miércoles, 23 de diciembre de 2020

.

Qué hermoso soñarte así!
Dejando derramadas estelas de sencillez, de lugares remotos y nuevos en mi estar, de ternura, sonrisas y buen augurio de vida que nunca conocimos ni vivimos.

Qué hermoso soñarte así!
Enamorada; con la certeza de que cada día puede bien ser un nuevo comienzo y no el continuar de la rutina o la bajeza. Sin pereza, sin dolor que te lastime y con la mirada entera sobre mí haciéndome creer que significo más que sólo un ente a tu lado.

Qué hermoso soñarte así!
Ligera, desenfadada, con tranquilidad amorosa, seguridad sentimental y con ese resquicio asomando siempre de tu sensualidad matinal para, sin mediar palabra, hacerme perder entre tus líneas y curvas.

Qué hermoso soñarte así!
Descalza; demostrando a la vez que cualquier camino que hubiera por recorrer podrá hacerse sin contratiempo, sin prisa o sintiendo el piso y suelo para literal seguir con los pies en la tierra... así, justo como te conocí en inicio y como llegué a amarte.


Qué hermoso soñarte así!
Y qué tranquilidad sembraste con ello todo mi día sabiendo que te tuve conmigo, al menos, por un tiempo... el suficiente para valorar todo lo logrado, lo vivido, nuestro entorno, todo nuestro pasado y, con ello, volver a entender que no todo es eterno, que todo posee un fin y tuvo un objetivo claro: el que tuvieras desde mí todo mi amor... mi poco o mucho amor.

sábado, 28 de noviembre de 2020

 .

No podría definir en dónde es que "cabe en mí" la estima y admiración.
Si bien son diferentes, el sentimiento que provocan es sumamente sensible y merece de mi cuidado y atención al estar al lado de quien realmente me lo merece.

Y es que son realmente pocos los compañeros de profesión que se lo han ganado por su sencillez, por su desinteresada amistad o porque sencillamente se muestran sin tapujos, abiertos y sinceros y no requieren de "avisar" que vienen a mi lar o que te desdeñarán una visita.

Uno de ellos al cual admiro enormemente, me provoca una sensación de amor indescriptible y me inunda una gana de estar a su lado en todo momento escuchándole, queriendo formar parte esencial en su vida o, al menos, que mi presencia no le resulte incómoda en ningún momento aún, que no forme parte de su charla o conversación si estamos con más elementos en alguna tertulia.
Hemos compartido momentos maravillosos musicalmente hablando y, obvio, desde ahí se desprende gran parte de mi admiración hacia él.

Sin embargo, es su persona y manera de pensar que me conmueve y colma de estima... y no por "siempre estar de acuerdo conmigo", sino porque se muestra como quien es y, si algo "no le parece", lo hace constar sin necesidad de ofender a nadie o a mí mismo. Se muestra humilde a sabiendas de que, como en todo, siempre habrá un "mejor partido" en todo sentido.
Supongo que debería aprenderle algunas de sus maneras.

Mas, en sí, el motivo de mi escrito es justo en el no poder expresar con grafías lo que siento pero sí reconocer que existen seres en este mundo que realmente admiro... y no se trata de algún famoso, sino de personas que, por lo general, pasan desapercibidas ante otros tantos mortales que ni siquiera entienden lo que es o lo que es vivir contando con este tipo de entes y su amistad.


A ti, pues, que te he dicho que te admiro y aprecio, perdona mi vana intención de desgranar su por qué... supongo que debo vivir aún más para vida de poder expresarlo aunque, sólo con estar cercano a ti, el corazón me da un vuelco, la reverencia asoma a cada momento y la humildad que supuestamente poseo se hace menos que un grano de arena estando tú cercano.

Gracias por hacerme saber que realmente existen personas aún así en este pedazo de mundo que ha sido increíblemente destruído por una pandemia que sigue dejando secuelas de pobreza y mortandad... pues, pareciera, que ni eso cambiará tu manera hermosa de ser; y, eso, es envidiable.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

 .

Jamás podré decir que no significaste nada en mí.
Sabes perfectamente qué tanto llevaste mío cuando partías, qué tanto aroma quedaba tuyo, en qué parte dolías más o hacia dónde dirigía mi mirada en otras mujeres mientras estabas lejos.
Conociste a detalle cuanto soy y sabrás de cierto incluso lo que pienso aún sin tú estar a mi lado... no podrás negarlo.

Jamás podré decir que no quedaste marcada en mí.
Pues aún es fecha en que, ante cualquier resquicio de vida y amor, tu nombre y ente entero fluye por mis ideas, solidifica mis frases o al menos me hacen esbozar una sonrisa que denota complicidad.
Todo nuestro pasado puede habitar en mí con sólo mirar algún reflejo vano tuyo en cualquier otra mujer e incluso llevarme a mostrar una lágrima.

Jamás podré decir que no fui tatuado a tu manera.
Pues desde el silencio mismo hasta lo más indeseado tuyo me remonta y acalla otras posibilidades, frena desenfrenos, soslaya miradas que terminan en no ser de nadie y/o para nadie.
Tus pasos, tu risa, tu cabello, tu acento... las decenas de fotografías que aún viven en mi recuerdo al sólo cerrar mis ojos o los pocos sitios donde dimos rienda suelta a la vida y al compañerismo.

Jamás podré decir que fuiste nadie o que vales nada.
Inhumano sería. Esquivo de la verdad y del asombro con que muchas veces te vestiste y te regodeaste frente a mí hasta llevarme al desespero del deseo o a la cúspide sexual.
Y es que tu valor jamás podría ser monetario... ese problemático papel moneda que sólo denota ambición es más que absurdo ante tu validez humana, mundana, matriarcal o amistosa.


Jamás podré decir que no fui feliz a tu lado...
Tú más que nadie lo supo desde mis acciones, desde mis palabras, desde mis hechos, mis canciones, mis textos y, aunque no lo parezca, sigo vivo gracias a ti, a todo ese recuerdo, a todo ese peso que cargo en mi espalda, en cada esquina que viro, aún fuera del dédalo o durmiendo solo...  con mi mañana incierto, con la frescura de la mañana bañada de ti, lo mismo un atardecer que alguna visita al mar...

En el campo, la lluvia, el comedor, la cama, el teléfono o cada calle donde tus sagrados pies cruzaron.
Jamás podré decir que nunca te amé...

martes, 6 de octubre de 2020

 .

Hoy no habría motivo alguno para simplemente escribir...
Debería existir una razón poderosa para hacerlo y, así, poder llegar hasta tus ojos con la vehemencia suficiente y la certeza necesaria para ser en tus días, para hacer de tus días y no con ello trocar tus noches... las mismas que hoy no dejan llegar el día.

Hoy, no habría motivo alguno para simplemente estar...
Y entender con ello que ocupas ese lugar en el espacio-tiempo donde se haría claramente tu voluntad, donde ejercería la fiereza de tu cariño o donde predominara más que la simple presencia... la misma que hace tanta falta.

Hoy, no habría motivo alguno para simplemente cantar...
El encontrar la nota idónea que, reflexiva, acuda hasta tu entender y hagas con ella la cadencia adecuada que nos enseñe a todos del canto mismo del viento mientras alzas tu vuelo... ese mismo que hoy se niega.

Hoy, no habría motivo alguno para simplemente meditar...
Buscar en el entredicho lo que alguna vez sugeriste y que nos orilló a todos y cada uno de quienes te supimos a caminar con tu enseñanza y tu pregón... ése mismo que hoy calla.

Hoy, no habría motivo alguno para simplemente "sentarse" en el laberinto...
No lo habría pues, aunque estuviese fuera de él, seguiríamos sintiendo que seguimos inmersos y, con ello, lamentar nuestra situación actual al sabernos aún mortales.


Hoy, no hubiese escrito, hablado, cantado, meditado o alzado el vuelo hacia tu encuentro pues, sé con certeza, que no estarás aquí hurgando tratando de encontrar una fecha representativa, un momento álgido, una frase que te evoque o cualquier nota que se asemeje un tanto a lo que tú elegiste alguna vez para, desde ahí, partir hacia el rumbo de vida que siempre te trazaste.

Hoy, es por demás el intentar "buscar la luz"... pues carecerá de su presencia conmigo o en mis grafías.
Sé, pues, el lugar donde estás y estarás siempre. Aquel donde elegiste "al final", ese que ninguno de nosotros conoce y que pudiera resultarnos "familiar"... mas, aunque queramos, sólo es tuyo y lo será a partir del momento justo de tu partida.

Hoy, y siempre, para ti... aún sin fecha, aún sin nombre, sin nota, sin texto siquiera.

Q.D.E.P.
Luzanna Andreani Ruiz.

sábado, 5 de septiembre de 2020

 .

Supongo que ya me has dado la mayor de las enseñanzas, el mejor de los ejemplos y, de manera irremediable, se ha reflejado esto en mis sueños pues, esta madrugada, llegó hasta mí una más de tus respuestas.
Una más de tus cátedras.

Mas, quizá no se trataba de que fuera así... no pude dormir más después de ese encuentro contigo en el mundo de Morfeo. Mi cabeza revolucionó un tanto y, comprendí, nuestra postura, nuestra situación, nuestro balance emocional, nuestro devenir ya anunciado.

Y fue hermoso poder verte luchando con alguien más sexualmente, padeciendo lo mismo que conmigo y, susurrándome al oído para que no escuchara nadie más, el motivo de tus acciones, la causa primordial, el efecto de nuestra lucha frustrada... el inminente receso y la necesidad carnal plasmada en todo el derredor o rincón corporal.

Comprendí. Ese es el resumen.
No puedo objetar más nada y, lo maravilloso, es la experiencia que este sueño me deja ante lo nuestro, ante lo que fue, ante la necesidad, ante la libertad de poder "hacer y deshacer"... ante y por encima de cada comentario dicho aún por nosotros mismos.
Promesas rotas, cabezas agachadas, meneos mismos... en fin.


Supongo que ya me has dado la mayor de las enseñanzas, el mejor de los ejemplos... pero, qué necesidad había de que fuera acompañado de Morfeo?
Qué necesidad de que fuera con alguien superior a mí?
Qué necesidad de que fuera "entre semana"?
Qué grato poder recibirlo así, desde ti.

Indiscutiblemente sufrí... pero comprendí y, eso, no tiene precio.
Supongo que fue mi amor por ti (que aún conservo), supongo que fue el designio de libertad... no sé lo que haya sido.
El punto es que, si bien sufrí, aprendí una vez más en tu nombre.

Gracias mil.

viernes, 7 de agosto de 2020

.

No ha sido una o dos veces que he leído cierta sentencia amorosa que suelen usar algunos enamorados para demostrar que siguen prendados de su compañer@.
El punto en específico que refieren es que: "cada amanecer a su lado, es la única felicidad que predomina o es el inicio del nuevo día con el brío de siempre e igual de enamorad@... como en un principio"... bla, bla, bla.

Ya algunas veces he recibido el mote de "amargado" y no, no es de lo que hoy me quejo; sino que indago si realmente lo anterior expuesto puede ser cierto o posible porque, según creo, son sólo frases que se dicen al cónyuge con el afán de atención, de mero romanticismo, de muestra de cariño o con el malévolo fin de "escucharlas de regreso"... porque, de que las hay, las hay!

Supongo que nunca fui suficiente para quien acompañó por más de veintitrés años mi vida y, lo he dicho hasta el cansancio aquí, que yo fui el primero en cometer el error que dio inicio a nuestra ruptura mas, más que hurgar en cosas del pasado si fui o no suficiente, quiero entender que no es posible el poder "amanecer siempre con el amor a flor de piel".
Casi sostengo que no es posible!

Se necesitaría realmente estar embrujado, haber consumido un brebaje o tener un poco de basura revolviéndose en nuestra cabeza para no "despertar" a lo inevitable: la rutina, la cual, sin dagas o espinas, van mellando lentamente a todo ese amor que "se profesa".
Y, si van a salirme con que hay que retroalimentar y renovar al amor constantemente, díganme si ya lo consiguieron y cómo! ...porque yo sencillamente no pude.

