jueves, 14 de febrero de 2013

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No sabría decir si todo inició como tal un 14 de febrero como también quizá no sabría si realmente ocurrió en dicho mes... pero muchas de las veces puede más el recuerdo de este mes en específico y del recorrerte a placer estando a solas.

No había en ese entonces cadena alguna, limitaciones o nivel de censura alguna... Creo recordar el rostro de aquella mujer que aseaba la habitación mientras mirabas el televisor despreocupada.
Supongo que tampoco existía preocupación.

Fuimos lo que fuimos e hicimos lo que hicimos aquel febrero cual si gozáramos de lo que en sí representaba el llamado "mes del amor", lo tomamos así y llevamos a cierto límite nuestra participación en ambos.

No hubo llanto, según recuerdo, ni hubo estrechez por el ir y venir de las horas; supongo que, quienes nos vieron ir de un lugar a otro por el centro de la ciudad ni siquiera imaginaban la gama de intimidada que llegamos a compartir "sin permiso".

No importó entonces el término de cada tarde o el frío que mermaba la ciudad...
Fue, sencillamente hermoso, el ser sólo tú y yo "perdidos en el tumulto" y en agradable anonimato...

No recuerdo si se trató en específico de un 14 de febrero, pero puedo asegurarte que, en definitiva, fue en un mes del amor donde pudimos reconocernos en mejor plenitud e intimidad sin necesitar nada más que un ramo de rosas en la habitación y una cama frente a un televisor.


Gracias por darme tan hermoso regalo hace 21 años.

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