jueves, 31 de enero de 2013

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Este día "pintaba" como cualquier otro, se vestía de su frío invernal de principio de año como muchos más que han pasado por mi haber.
Me recordé padeciendo cierto sentir y cierta soledad estando en otro lar por este mismo mes... Esos eran, en definitiva, otros tiempos que, si bien los días actuales reflejan algo de ellos, definitivamente no quisiera volver a vivirlos.

Como bien sé, algunas situaciones se repiten... nunca terminan siendo iguales a las anteriores y eso me reconforta.
Dios ha estado cercano a mí y a mi familia desde ese siempre, desde el primer entonces, desde el nacimiento de mi primer hijo y, por qué no decirlo, desde los primeros días de mi existencia y, hoy sostengo, no me dejará recaer una vez más; no costeará más un viaje infructuoso para el corazón o hacia el dolor y terminaré recibiendo una vez más de su recompensa.

Qué recompensa? ...la que jamás, al parecer, veré desde los hombres, la que nunca recibiré de quien poseé el poder de hacerla válida, la que no terminan por asimilar que "no es suya" sino de alguien más que se sigue esforzando por poseerla y que, si bien he creído merecer, no termino por obtenerla ni siquiera desde quien me ha dado la vida.

Pudo ser que, en principio, cierto reconocimiento (que forma parte de la misma recompensa divina) inicie desde ese seno, desde esa mente o desde esa cabeza de familia y se extienda hasta donde, suponemos todos, debió haberse extendido hace ya un par de décadas... y no. Pudo ser que, en un segundo término, dicha gratitud sea parte del mundo, del pueblo, de aquellos pocos que tienen la gana y el deseo por plasmarlo en el rostro y nombre de quien así lo merece... y no llegó tampoco aún.

Pero... bien. Supongo que desvié bastante el buen inicio que simulaba este posteo, pero siempre he reiterado en este espacio que muchas de las veces quien habla es el corazón y el ímpetu y, desgraciadamente, estos dos hoy se encuentran un tanto extraviados en mi derredor y sólo veo "el reflejo parcial de cierto padecer" que asemeja mucho a aquel inicio de 2012 y que en definitiva no quisiera volver a vivirlo.

Mas, cuando vuelven a ser los mismos entes que se aman quienes padecen de dicho reflejo o asemejación, qué se podría hacer? ¿Cambiar de fórmula? ¿Aplicar el plan "C"? ¿Suscribirse a alguna revista barata dentro de su sección "almas en pena"? ...o dejar que se caiga el mundo mientras mutuamente se brindan apoyo?

Mutuamente, dije... perdón, escribí.

domingo, 20 de enero de 2013

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Cómo poder describir tu sentir en sólo doscientas palabras?
Cómo hacerlo en tan sólo quince minutos?
Cómo poder hacer entender a todos a la vez ese sentimiento si, lo más probable, es que no terminen por entenderlo dado que por ello es que somos tan diferentes el uno del otro? ...si incluso nuestra educación es asimilada de manera distinta a pesar de estar en la misma aula.

Cómo poder describir tu sentir sin herir susceptibilidades?
Cómo hacerlo sin que se sienta ofendido quien esté más cercano a ti sabiendo que justo por él es que estás así?
Con qué tacto es que debe manejarse si este tipo de situaciones no cuentan con un "volante y acelerador" para bajar sus revoluciones y encontrar ese equilibrio entre el brío, la emoción y el trecho recorrido?

Cómo poder describir tu sentir si eres justo tú quien lo vive?
Cómo hacerlo partícipe y no anfitrión en tu vida?
Cómo saberlo "invitado de honor" si ni siquiera recibió el aviso oportuno para mostrarse y, peor aún, dormir contigo ya por días enteros y resquebrajar con ello tu salud?

Cómo poder contagiar tu sentir a aquellos quienes lo han causado?
No hacerlo con el fin de que padezcan lo que tú, sino con el único propósito de que tomen conciencia del daño que te han hecho y que te mantiene derrotada en cama en estos días...
Cómo detallarlo en tan sólo unas cuartillas si ya son horas y horas de quebranto?


Ahora bien... ¿cómo poder desgranar esas dos palabras que encierran todo y que no te han servido ni siquiera para que esboces una sonrisa?

Es devastador el sentirme desarmado... una vez más.

martes, 15 de enero de 2013

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Alguna vez podremos entender qué es el "punto y aparte"?  Y no me refiero en sí a la escritura, sino a cada etapa de nuestra vida, a cada momento que ya es pasado, a cada hecho que ha sucedido y que no queda más remedio que asimilarlo, hacerlo a un lado y seguir adelante.

Algún día podrás entender qué es estar "fuera del dédalo"?  He hablado tanto bajo este sentido que no sé si requieras de una "nueva explicación", de un nuevo paradigma, del esclarecer en totalidad el sentido y rumbo que ha tomado en sí mi vida desde aquel momento en que decidí "cambiar el rumbo" que, en apariencia, ya tenía trazado y que quise modificar.

Podré entender con el paso de los años que jamás terminaremos por ser enteramente felices?  Nos hemos llevado tantas veces la mano a la cabeza y guardado silencio tratando de asimilar nuestro estado personal que, sé, aún no terminamos por comprender y seguimos con ello perdiendo la mirada hacia el firmamento, hacia el cielo o en algún punto fijo sobre el comedor mientras conversamos quizá acaloradamente.

