sábado, 19 de noviembre de 2016

.

Ojalá y pudieras verme hoy fuera del dédalo...
Entender lo mucho que existió entonces de ti en mí y cada tarde que, llorando, supliqué que se sensibilizara un poco tu corazón.
Sí, los tiempos eran otros entonces.

Habíamos cursado esa parte esencial de estudio y, por cierto, aún recuerdo (ya graduados) tu silueta frente al mar nayarita, con ese nublado que asemejaba en mucho mi sentir interno, grisáceo. Supongo que, para esos días aún lloraba tu negativa.

Los compañeros tenían la razón quizá cuando me comentaban textual que "te fueras a la chingada", que no valías la pena mis lágrimas y, acto seguido, me invitaron no una ni dos, sino las cervezas necesarias para llorarte con más sentimiento y terminar más que ahogado a altas horas de la noche sin más que los ojos hinchados y un buen grado de alcohol en la sangre.

Ojalá y pudieras verme hoy fuera del dédalo...
Seguramente recordaríamos un poco aquellos tiempos y volveríamos a "ponernos al día" en cuanto a tu acontecer pues, el mío, jamás imaginé relevante para ti... tu postura y arrogancia fue tal que casi puedo asegurar aún conservas.

Quizá fue por ello que me quedaba sin palabras ante ti siempre que tuve la ocasión de estarlo. Mi corazón en verdad era tuyo y te amé a más no poder que sencillamente no podía coordinar lo que decía con lo que sentía o deseaba hacer.
Mirarte para mí era más que quedar hipnotizado, perplejo, asombrado, y con un mar de impotencia en mi voz o mis manos.

Mi recuerdo más fresco es verme parado a la entrada de tu lar cargando esas rosas que solía darte cada 28 de julio, tarjetas y algunos otros detalles que jamás recibiste sólo para no molestarte más pues algunas ocasiones llegué a pensar que "era demasiado" e, instantes después, me arrepentía de esa sentencia y volvía "a las andadas". No recuerdo cuándo fue que dejé de hacerlo...


Las obras en las calles me orillan a pasar luego de mi trabajo a altas horas de la noche a sólo unos metros del hogar donde te conocí... y descubro que jamás pude olvidarte.
¡Qué ganas de que pudieras encontrarme hoy fuera del dédalo...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario