domingo, 17 de enero de 2016

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Hace unos años en algún momento llegué a pensar que no debería faltar en una reunión aquel ente plagado de efemérides y que pudiera fungir también cual almanaque para así poder tener una amena, constructiva y divertida tertulia... Ahora, por otro lado, Morfeo se ha encargado de que opine un tanto lo contrario o que sume a otro personaje más a mi futuro considerar.

Y es que ha sido en verdad interesante la manera como te has adentrado en mis sueños y has sido, a lo largo ya de algunos años, el mejor de los choferes para cada destino al que he viajado y, siempre, de manera terrestre donde, incluso y a manera de agradable compañía, tanto tu bella esposa como tus dos hijos han participado.

Así pues, hoy no pude concretar el viaje debido a que sencillamente debía despertar y, en verdad, deseaba el poder concluír aquel trayecto que se gestaba a alguno más de los tantos hermosos destinos con que cuenta nuestro país donde, por lo general, los caminos son sinuosos, largos, cansados e inciertos... no así con tu participación al volante.
En alguna de dichas ocasiones por ejemplo, Morfeo se encarga de que jamás lleguemos al destino, que el viaje se torne tan largo que podría seguir dormido todo el día y no veríamos de cualquier forma el fin del trayecto mas, nunca es desesperante, inquietante o preocupante el no llegar mientras tú estás al frente de las decisiones y del volante.

Los Cabos, Mazatlán, Puerto Vallarta, Can Cún, alguna otra vez rumbo a la frontera o hacia el centro del país, son sólo algunos de los puntos a los cuales, y gracias a Morfeo, es que tus comentarios y charla, tu sonrisa, tesón, afabilidad y buena disposición me han acompañado en mis horas desconectado del mundo y en reposo absoluto.
No tengo idea en verdad dónde es que te encuentras en esas ocasiones de madrugada pues, puedo asegurar, que eras tú quien estaba conmigo y participabas siempre de una forma objetiva, franca y decidida en cada ocasión que tomaste el volante para cada trayecto estando inmerso en mi sueño.


Hace unos años en algún momento llegué a pensar que no debería faltar en una reunión aquel ente plagado de efemérides y que pudiera fungir también cual almanaque para así poder tener una amena, constructiva y divertida tertulia... Hoy puedo asegurar que, al menos en mis sueños, nunca debes faltar en cada trayecto que se realice gracias a la bitácora de viaje de Morfeo.


A: Fernando Albo Licea (Gody).

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