sábado, 28 de noviembre de 2020

 .

No podría definir en dónde es que "cabe en mí" la estima y admiración.
Si bien son diferentes, el sentimiento que provocan es sumamente sensible y merece de mi cuidado y atención al estar al lado de quien realmente me lo merece.

Y es que son realmente pocos los compañeros de profesión que se lo han ganado por su sencillez, por su desinteresada amistad o porque sencillamente se muestran sin tapujos, abiertos y sinceros y no requieren de "avisar" que vienen a mi lar o que te desdeñarán una visita.

Uno de ellos al cual admiro enormemente, me provoca una sensación de amor indescriptible y me inunda una gana de estar a su lado en todo momento escuchándole, queriendo formar parte esencial en su vida o, al menos, que mi presencia no le resulte incómoda en ningún momento aún, que no forme parte de su charla o conversación si estamos con más elementos en alguna tertulia.
Hemos compartido momentos maravillosos musicalmente hablando y, obvio, desde ahí se desprende gran parte de mi admiración hacia él.

Sin embargo, es su persona y manera de pensar que me conmueve y colma de estima... y no por "siempre estar de acuerdo conmigo", sino porque se muestra como quien es y, si algo "no le parece", lo hace constar sin necesidad de ofender a nadie o a mí mismo. Se muestra humilde a sabiendas de que, como en todo, siempre habrá un "mejor partido" en todo sentido.
Supongo que debería aprenderle algunas de sus maneras.

Mas, en sí, el motivo de mi escrito es justo en el no poder expresar con grafías lo que siento pero sí reconocer que existen seres en este mundo que realmente admiro... y no se trata de algún famoso, sino de personas que, por lo general, pasan desapercibidas ante otros tantos mortales que ni siquiera entienden lo que es o lo que es vivir contando con este tipo de entes y su amistad.


A ti, pues, que te he dicho que te admiro y aprecio, perdona mi vana intención de desgranar su por qué... supongo que debo vivir aún más para vida de poder expresarlo aunque, sólo con estar cercano a ti, el corazón me da un vuelco, la reverencia asoma a cada momento y la humildad que supuestamente poseo se hace menos que un grano de arena estando tú cercano.

Gracias por hacerme saber que realmente existen personas aún así en este pedazo de mundo que ha sido increíblemente destruído por una pandemia que sigue dejando secuelas de pobreza y mortandad... pues, pareciera, que ni eso cambiará tu manera hermosa de ser; y, eso, es envidiable.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario