lunes, 2 de mayo de 2016

.

Hoy me faltan las palabras para explicar, para agradecer o para reclamar.
Me falta ese pequeño empuje que me acerque al intento de definición del sentir, del conservar el embalaje y colocarlo en la balanza adecuada para que mi entender funcione con exactitud.

Hoy me faltan los espacios para disfrutar, para recapacitar o remembrar.
Me falta esa visita con Morfeo que me muestre aquellos lugares que han sido de mi entera melancolía cuando suelo recordarlos y, eso, definitivamente es más significativo en sueños.

Hoy me faltan los colores para recrear, para plasmar o para alegrar mi entorno.
Me falta esa paleta desde donde recogía las texturas que brillaban o palidecían conforme las colocaba en cada amanecer, en cada atardecer o en cada lluvia... lo peor es que no sé dónde ha quedado.

Hoy me faltan las notas, la voz o aquella magia que transmitía desde una canción.
Me falta la sensibilidad o el mensaje, la calidad o la alevosía y ventaja hacia mi escucha que, aunque nunca la tuve, alguna vez supuse tener y, eso, en definitiva no sé dónde estuvo o estará...


Hoy me faltan las palabras, las notas, los colores o los lugares... mas, mientras exista vida, ella misma se tornará en la sorpresa idónea, en el mejor de los sueños, en la paleta misma o el agradecimiento mismo aún teniendo como cabecera un regaño o reclamo.