domingo, 22 de febrero de 2015

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Ven, acercate; respira cerca de mí y obtén de nuestro reducido entorno cada aroma que nos envuelve, cada uno de los pocos que aún emanamos cuando intentamos fundirlos en el más asequible a nuestro amor.

Ven, que tu desnudez me embriaga aún mucho más que antes; que me provoca el remontarme a lustros atrás en el tiempo y seguir constatando que la madurez es lo mejor que nos puede tocar... que está por demás el decir que los jóvenes gozarán de sólo eso (su juventud), pero nuestra experiencia, esa les costará mucho más a ellos que lo que a nosotros.

Ven, no dejes que la amargura nos frustre el momento; que la insensatez nos vuelque el corazón o que la incertidumbre acabe pronto con nuestro idilio nocturno... que para eso ya hemos padecido bastante y ha sido sólo por causa mía.

Ven, dejemos que el alcohol provoque en ambos ese estado de relajación suficiente para terminar tendido uno sobre el otro sin colmar el extremo de dicho estado; que es mejor el seguir conscientes del entorno y de continuar con el calor de tus manos o de las mías en cada región de piel que deseen.

Ven, escucha de cerca mi palpitar que yo haré lo propio con el tuyo, y querré entonces terminar dormido acompañado de su ritmo hasta coincidir esperando el amanecer, el calor del día, el clamor del ave, el susurro del viento o del frío invernal que aún nos acompaña noche a noche...


Ven, que yo iré; dame, que te daré... escucha, que yo escucharé... y deja que el tiempo se torne olvido, que el deseo se vuelva miel y que terminen nuestros labios hinchados de tanto besar nuestro cielo y de consumir la tibia piel que aún nos puede envolver.

martes, 10 de febrero de 2015

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No niego que, aún estando dentro del dédalo, me he topado una y diez veces con esos jóvenes que creen que "lo pueden todo" en cuanto a lo musical refiere.

Algunos compañeros músicos, como yo, nos hemos topado incluso con personal en los diversos lugares donde trabajamos que suponen que nuestra labor es más que excelente bien remunerada tanto por el tiempo que nos emplean como por lo "desgastante" de nuestro trabajo que, según ellos y en apariencia, es muy poco.

Muchos escritos desde diferentes músicos han sido posteados en las redes sociales haciendo notar a todos que, en realidad, no resulta "tan sencillo" el ser músico y, aún así, existen muchas personas que siguen pasando por alto cada detalle que concierne a nuestra labor creyendo que es "de lo más cómodo" en cuanto al desempeño refiere.

Y así, puedo seguir mencionando algunos otros detalles más y, volviendo a mi principal comentario, algunos jóvenes siguen creyendo que "pueden con este mundo" que miran como "de lo más sencillo para ejercer".
Bajo esta premisa, se malbaratan en los bares o restaurantes y merman y denigran con esto el salario y trabajo de todos los demás (y aquí hablo de nosotros que tenemos responsabilidades en base a un sustento familiar, mientras que, ellos, sólo lo ven como simple diversión, distracción, pseudo pasión o para tener una vida más adicta al alcohol, las mujeres, las relaciones sociales y, por qué no, hasta los desmanes a altas horas de la noche).

Mas, hoy, recibí una llamada esta tarde de un hombre que me quería contratar en un restaurante que abriría en breve y lo primero que indagó de mi persona o perfil fue mi edad. En verdad creí que sería una especie de broma pero, al decírsela, al poco me comentó que en realidad buscaba a un hombre más joven para que desempeñara el trabajo.
Mi primer instinto fue el de apoyarle a encontrar al músico idóneo para su local pues, por fortuna, conozco a gente joven en el medio y con seguridad alguien respondería apoyado en las redes sociales.

Sólo uno respondió. Admiré su valor al hacerlo y, a la vez, sentí que sencillamente me dijo (sin hacerlo) "hazte a un lado, viejo, deja que nosotros los jóvenes nos hagamos cargo del mundo musical y de su curso" aplicado a bares y/o restaurantes locales.
No quiero ir más a fondo. No quiero mencionar que muchos compañeros (y no músicos) comentaron negativamente la postura de aquel patrón y su preferencia por la edad del que pretendía emplear. No quiero creer que en verdad sólo tengo contactos seniles... pero sí debo comentar que, sólo los seniles, saben lo que consumirán tanto en bares o restaurantes y no será menor el gasto a cien pesos por persona (sólo por dar una cifra).


No puedo creer en verdad que aún existan personas que crean que la imagen del músico debe ser joven y lozana importando poco la experiencia, el filin', la calidad interpretativa y la vastedad de repertorio que posee un músico de mayor edad (eso sin contar la calidad y costo del equipo que nos demanda usar).
Vaya aquí mi más profunda tristeza hacia esas personas y, hacia mis compañeros jóvenes, la gana de que puedan valuar, incluso en este tiempo, la labor tan loable que resulta ser la del músico y no se dejen engañar que "pueden" con todo el paquete sólo por su edad y apariencia.

Y sí... ya sé que me estoy volviendo viejo... pero eso a mí me dice que soy más y mejor en todo... no sólo en la música.

martes, 3 de febrero de 2015

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Sí, lo admito... no soy (y no he podido ser) como tú quisieras que sea.

Fueron años enteros de "pelearme conmigo" respecto a eso, de tratar de agradar al mayor número de personas, de ser tan atractivo y poseer ese ángel que alguien más tiene y puede presumir con el simple hecho de mostrar su sonrisa... pero no, no pude.

En esta actualidad lo "sigo padeciendo" y, en verdad me duele el no poder hacerlo porque, sencillamente, supongo que no soy así... no puedo ser eso o ese que tú deseas que sea.

De hecho, considero incluso absurdo el tener qué escribir estas líneas "tratando de explicarte" y, quizá es por mi simple naturaleza y sensatez, que me atrevo a hacerlo pues, "algo en el fondo", me pide hacerlo para ti... sí, escribí bien: para ti. (echando así una vez más a un lado todo el menester propio de mi integridad y mi primer aseveración y tópico de este escrito).

Supongo que no lo puedo evitar; que resulta más "sencillo" el ofrecer alguna especie de "disculpa" en este espacio que el tú escribir algo similar para mí a manera de comprensión, de entendimiento pleno de quién es quien te escribe y del cómo abro mi corazón hacia ti para que lo puedas mirar en su interior.

Sí, admito también que mi manera de "querer ser" tampoco resultó de tu agrado con lo que, en definitiva, sólo queda éste quien soy y nada más.
Esto que soy, esto que llena el espacio que ocupo, este mismo que canta, que llora, que necesita, que sigue siendo tan sensible como pocos, que se llena de amargura gracias a los demás, que desiste de mucho, que encuentra poco atractivo lo que para muchos más es en demasía, que prefiere callar muchas de tantas ocasiones, que piensa un poco más allá y diferente que tú... que escucha diferente y que en ocasiones consideras sordo.


Sí, lo admito... no soy (y no he podido ser) como tú quisieras que sea... pero, acaso tú si has podido ser lo que otros desean que fueras?
Verdad que todo este "juego" parece patético?