Casi puedo asegurar que mi compañera de vida obtuvo treinta mil quejas mías a lo largo de nuestros años y, no por eso, me considero un pendejo para amar o alguien inservible para cosas del amor... y, de manera obvia, no escribiré aquí ni una sola queja o reclamo hacia mi esposa... eso sería lo más baboso que pudiera hacer en este espacio.

Si la respuesta es "sencilla" háganmela saber (aunque me cobren) pues, casi puedo imaginar que me responden: "...es que, si vas a copular todos los días, pues cambia poquito al menos la orientación de la cama para que 'no se vea igual' que anoche..." o "...busca cosas nuevas como disfrazarte, vendarle los ojos a ella, ver una película porno... HAY MIL MANERAS, CHINGADO!"


De verdad, y ya en serio... se puede siempre al despertar olvidar en totalidad al mundo exterior y saberte entero y pleno con tener a alguien al lado?
Se puede? Sin tener qué pensar en la necesidad del dinero y los tantos y tantos pagos, compromisos y horas invertidas en arreglos, comida, limpieza, sueño y un mar de asuntos más!??

No, no me repitan frasecitas cursis de películas... díganme realmente qué les ha funcionado y, entonces, dejar de pensar que es imposible, entenderlo de "otra forma" y tratar de digerir con ello mi fracaso y decepción.

jueves, 9 de julio de 2020

.

Este blog nunca fue creado con la firmeza de quejarme o de lanzar piedras al viento (con nombre y sitio) para que cayeran cual duras y pesadas son sobre ciertas cabezas.

No me recuerdo en sí si, luego de crearlo, me percaté de que tenía el "poder" de escribir y plasmar aquí lo que quisiera, el tiempo que quisiera y desterrar de mi mente, recuerdo y sentimiento cuanto se me ocurriese.
Así pues, inicié una travesía textual de la cual nunca he querido soltar o alejarme.

Y es que forma parte del desahogo, del inventar e imaginar situaciones o sucesos, del plasmar de los sueños, del vivir enamorado (a mi manera), del entablar un diálogo sin música o del simple echar las letras al ciberespacio para dejarlas como vestigio del que un día fui.

Mas, es más marcado en estos días, que cierta vacuidad se anida de manera casi perpetua en todo mi quehacer; la pandemia que vivimos nos limita enormemente y no deja resquicio ni siquiera para poder respirar lo gratuito de la vida... qué decir de lo económico.
Qué decir de las tertulias, de las visitas, los besos o los abrazos, de los festejos, las vacaciones... tanto y tanto gel antibacterial, alcohol y cloro sanitizante sólo nos dice que no podremos desinfectar el universo por mucho que lo apliquemos o lo usemos... (Y lo peor, debilitamos a nuestro poderoso sistema inmune).

Con este día, casi suman cuatro meses de asueto artístico y es sólo a través de las redes sociales y una que otra plataforma en streaming que nos puede sostener activos cuando, aseguro, la música debe ser considerada esencial... pero, vuelvo, resulta extremadamente lamentable el descontrol a lo que todo esto ha desembocado.
No conozco persona alguna que viva sin música en su derredor... personas que, incluso, disfrutan del 'canto' de las aves como algo simple y gratuito que la naturaleza nos brinda (y otros tantos estudios que sostienen que, con música, hasta las plantas crecen mejor o los animales cambian para bien su estado de ánimo mejorando a la vez el producto alimenticio que ofrecen al ser humano).


Pero, vaya... vaya al olvido este dos mil veinte, vaya a la mierda cada decisión errada de quienes han protagonizado este caótico momento mundial; vaya al desván (a esperar un mejor año) cada beso, cada abrazo, cada soplo al oído y cada nota que ha quedado muda tanto en mi voz como en mi guitarra gracias a esta pandemia sanitaria.

Es por demás subrayar la austeridad económica por la que estamos pasando todos y cada uno que nos dedicamos a las artes, al entretenimiento y/o a la farándula.
Sólo deseo que podamos aferrarnos al amor mismo tan fuerte que nunca nadie nos mire caer... porque, de hambre y deudas, ya han caído algunos tantos.

viernes, 5 de junio de 2020

.

