo hay quienes aún creen que todo lo dicta alguna leve postura o pretenden saber más, mucho más de lo evidente.

Hay quién se atrevió a decirme (y no por primera vez) que soy una persona orgullosa y, eso, significa que presumo de lo que valgo o de quien soy cuando, muy en el fondo, siempre he tratado de mantenerme humilde.
Si bien, lo que menos pretende cualquier ente, es ser "pisoteado" por alguien más, es justo ahí donde radica quizá mi postura y, en algunas otras ocasiones, incluso he dejado puesta la otra mejilla para ser golpeado en una segunda ocasión.

Buscando e indagando en los libros de definiciones, encuentro que quizá muchos de nosotros no sabemos con certeza lo que significa el ser orgulloso y lo malinterpretamos a conveniencia cuando observamos una postura férrea ante cierta situación en alguien más.

Aquel mote que me han puesto de "maestro", por ejemplo, y que es utilizado por muchos compañeros al referirse a mí, no sé en verdad de dónde proviene pues, de maestro, no tengo en absoluto nada y lo he tomado como un apodo que se le impone a cualquiera que tenga una pequeña característica que lo distingue de otros o que sencillamente lo colocan para no confundirlo con alguien más.

Dicho mote, está presente en los más jóvenes y, supongo que es por ello, que me miran como quien les puede dar a aprender un tanto más mas no es porque en verdad ejerza esa profesión o tenga ese título.

No malinterpretes, pues, todo lo que escuches o veas desde mí o hacia mí. No soy una persona que realmente tenga un valor magnánime o pretenda ser visto como alguien así. Los que realmente me conocen sólo aseguran que mi manera de explicar o de entender y hablar se ha modificado con el paso de los años y ello puede entenderse erróneamente en una interlocución.


No podría pedirte a estas alturas que mires más detenidamente o que intentes escarbar en lo más hondo mío para que descubras en esencia lo que soy... lo que te ruego e imploro, es que dejes a un lado todo aquello que te dañe o te haya provocado escozor y donde haya tenido yo algo qué ver de ello en ti.
Ni a ti ni a mí nos sirve tenerlo, llevarlo o peor aún recordarlo y vivir con eso.

Hagamos de tu vida y la mía la mejor afable.

viernes, 4 de marzo de 2016

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Marzo dibuja un collage de situaciones que para muchos pudieran resultar difíciles de sortear y que, por desventura momentánea, es así para algunos de los que me rodean.

Marzo se presenta como mes definitivo para algunas rupturas, para algunos cambios en lo estructural marital o como el principio de lo que debe ser un buen augurio en cuanto a planes innovadores, esperanza en práctica o resultado positivo inmediato a lo antes pactado quizá desde meses atrás.

Marzo continúa para mí con sueños extraños que me levantan del lecho y me orillan a salir al encuentro del astro rey en el portal de este hogar que me ha enseñado mucho de la vida, del amor, de la indecisión, del desamor, de la ternura, la amargura, lo paternal y la desilusión.

Marzo, mes para el olvido de muchos más, brinda con sus días la continuidad de la vida, el acervo cotidiano que bien puede ser y convertirse en más que trivial a pesar de nosotros no desearlo o quizá simplemente la entrada de esa estación del año que todos llaman el inicio, la mejora o el rejuvenecer del planeta.

Marzo termina con la vida de otros más de manera inevitable entre hechos violentos, enfermedades, cansacio u oportunidades que bien pudieran haberse evitado gracias a la buena siembra que con antelación debió haberse hecho.

Marzo me conserva en silencio parcial, en observación del todo, en litigio con el amor, en la búsqueda del recoveco que me permita entrar al dédalo con el fin de seguir inmerso en él a costa del todo y a sabiendas que volverá a ser incierto, que el camino recorrido anteriormente me ha dado la enseñanza necesaria para no fingir más o creer que he encontrado el final de él o su centro... me ha hecho más humano.


Marzo y su gana de vivir, su empeño por gustar, su afán de renovar, su tesón porque entendamos y su paciencia para la continuidad de la vida...
A sabiendas, claro está, que el laberinto forma parte de ella.

miércoles, 24 de febrero de 2016

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A algunos días de modificar el "interior" de mis días, descubro la trivialidad común, una rutina semi disfrazada y el reencuentro con aquella recámara que guardó decenas de momentos renovados y que hoy sencillamente no va más allá que sus cuatro paredes.

A algunos días de saber modificado el "interior" de tus días, resalta la vacuidad, el desazón, la textura extraviada, la falta de ética comunitaria y otro cúmulo de detalles que llanamente te colocan en una situación de sumo desenfado y a la vez plagado de preocupación aún sin que lo menciones.

A algunos días de saberte modificando tu interior al lado de los días, se expone la diversidad, el mejor de los momentos dejado para otra ocasión, el innombrable espacio que se ha dejado de lado para intentar ser rellenado por el presente y sin cargarlo tanto del futuro inexistente...

A algunos días de saberte modificando el exterior de otros días, denotas que es por demás vivir inmerso en un pasado, que las sentencias cuentan con peso propio y que, la mayoría de ellas, aún pueden ser insostenibles quedando entonces en pausa todo lo que quizá deseas para "avanzar".

A algunos días de saber que es posible modificar sólo el exterior, retienes lo "mejor" para otro momento, te instauras en la zona de renovación sin éxito, lo intentas entre cuatro paredes y juegas yendo del exterior al interior como si fuera uno sólo a pesar de sentir el frío en alguno de ambos con cada movimiento...


A algunos días le pueden aparecer mejoras gracias a ti, incluso al interior o al exterior a pesar de provenir desde cuatro paredes y a pesar de todas las modificaciones posibles sustanciales que te hayan orillado al despilfarro, a la desgana o a la incertidumbre...

Supongo que sólo es cuestión de sentirte vivo, despierto, y decidir hacer las cosas con un poco de amor.

martes, 16 de febrero de 2016

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Consciencia...
Cómo está tu consciencia cuando hablas, cuando escribes, cuando pretendes entablar una conversación y ya "tienes preparado un juicio" para tu interlocutor...

Congruencia...
qué tan congruente eres contigo mismo, qué engranes están trabajando correctamente en tu proceder, en tu actuar y que son acordes con tus principios o, al menos, los que dicta la sociedad...

Paciencia...
De la mano siempre con cada acción y que pareciera lograr su cometido con poco esfuerzo o con el necesario requerido tanto para trabajar como para amar...

Tolerancia...
Palabra súmamente difícil de poner en práctica e incorporar a nuestro cotidiano ejercer ante los demás y que terminará por demostrarnos que sencillamente todo se torna más afable para cualquiera de las partes...

Raciocinio...
Llanamente la razón ante todo, ser inteligente y reflexionar con toda la experiencia que podamos tener respetando incluso la razón ajena...

Respeto...
Aunque ya se ha tornado un tanto olvidadiza de parte de muchos, sostengo que no hay mejor carta de presentación si se pretende vivir en sociedad...

Escuchar...
Mucho del conocimiento de primera mano existe aquí, en el simple y sencillo escuchar a la otra parte que demanda, que opina, que instruye, que destruye, ofende o vocifera...

Silencio...
Cuán importante el aprender a callar ante lo irrefutable y que nos provoca escozor debido a nuestras faltas o nuestro mal actuar.


Acción...
Seamos más acción. Llamemos a las cosas por su nombre, aceptemos nuestros erros y seamos más humildes ante el conocimiento, la vida, la naturaleza y todo aquello que nos rodea para poder concordar y vivir en comunión con la vida misma.
Seamos más humanos, por favor...

domingo, 7 de febrero de 2016

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Y a pesar de que febrero muerde con sus colmillos gélidos el derredor parece que no es así en lo personal, en lo laboral o en lo sentimental.

No se han gestado situaciones de sumo interés que tengan a bien el marcarme dentro de una nueva ruta por el dédalo a sabiendas que me encuentro aún fuera y, de esto, ya no se puede decir mucho tampoco pues, en apariencia, vuelvo a sentirme inmerso por una senda que más bien simula un sendero de llanura con poca vegetación y en línea recta.

Es como aquellos "finales de película" donde la lejanía se observa y deja a la imaginación el "qué vendrá" dando un último detalle al filme donde descansa toda tensión previa o donde no hay opción para el desagrado.

No deja de mostrarse patético el entorno social, el uso excesivo de los teléfonos inteligentes, las "selfies" en todo lugar y momento y las tertulias con todos asomados a su red social preferida en busca de aquel "meme" cómico y chusco para compartir sobre la mesa y entre los ahí reunidos haciendo un tanto a un lado el propio momento del encuentro.

Los políticos siguen haciendo de las suyas en pro de sus intereses personales y las imágenes más extremas en las noticias se destapan y muestran con menos pudor en los noticieros pues hoy las personas actúan con más saña, con menos recato, con más gana de causar daño severo por motivos y causas de poca importancia.


Habrá tiempo para todos llegado el día, existirá sin lugar a dudas la buena nueva conforme transcurran las horas, me sabré quizá más inmerso en el laberinto en pocas semanas o volveré a sus afueras y, tan cierto como lo digo, de igual manera puedo dudarlo.

