domingo, 25 de septiembre de 2016

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Qué tristeza el saber que luego de tantos años sólo gané tu desconfianza que llegó a convertirse en un gran hocico que terminó por tragarnos a ambos.
Qué tristeza el saber que me convertí en el más indeseable y repetitivo.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años de atención y cuidado sólo obtuve el haber creado un ser atenido y poco independiente.
Qué tristeza el saber que me convertí en quien menos deseabas ver o escuchar.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años de cotejar ideas y puntos de vista nos hayamos convertido en una fosa silente donde lo poco que logra salir de ahí es creíble.
Qué tristeza el saber que me convertí en quien menos puedes confiar.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años las pocas invitaciones y salidas las tomaras más como omisiones y desinterés en lugar de haberlas disfrutado con mayor plenitud.
Qué tristeza el saber que me convertí en parte de tu calvario más que en tu altar.

Qué tristeza el saber que luego de tantos años sólo formé a un ser con miedo a la vida, a una persona que llora noche y día, quejumbroso y con menos ganas de principiar el día...
Qué tristeza el saber que me convertí en el recipiente menos indicado para recibir siquiera tu basura.


Qué tristeza el no poder mirar más allá de mis ojos por mera convicción y saberte "temerosa" en lo que miras... pero sólo frente mío; pues sé con certeza que ya tu interior añora el momento del escape, la huída del calvario, el soltar las ataduras y volar hacia aquel cielo que consideras se convertirá en tu mejor cobijo y compañero para dejar de ser quien fuiste e intentes de alguna forma vivir...

Qué tristeza el saber que luego de tantos años no aprendimos ambos a vivir.

lunes, 12 de septiembre de 2016

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Septiembre dibuja sus tonos grisáceos cargados de melancolía, recuerdos todos y sensación de vida a la vez.
Dibuja rostros que alguna vez fueron y/o estuvieron frente mío cargados de atención, de estímulo, de desdicha o de gran decoro.

Prometía en algunos años su abanico de posibilidades, de razón para seguir; tenía sus motivos para saberse septiembre en toda la extensión de sus días de, los cuales, sólo quedan recuerdos.
Muchas veces mostró un gran patrón de esperanza, de nuevo camino y de luz.

Mas, qué es septiembre hoy?
Una gama de acertijos, de secciones del dédalo destruído, de llanto apagado o de lágrimas furtivas; un collage de matices que ciertamente dibujan plenitud a alguien más o suspiros en otros.
Dibuja plenamente el desenlace y resultado de años, de muchos años de falsedades, de acciones fingidas y de mentiras piadosas que, juntas, pesan en la razón.

Septiembre es hoy la razón del ocaso, el atisbo de lo que fue, la situación de cambio forzado y sus nubes esconden algunos de sus días lo que es la luz y el centellar de las estrellas en horas nocturnas aunque, cabe resaltar, que la hermosa Selene pudo aparecer a principios de él con cierto resplandor que atravesó dicho cúmulo de nubes entre bajas y de poco espesor.

Septiembre acumula tristeza, deseo, soledad y momentos únicos en la introspección; llama con sus horas al otoño que está próximo y, con él, vendrá más nostalgia, más acaecer, más lágrimas y recuerdos hermosos que dejarán de ser realidad pues, sólo quedarán en la experiencia, sobre la piel o plasmados en ciertas imágenes que no podrán ser vistas con la regularidad de antaño.


Septiembre es y será siempre mes de trancisión, de despedidas, de nuevas saladas brotando desde mis ojos, de canciones apagadas y, probablemente, de más espera en el laberinto que, sin duda, volverá a sorprenderme con sus viros y llamados al decidir, a la emoción, a la vida o a la tristeza misma.

Sin importar lo que diga, escriba o haga...

domingo, 4 de septiembre de 2016

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Qué fácil resulta el decir "lo di todo" cuando se gesta una separación y dicho "todo" no bastó.
Qué fácil escribir frases que terminan siendo vacías dadas las pruebas o testimonios.

Qué fácil pedir asesoría o consejo a quien no tiene la experiencia y qué inverosímil puede ser su respuesta.
Qué fácil es derogar frases amorosas del acervo cuando se han utilizado por años... y más fácil el que resulten falsas o puestas en duda.

Qué fácil el vociferar, el creer tener la razón y aferrarse a su propia convicción a sabiendas que existen daños a la tolerancia y a la poca prudencia.
Qué fácil es escribir sentado aquí mientras mi mundo al derredor se cae a pedazos.

Qué fácil es robarse el corazón de alguien y luego decir "lo olvidé en algún lugar" o el "no era mi intención el hacerlo".
Qué fácil resulta el desilusionar, el volverse repetitivo, el amar de la misma manera y cansar al otro.

Qué fácil es mejor callar y llorar que arrojar al rostro la verdad de lo que nos incomoda.
Qué fácil y absurdo a la vez todo ello.

Qué fácil no querer mirar ese ocaso vivencial y hacerse a la idea que todo está bien, que nada cambiará o que todo debe seguir igual.
Qué fácil el preferir seguir atado e inamovible mientras todo rueda, gira y se mueve entorno nuestro.

Qué fácil robar una imagen, hacerla tu afiche sexual y no contactar más con la mirada directa de algún interlocutor deseado.
Qué fácil hacerse el desinformado, el "no me di cuenta", el inocente, el mártir, el "lastimado" y portar bandera de abandono en lugares públicos sin aceptar el daño causado o la propia culpa.


Qué difícil es pues el aceptar el erro, el dar vuelta a la página, el viro propio en el dédalo y aceptar el todo para volverlo experiencia y no una roca para volver a tropezar con ella.