Podrá algún día la gente entender qué es el cambio de conciencia?  ¿Qué es el aceptar de una propuesta?  ¿Qué tanto daño se hacen a sí mismos al hacer daño a otros?  Puedo suponer determinadas facetas de esto, he experimentado detalles que me dan una nueva pauta dentro del que había sido y, por más que lo comento aquí y allá y observo el proceder de mi pueblo, no observo ningún cambio, ninguna aceptación y el daño siempre está ahí.

Podrá el mundo soportar esta humanidad por mucho tiempo?  Si se ha hablado de "esto y aquello" dañino para el planeta y para todos y de nada ha servido, si se ha visto que eso provoca traumas en la superficie terrestre y nadie opta por algo favorable, si este o aquel etcétera...


Podrá "algo" hacernos mejores, darnos más madurez, aceptar nuestro derredor, mejorar nuestra situación, darnos el privilegio de creer y tantas otras sentencias favorables tanto para la humanidad como para la salud global y, sobre todo, la nuestra interior?
Necesitaríamos salirnos todos del laberinto, cambiar de mundo, deshacernos de nuestra postura actual o dejar sencillamente que todo concluya destructivamente?

miércoles, 9 de enero de 2013

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Búscame ahí donde creas que aún permanece mi sentir, donde nadie suele estar tan comunmente como lo hice yo, donde todo lo hallado fue puesto a consideración o donde el mañana no existía... sino sólo el hoy.

Búscame trepando al camión de aquellos años, en aquel atardecer donde el sol estuvo iluminando tu rostro mientras sonreías o, incluso, en aquel puesto desde donde pude observar la salida de la luna más germosa que jamás haya visto y donde tú supiste.

Búscame en esa paradoja que, para ti, fue más que contradicción, más que una frase lastimera y que ya has perdonado; en la osadía sexual en hora temprana, en el intento por robarme el aroma de tu boca sin tu consentimiento, en la rima mal empleada o en la frase más trillada donde nunca supe o quise estar.

Búscame en la intersección de tu abrazo y la soledad, de la líbido y el cansancio, del color y la obscuridad, del climaterio y el canto omitido, en la palabra y el rellano de un texto... en el mismo silencio y el ruido ensordecedor de una mirada.

Búscame en la propia lejanía, en la llamada telefónica omitida, en la pena y el abandono, en la resaca de una noche colmada de humo verde, en el aroma que queda en la habitación luego del sexo, en alguna prenda que te memore un feliz momento...

Búscame en la delicadeza de tu voz, en la tersura de tu piel, entre los dedos de tus pies, en el propio centro de tu espalda, en la zona más baja de tu abdomen o al ras del piso desde donde pude verte con esa impaciencia por sentir una vez más el peso de tu cuerpo.

Búscame en la sala, en el comedor, frente a la ventana, tras una puerta... búsca en el lugar más sencillo u obvio, ahí, donde sólo tú sabes y desde donde me conoces...


No me busques, en definitiva, donde supones estuve y que tanto te lastima... aún.

miércoles, 2 de enero de 2013

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Decesos naturales, sucesos trascendentes, comentarios al viento, llamadas truncadas y equívocas, incongruencias sociales, malos entendidos, enfermedades, traslados, ideas vanas, objetivos no realizados, ocio, música, planes, accidentes, alegrías, emociones, llanto...

Qué tanto de "nuevo" puede traer este año que principia? ¿Acaso alguien habla ahora de ese "cambio de conciencia" global que se sucedió a partir de aquella fecha memorable del fin del mundo?
Es y seguirá siendo vergonzoso el que gran parte de la humanidad demuestre su inmadurez y debilidad cerebral al dejarse influenciar tan fácil por cualquier comentario fatalista proveniente desde la fuente que sea y que data de elementos ancestrales o de profetas amarillistas o abstractos que sólo ellos supieron lo que escribieron y con qué fin.

Usemos marihuana todos... No faltará el momento en que nuestra mente nos juegue una dura pasada, en que observemos que las rocas se mueven, que los árboles nos hablan y, muchos, opinaremos que las propias plantas nos dirán la nueva fecha en que este mundo terminará... qué decir del uso de la Internet para estos fines.

Vaya, no creí nunca el que mereciera en mi espacio esta vaga reflexión que termina siendo vana pues ya todos sabíamos, sin temor a equivocarnos, que aunque en realidad llegara el fin del mundo nadie haría nada para solventar nada, nada cambiaría en conjunto a la gente, no habría tal cambio de conciencia y, como tal y en resumen, no habrá nada de nada en nada ni en nadie. Este mundo seguirá padeciendo del cáncer que somos como humanidad hasta el fin de los tiempos.

Qué tristeza para muchos que nos ha tocado estar en este tiempo... qué alegría para otros el poder aprovecharse de cada situación y hacer de las suyas tanto para beneficio propio como para el de todas sus futuras generaciones... qué incertidumbre para muchos como yo que no terminan por cavilar qué es lo que con certeza nos depara no sólo este año que principia, sino todos los demás mientras tengamos este soplo de vida y existan tantas serpientes a nuestro derredor, tanto fanático fatalista o tanto estúpido incongruente...


No quisiera que me tomaran como un neurótico negativo... Les deseo un buen año.