viernes, 16 de enero de 2015

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En esta ocasión cabe a la perfección el nombre de este espacio. Y es que, fuera del dédalo, es que poco a poco me entero de todo lo que ha acontecido en un pasado en algunos de los conocidos y contactos que ahora poseo en Facebook debido a mi tardía por decidir tener una cuenta personal en dicha red social.

Y no fue sino gracias a Genaro González y Amado Almaráz en que, en una charla de café, nos "pusimos al día" en determinados tópicos que conciernen a nuestro entorno tanto personal como musical.
Así, fue que me enteré de cierto seguimiento de vida del menor Dylan Díaz Ortíz. (hijo de Mauricio Díaz y María José Ortíz Mena)

Fue gratamente hermoso el dar seguimiento de su avance mundano, y desde 2010, gracias al "muro" de su madre. Las fotografías que ella publicó, casi siempre tomadas con una cámara profesional, dieron a dicho seguimiento un momento muy especial y cálido, haciendo por instantes que fuera partícipe de su alegría gracias tanto a los comentarios como a las simples imágenes.

Actividades, momentos estáticos, visitas, familiares otros, nuestro querido "hueso" como parte esencial del todo y por supuesto su madre quien, haciendo las famosas "selfis" incluyó maravillosamente al menor que aparecía con sus infinitas facetas inocentes y colmadas de brío temprano acordes a su edad.

Está por demás decir que, dando dicho seguimiento al "muro" de Marijose, uno termina infectado de tan bellos momentos impresos y de aquel trío que apareció frecuentemente en cada imagen... y es justo ahí que también termina por impactar fuertemente la noticia del deceso del menor en noviembre de 2013 pocos días después del cumpleaños del pequeño Dylan.

Leí entonces los comentarios de apoyo y de duelo que hicieron todos aquellos quienes se enteraron en su momento de la muerte del menor y, volví a sostener, que carecemos todos de esas palabras que puedan proporcionar un apoyo moral a quienes padecen la pérdida... incluso, sé de cierto, que este post no servirá de nada para nadie a este respacto y quedará sólo en grafías puestas muy por fuera del laberinto (pues ya he dicho que me entero tardíamente).


Mi comentario final obedece aquí a todos aquellos quienes llevan su "muro" cual bitácora de vida de su familia y nos plagan de notificaciones que sólo "competen a ellos" y a su felicidad haciéndonos (de manera a veces hermosa) tan partícipes que, sí, sí compartimos gran parte de dicha alegría o ese dolor que suma cada suceso o deceso pues, como humanos, una de las principales razones por las que estamos aquí es para dar y sentir amor... de ahí que no podemos mantenernos inmunes a todo cuanto acontece en nuestros cercanos (y aún los no tan cercanos).

Ruego y solicito aquí su comprensión y su perdón.

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