Ciertamente, aún no existe un manual para librar el laberinto.

Y si anteriormente, en cada viro existía alguna probabilidad, en esta actualidad pareciera que el "qué más da" es el que predomina o resulta ser "la opción más recurrente".
Duele decirlo, pero es así de contundente.

Lo peor es que nunca supe de cierto en cuál de los momentos, estando inmerso, opté por virar hacia lo vacío, hacia donde no existe más que una poca de credulidad, una pizca de razón o un trozo minúsculo de amor y que "debe ser repartido" en todo, en cada cosa o ser que rodea mi entorno y aún así dejar para mí la "parte sobrante" para poder vivir.

Muchas personas aseguran que con sólo un poco de amor se sobrevive o que con ese mismo poco basta para andar, para cantar, para escribir, para hurgar e intentar a la vez seguir llenando la vasija interior o impedir que ésta se vacíe por completo... luego asomo a la mía y ella es el reflejo de mi entorno, de la parte hueca del dédalo la cual intento de alguna forma reconocer sin conseguirlo.

Y, ciertamente, aún no existe un manual para librar el laberinto.

Nadie tiene la "razón precisa", la "última y definitiva respuesta", el "color adecuado", la "sabiduría suficiente" e incluso "la cordura tal" para poder sobrellevar cada devenir que asoma en este año que ya ha transcurrido en más de su mitad y que, si bien ahora observo desde mi prisma, seguramente existen decenas de cientos más en el orbe que ni siquiera saben "en qué o en dónde están metidos".

El mundo se carga con monigotes que terminan siendo fantoches manipulados por algunas manos que, en apariencia, sugieren saber más del movimiento teatral que "la gran mayoría" y, de manera muy lamentable, pareciera ser que cada uno de nosotros nos encontramos en dicha mayoría pues son muy contados los que "pueden mover las fichas" con cada jugada... aplicado al dédalo, cada vez menos aseguran saber el cómo escapar de él sin que se nos diga la solución al acertijo.

Luego, por otro lado, aquellos que sencillamente se mueven (aunque en círculo) y nos infectan de cierta ingenuidad que, soslaya quizá, la "probable solución"... la manera "correcta" de vivir, la desgana total o la desfachatez o la sencillez extrema que ya hemos perdido por creernos más sabios que antes...


Aún no existe un manual para librar el laberinto, no hay fórmula, opinión, sugerencia vital o razonamiento confiable... sólo se divisa, incluso en las paredes huecas, un inmenso vacío que te grita que es más vano retroceder que seguir avanzando...
Y terminas andando vacío de lágrimas, de ideas, de entusiasmo, de palabras, de sueños y caricias... sin frío, sin temor, con crepúsculos en "blanco y negro" y con la certeza de que ahora sí estás mucho más perdido estando, según tú, afuera o paralelo al dédalo.

viernes, 1 de mayo de 2020

.

Perdona, perdona que no conteste a esa pregunta...
A esta altura de mi vida ya he lastimado a tantas y tantas personas que volvería a hacerlo al tú cuestionar...

Y es que sigo siendo el mismo...
El mismo estúpido que observa, que detalla, que desgrana a detalle cuanto le ocurre o cruza por sus ojos y, lamentablemente, sólo ha quedado en eso... no termino por aprender.

Perdona, perdona que no te visite más...
Y es que me he encerrado tanto y tanto en mí por el simple motivo de que soy un estúpido egoísta que se demanda lo que no tuvo en su ayer y que, intuye, que ahora es el momento, mi momento... (aunque termine siendo el mismo solitario que conociste hace décadas)

Y es que sigo siendo el mismo...
El mismo estúpido que demanda, que atañe, que juzga y que juega las mismas cartas esperando alguna vez ganar y, lamentablemente, poco a poco agoto la apuesta... no suelo remontar.

Perdona, perdona que no me escuches más...
Porque no pararía de relatar, de reclamar, de contar la misma historia que escuchaste años atrás y que, lamentablemente, sólo me orillan a llorar... no termino de llorar.

Y es que sigo siendo el mismo...
El mismo estúpido que alguna vez creyó en el amor, en la construcción férrea de una relación y que, por sobre todo, nunca descubrió la fórmula perfecta, la que llegara y me llevara hasta el final de mis días con fe... no concluyo en oración.


Perdona, perdona todo esta ocasión...
Porque me he convertido en el más estúpido, en el más callado, el que carece de respuestas o palabras y el que, dentro de su encierro y egoísmo, no termina por aprender de la vida, de tu vida, del amor o del mismo laberinto que me arrojó desnudo a su exterior donde, al parecer, sólo me queda llorar.

sábado, 4 de abril de 2020

.

Es realmente una pena el que no exista un "manual" para poder trabajar y "manejar correctamente" el consciente y el subconsciente.

Y es que ha sido obvio el daño psicológico (al menos) que he provocado a algunas mujeres que han pasado por mi vida, que han estado cercanas o que formaron parte vital en el devenir mundano y existencial.
Mas, no puedo asegurar que lo hice de manera "consciente o inconsciente".

Puedo creer quizá que, ellas, sabrán guardar distancia y/o mesura entorno a ello y han decidido "no hacer ruido", dejar que la vida se suceda o sencillamente dar "el siguiente paso", seguir el camino y no meterme en conflictos que me convertirían en un verdadero animal que sólo se deja llevar por el instinto.
Y, sobre todo este último, el instinto animal, ese que nos mueve en demasiadas ocasiones y que sólo trae reacciones arrebatadas, no suele sino sólo conflictuar más cualquier situación.

No quiero parecer misógino nunca, pues no lo soy. Amo la entereza, capacidad, fortaleza, mesura, integridad y belleza de la mujer y, como hombre que gusta de ellas, es lógico que también sienta atracción física y sexual por su género e, insisto, ha sido una verdadera lástima que, tanto el subconsciente como el propio consciente quizá, me haya hecho cometer estupideces enormes en ellas debido a que "no cuento con un manual" y nunca contaré con él... ésto, es sólo un decir.

He preferido callar ante tanto movimiento y revolución femenina que se gesta en estos días y, pareciera ser, que así (calladitos los hombres) "nos vemos más bonitos" pues, haciendo un auto análisis, deduje que yo también tengo "cola que me pisen" entorno a agresiones y malestares tanto físicos como psicológicos en al menos tres de las mujeres que por mi vida han pasado.

Pero tampoco es éste texto una especie de confesión... se ha vuelto más una confusión lo que predomina en mis días que cualquier otra causa o razón.
Ese constante analizar de mi entorno, lo que descubro con cada día en los demás (incluso en ellas mismas - las mujeres), lo que escucho en las noticias, las quejas, los "avances", las posturas, los recuerdos... todo se vuelve una vorágine de opiniones y/o teorías que sólo se obstruyen entre sí y terminan en una especie de desfiladero sin fondo.


Perdonen... quizá soy el más pendejo e ignorante en todo el tópico y respecto... lo cierto es que no existe (ni existirá) un manual para poder manejar con eficacia tanto el consciente como el subconsciente... y, seguramente, seguiré cometiendo más que una y diez pendejadas entorno a la mujer.

Ruego e imploro, sepan perdonarme por ello... mil veces más.

lunes, 2 de marzo de 2020

.

Después de encontrar un empleo de tiempo completo, me he encontrado también con algunas personas afines al altruismo. Ellas, al igual que yo en múltiples ocasiones, también gozan con la satisfacción que trae consigo el ayudar.

A pesar de todo esto (y de incluso decirles personalmente de mi postura) no he terminado por entender a aquellos que, siendo beneficiados por mí o por algún otro afín altruista, éstos optan por "no dejarse ayudar" y prefieren acudir a quienes sólo lucran con su servicio.
Ya me había dicho alguien que no somos "monedita de oro" y, es lamentable, que estén "ciegos" ante la ayuda.

De manera más lamentable aún esto es algo que no puedo dejar de hacer. Muchas veces he recurrido a mi bolsillo para aligerar el gasto a otros o de transferir mis conocimientos sin cobro alguno y, extremadamente más lamentable aún, es percatarme con el paso de los días que, aquellos a quienes ayudé, sencillamente presumían de que habían obtenido algo "a costa de un güey que aceptó recibir menos o nada por algún bien o servicio".

Actualmente, existen quizá una tercia de personas que no terminan por saldar su deuda conmigo... alguna deuda acordada en su momento y que concluyen en "sólo desaparecer", "darse a la fuga" o alejarse de mí... como si con eso se quitaran del compromiso o con el paso de los días todo se lo llevaría el olvido.
En todo caso, sí, parezco un perfecto pendejo ante ellos.

Quienes tienen un negocio propio y están cercanos a mí, muchas veces me han aconsejado que cambie mi postura que, de no hacerlo, sólo recibiré decepciones y malos ratos; que cobre a quien me debe y que no haga tratos superfluos sin tener alguna garantía por el movimiento, labor o servicio.
Quiero creer que su experiencia negativa ya ha sido más constante en ellos que en la mía propia y es por ello que me recomiendan tal actitud o postura.


Lo difícil radica en cambiar.
Y no sólo me refiero a mí (en el caso de ser más frío en los negocios o transacciones que realizo) sino también a aquellos quienes "prefieren" aprovechar alguna ocasión, momento o altruismo ofrecido por quien sea (o quien "se deje").

Es, pues, lamentable el que dichos cambios no puedan ocurrir con sólo decirlo.

sábado, 1 de febrero de 2020

.

Estos días han sido relevantes en cuanto al ámbito musical de mi pasado refiere.

Por ejemplo, el buen amigo Edxon Castro me envía algunos vídeos tomados desde un celular entre el público de aquella agrupación musical a la que él perteneció por muchos años y que yo conocí en 1990 en Cabo San Lucas (B.C.S. México).
Está por demás decir que una vorágine de hermosos recuerdos inundaron mi sentimiento casi al punto del derrame de alguna lágrima. Mi juventud era plena en ese entonces y "podría comerme al mundo" de haberlo deseado.

Y, siendo sincero, no he escuchado o visto todos esos archivos... bastó uno sólo para que todo eso acudiera a mi remembranza y sentir pues, lo consecuente de aquella estadía en Cabo San Lucas, sería también determinante para mi actualidad; con lo que, los nombres de algunos, son muy, muy relevantes.
Rápidamente recorrí veintinueve años en mi memoria y aún sigo en esto aunque ya han transcurrido algunos días de ese suceso.

Por otro lado, estuve viendo en YouTube algunos programas del comediante Franco Escamilla donde juega billar en su lar con algunas celebridades para otorgar un apoyo económico a alguna institución de beneficencia y donde estuvo "compitiendo" con Edgar Oceransky.
Ahí, los nombres de muchos más salieron a relucir entre anécdotas y experiencias personales del invitado, todo esto, apoyado por las preguntas que el anfitrión hace a quien "compite" contra él.

Los nombres de los lugares donde la música de trova era menester propio de un pasado saltaron hasta mis oídos trayendo consigo sonrisas fugaces, recuerdos imborrables y muy entrañables y alguna que otra sorpresa asomó quizá para mí desde dicho programa.

En mi remembrar, intenté deducir el por qué fue que no me dediqué "de lleno" a ese mundo bohemio y de canción si aún sigo inmerso en la música y, mis presentaciones, siguen siendo con una guitarra y mi aguardentosa y desgastada voz.
El "Sapo cancionero", "El Breve Espacio" (estos dos en la hermosa Ciudad de México) o las decenas de presentaciones en el "Rojo Café" en Guadalajara... ahí donde pululaban con su arte sonoro muchos de los tantos nombres que Edgar mencionó entre cuestionamientos y relatos y que yo tuve tan cerca sin poder concluir en ellos como uno más "del gremio".

Hace tiempo decidí escoger algún tema de este referido grupo de trovadores y hacer mi versión para mis contactos en Facebook que, por lo general, son muchos de estos mismos... y, si bien fui invitado hace un par de años para formar parte del grupo "Canción viva" (comandado por el finado Alberto Escobar y el compañero Gerardo Ochoa) observé en algunas de las reuniones el cómo sencillamente los jóvenes trovadores "nos iban desplazando" a los más veteranos.
Es obvio suponer que la generación de trovadores a la que "pertenezco" sirve de cierto apoyo a esos "nuevos " que incursionan pero, es lamentable y triste, que en muchas de sus juveniles reuniones no nos tomen en cuenta.

En fin... El punto es que, mientras Edgar Oceransky comentaba, yo me veía al lado de alguno de tantos aquellos a quienes mencionó y donde, en definitiva, hoy "me sostengo y permanezco en solitario" sin formar parte activa de ninguno de esos círculos donde los trovadores se desenvuelven y/o conviven.
Algunos de ellos me consultan; otros me invitan a sabiendas que tengo trabajo nocturno y no descanso los días que ellos sí... y a fin de cuentas no logro penetrar en sus perspectivas profesionales.

Yo quise, en su momento, ser tomado en cuenta más como músico que como compositor y quizá esa fue la razón por la cual fui "eliminado" de alguna posibilidad a futuro.
Algunos grupos versátiles se fijaron en mí; otros compañeros tecladistas me consideraban para hacer dupla bohemia en algún Piano-bar y mi "necesidad" de abarcar un poco más los ámbitos me han orillado, extrañamente, a seguir en solitario.


No sé, en resumen, a dónde más me acercaré musicalmente, quién me requerirá para su proyecto en alguna grabación o si seré de alguna vez por todas tomado en cuenta por aquella horda que convivió conmigo trovadoramente en el pasado pues, muchos de ellos, no han claudicado en su lucha por ocupar un lugar importante en el medio musical y, pareciera ser, que yo sólo los miro en su desarrollo.

Y no, no es una queja, reclamo o postura, es sólo una observación a todo este respecto.

sábado, 4 de enero de 2020

.

Extrañamente, este dos mil veinte susurra en mi mente decenas de recuerdos... desde los que datan de lustros atrás hasta algunos de menor antelación y, todo, sólo por revisar lo que había en mi bandeja de entrada en el e-mail.

Han estado presentes situaciones que, en aquel entonces, parecían de poca trascendencia y hoy día observo cómo lograron atravesar parte de la razón y situarse en un sitio importante en el haber de mi vida y de alguien más que compartió dicho momento.

Personas que solían acompañarme algún viernes, por ejemplo, y que ya no lo hacen más; compañeros de trabajo de los cuales "envidio" su quehacer haciendo una absurda comparación con el mío y que, a fin de cuentas, sólo ha sido por mera convicción de no trocar la actividad que poseo.

Supongo, que todos tenemos ese instante para recapacitar, para sopesar lo acontecido en el año que concluye y, la realidad, es que sólo eso ocurre gracias a un "medidor" social al que llamamos calendario donde las fechas se repiten y conllevan al consumismo cuando, el hoy, es el único importante al darnos la pauta para decidir lo siguiente por hacer.

Y no es mi caso. No soy de los que suelen hacer "planes" para los trescientos sesenta y cinco que vendrán o de los que echan en papel o a la basura los mismos trescientos y tantos que pasaron... sólo vivo y amo trabajar pues, desde ahí, sostengo que todo se logra: se hacen nuevos amigos, se cobra mejor experiencia, se pule lo que bien se sabe y se aprende enormemente con los que se acercan aún si siguen siendo los "habituales" o los que ya no lo hacen.

Y son pues los que ya no están tan presentes que nos enseñan mucho más... qué decir de los que han fallecido.


En un inicio, mi texto pretendía ser un rebuscar de frases que aportaran un poco al pensamiento de mis lectores y terminó convirtiéndose en sólo un simple monólogo con poca esencia... poca, para los que suelen saberme y conocerme y, un tanto más, para mis adentros que siguen repasando escenas, momentos, situaciones y conversaciones que aún existen dentro de mi bandeja de entrada en el correo electrónico.

Llegará el día en que muera y, entonces sí, saldrán a la luz decenas de cosas que serán inentendibles para todos quienes me conocen o creen conocerme y, asimismo, formaré parte también de su recuerdo y del recuerdo mismo.