martes, 26 de febrero de 2013

.

Algunas veces me he visto aquí mismo, fuera del dédalo, guardando silencio, permitiendo que se sucedan situaciones que me brinden la oportunidad de poder plasmar una parte de algún sentimiento y, cuando transcurren muchos días de manera ordinaria, vuelvo a recapacitar en que no dejan de tener algo especial cada uno de ellos.

Ya me vi "peleando un tanto" por situaciones extremas de necesidad, supe del interés particular de otros tantos, conocí los límites de mis finanzas y entendí del descontento de quien acompaña mis días ante mi postura mientras ella padecía de enfermedad.

Conocí a otra familia colmada de prosperidad y bienestar que me vuelve a recordar en comparación lo frágil de mi seno materno y me obligó hasta cierto punto a razonar y valorar mi postura frente a la vida cual individuo que soy.

Observé una nueva película desde donde pude recapacitar que la imaginación de otros comienza a escasear; escuché rumores, supe de apoyo moral hacia mi necesidad por parte de otros compañeros y permití que mi cuerpo poco a poco se desintoxicara de esa extraña gripe invernal que estuvo conmigo y en casa por casi dos meses.

Leí, anduve, volví a dsifrutar de un colorido atardecer, me apasioné con aquella música, disfruté una vez más de mi trabajo y cada asunto llegó a recompensarme a su manera el seguir vivo y asimilando cada detalle de vida sin dejar a un lado el amor que me mueve frente a los que tengo al lado.

No podría decir, en base a lo antes expuesto, que mis días han sido "ordinarios" del todo y que no me han dado motivo para escribir en este espacio...
Es sólo que, a veces, suelo ser un tanto egoísta y dejo las emociones y detalles sólo para mí.


Ojalá sepan perdonarme por ello.

jueves, 14 de febrero de 2013

.

No sabría decir si todo inició como tal un 14 de febrero como también quizá no sabría si realmente ocurrió en dicho mes... pero muchas de las veces puede más el recuerdo de este mes en específico y del recorrerte a placer estando a solas.

No había en ese entonces cadena alguna, limitaciones o nivel de censura alguna... Creo recordar el rostro de aquella mujer que aseaba la habitación mientras mirabas el televisor despreocupada.
Supongo que tampoco existía preocupación.

Fuimos lo que fuimos e hicimos lo que hicimos aquel febrero cual si gozáramos de lo que en sí representaba el llamado "mes del amor", lo tomamos así y llevamos a cierto límite nuestra participación en ambos.

No hubo llanto, según recuerdo, ni hubo estrechez por el ir y venir de las horas; supongo que, quienes nos vieron ir de un lugar a otro por el centro de la ciudad ni siquiera imaginaban la gama de intimidada que llegamos a compartir "sin permiso".

No importó entonces el término de cada tarde o el frío que mermaba la ciudad...
Fue, sencillamente hermoso, el ser sólo tú y yo "perdidos en el tumulto" y en agradable anonimato...

No recuerdo si se trató en específico de un 14 de febrero, pero puedo asegurarte que, en definitiva, fue en un mes del amor donde pudimos reconocernos en mejor plenitud e intimidad sin necesitar nada más que un ramo de rosas en la habitación y una cama frente a un televisor.


Gracias por darme tan hermoso regalo hace 21 años.

miércoles, 6 de febrero de 2013

.

Este día me acerco a este espacio para volver a echar ese vistazo desde fuera del laberinto, para volver a reafirmar que nadie es dueño de nada, que todos tenemos un camino por seguir, que nada será mejor mientras sigamos estáticos y que el peor consejero de nuestras vidas es la desgana y el desamor.

Para volver a imaginar que aquel tiempo pasado "siempre fue mejor" y mucho más si terminamos por disfrutarlo como tal... a la vez de entender que, este tiempo, deberá ser igual en un futuro (aunque justo en estos momentos en definitiva creamos que todo el universo está en nuestra contra).

Para volver a reafirmar que todo principio tiene un final, que no importa cuán grave estemos dicha gravedad fenecerá y/o habrá una solución a ello en el próximo viro.
Para volver a reafirmar que nadie es dueño de nadie, que todo lo creado en años puede derrumbarse en sólo segundos y que aún la pared más fuerte se derrumbará con el menor pestañeo del creador si esa es su voluntad.

Para volver a entender que sólo somos menos que una micra frente a la vastedad del universo y que en absoluto habrá algo que "realmente importe o valga más que el todo", que seguiremos plagados de contradicciones y que la conveniencia sigue o seguirá rigiendo el actuar de los seres humanos mientras estemos atados al dinero.

Para volver a entender lo entendido, desmentir lo falso, amar lo amado, saborear una vez más lo ya catado o terminar diluyendo lo diluído...
Para volver a caer erróneamente en las redes del consumismo, seguir acumulando basura y probablemente seguir olvidando lo que en sí es importante como lo es el vivir.


Este día me acerqué a este espacio para volver a reafirmarme con vida en una nueva concepción del exterior del dédalo, con el ceño fruncido, cierto dolor en el estómago, un tanto con hambre y sed, con cierta ausencia mensual sexual e intentando adivinar el por qué creemos que el universo se encuentra en nuestra contra en estos días...