miércoles, 19 de octubre de 2016

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Sí, mira bien. Estoy fuera del dédalo...
Aquí quedé luego de la batalla, de la gana por permanecer, por sentir, por querer ser deseado, por llamar tres veces a la puerta y no escuchar sino sólo ruido en el interior... por llamar a la puerta de tres maneras...

Sí, mira bien...
Aquí estoy con el semblante semi caído, con la barbilla entumecida de tanto restregarla en mi mano en pro de duda, de incertidumbre, de ausencia, de tanto día desterrado... de ser desterrado por tantos días...

Sí, mira más a fondo...
Cuán fácil es hundir a un hombre aún sin saberse nao, desbalancearlo aún sin estar de pie, llamarlo de mil formas o creyéndolo de otras que no es... de forzarlo a convertirse en lo que no es...

Mira, observa...
Agradeceré mucho tu silencio ante el resultado de tu atisbo, ante tu reflejo dañado en mí, ante esa gama de colores que no supe hacer brillar... ante cada color que me ha sido restregado en la faz...

Observa bien...
Que habrá quién te llame cual lo hice yo, quién te mire más lascivo de lo que yo, quién pretenda desbancar mi recuerdo sabiéndome fuera del dédalo... quién te ofrezca un nuevo laberinto...


Sí, mira bien, observa mejor...
Cuán fuera es que me ves del dédalo? Cuán lejos de tus brazos? ...de tus palabras y/o tu deseo?
...y no sabes cuán feliz en ocasiones he sido estando lo más fuera posible...

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