Así de llano, de incierto, de pleno o dudoso...

domingo, 17 de enero de 2016

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Hace unos años en algún momento llegué a pensar que no debería faltar en una reunión aquel ente plagado de efemérides y que pudiera fungir también cual almanaque para así poder tener una amena, constructiva y divertida tertulia... Ahora, por otro lado, Morfeo se ha encargado de que opine un tanto lo contrario o que sume a otro personaje más a mi futuro considerar.

Y es que ha sido en verdad interesante la manera como te has adentrado en mis sueños y has sido, a lo largo ya de algunos años, el mejor de los choferes para cada destino al que he viajado y, siempre, de manera terrestre donde, incluso y a manera de agradable compañía, tanto tu bella esposa como tus dos hijos han participado.

Así pues, hoy no pude concretar el viaje debido a que sencillamente debía despertar y, en verdad, deseaba el poder concluír aquel trayecto que se gestaba a alguno más de los tantos hermosos destinos con que cuenta nuestro país donde, por lo general, los caminos son sinuosos, largos, cansados e inciertos... no así con tu participación al volante.
En alguna de dichas ocasiones por ejemplo, Morfeo se encarga de que jamás lleguemos al destino, que el viaje se torne tan largo que podría seguir dormido todo el día y no veríamos de cualquier forma el fin del trayecto mas, nunca es desesperante, inquietante o preocupante el no llegar mientras tú estás al frente de las decisiones y del volante.

Los Cabos, Mazatlán, Puerto Vallarta, Can Cún, alguna otra vez rumbo a la frontera o hacia el centro del país, son sólo algunos de los puntos a los cuales, y gracias a Morfeo, es que tus comentarios y charla, tu sonrisa, tesón, afabilidad y buena disposición me han acompañado en mis horas desconectado del mundo y en reposo absoluto.
No tengo idea en verdad dónde es que te encuentras en esas ocasiones de madrugada pues, puedo asegurar, que eras tú quien estaba conmigo y participabas siempre de una forma objetiva, franca y decidida en cada ocasión que tomaste el volante para cada trayecto estando inmerso en mi sueño.


Hace unos años en algún momento llegué a pensar que no debería faltar en una reunión aquel ente plagado de efemérides y que pudiera fungir también cual almanaque para así poder tener una amena, constructiva y divertida tertulia... Hoy puedo asegurar que, al menos en mis sueños, nunca debes faltar en cada trayecto que se realice gracias a la bitácora de viaje de Morfeo.


A: Fernando Albo Licea (Gody).

domingo, 3 de enero de 2016

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Principia año más fuera del dédalo que nunca... mas, qué curioso, extraño, intrigante y meloso resulta el despertar tras de un sueño de esos en que nada concuerda y todo parece que forma parte de un lugar en el destiempo.

Y es que hoy amanecí con la líbido revuelta, con la intriga más que impresa en mi semblante y con esa imagen femenina y desconocida que rondó mi cita con Morfeo de una manera por demás intrigante.

El sitio... vaya, sitios; aquí, allá, lejos, cerca, bajo techo, sin él, descansando, intentando dormir, acompañado, en solitario... todo y nada a la vez.
Son de esas citas que uno se pregunta: de dónde es que salió esta persona? De qué otro sueño la robé que hoy formó parte del mío? A quién estará deseando ella en realidad? Estará acompañada sentimentalmente en estos días? Cómo es que nadie de los que participaron en dicho sueño la querían o siquiera la tomaban en cuenta cuando, ella, se "conformó conmigo" por breves instantes sin llegar a consumar nada?

Si bien tuve trabajo a tarde y noche este día, cada que cerraba mis ojos entre una interpretación y otra era que ella aparecía abstracta, sin definición, sin poder ser identificada en mi recuerdo, en mi sentimiento o en mi relación con alguien en específico. Una perfecta desconocida a fin de cuentas que estuvo conmigo inmersa en una serie de situaciones que nunca llegaron ni llevaron a ningun lado dentro de mi sueño.

Hace algunas semanas, uno de esos sueños tuvo secuencia y desenlace desde otro ocurrido algunos meses atrás, lo que sembró en mi semblante todo ese día una expresión de extrañeza extrema... lo inentendible se hacía presente y hasta lo absurdo coincidía en esa "segunda cita con Morfeo".

Había tenido ya escaséz de remembranza al amanecer desde hacía muchos días atrás... pero esta vez sí que se mantuvo en mi recuerdo este último que alimentó mi canto todo el día de una manera por demás inusitada.


Ojalá haya más, muchos más todo este año y que, ellos, me den una ruta a seguir o, al menos, me puedan mostrar una opción o sendero a seguir u optar estando aún fuera del laberinto.
Por hoy, ella vivió en mi recuerdo aún sin saber quién fue... y mis hombros se encogieron más de una vez y una mueca se repitió en varias ocasiones gracias a ello.