martes, 29 de noviembre de 2016

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Hoy sé que no te resultará fácil el retorno, la disculpa, el reconocer la falla o el erro... la razón principal del perdón o del intentar proseguir.

Sé, que no habrá presencia tuya cercana a mi portal, el cual, permanece abierto hasta altas horas de la noche aún cuando también sé meditas en tu habitación, sopesas la situación y permaneces en el entendido de que no debes ser tú quien dé el último paso.

Sé que la noche llegará una y otra vez como ya lo ha hecho en los últimos meses sin que nadie lo pueda evitar y, con ella, la misma certeza, la gran amargura, el enorme ego, el rencor y la postura necia que no te dejará tranquila lo que te resta de vida sin que suene a amenaza o a maldición.

Sé, que llevarás en la sangre la tibieza propia de la edad, la gana de seguir y el deseo de que no decaiga tu ímpetu, tu ánimo o tu meta en la vida (si es que aún tienes una) pues, gran parte de tus objetivos, ya se han visto truncados con mi nombre...

Sé, que parece absurdo, pero no he dejado de imaginar tu silueta (que más bien se convierte en fantasma) en mi lecho, en estas cuatro paredes que me han visto crecer, fumar, vivir, atar, fornicar, soñar, dormir o iniciar una nueva etapa, traer conmigo nueva vida y colmarlas de buenas vibras a lo largo de mis días...

Habrá entonces que apegarse al desapego, desterrar algunos nombres, eliminar decenas de imágenes, dejar de describir tu aroma y tu piel y creer en el no regreso, en lo concluído, en la nueva canción y en el nuevo sentimiento desconocido aún.


La única pregunta es: cuándo dejarás de formar parte de mi sombra?



P.D.
Mi tristeza solidaria para la tragedia del Chapecoense. Muy en el fondo sé que amo el futbol como deporte y sé que mi hijo mayor también (así como millones de personas más en el mundo)... las palabras no alcanzan a detallar tanta tristeza por la tragedia.
Mi lágrima está en solidaridad. Sepan perdonar mi osadía.

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