jueves, 21 de mayo de 2015

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Algunas ocasiones, estando fuera del dédalo, el "omitirse" o "esconderse" por algunos días es necesario. Esto, en alusión a la tardanza de mi escrito en este espacio.
Ahora la visita fue a la playa y, muy independiente de todo, la estancia con la familia fue excepcional.

Ahí, me reencontré con el ser humano, con el esposo, con el padre e incluso con el amante que llevo dentro y, aunque no resulta nunca del todo fácil, en esta ocasión lo único que me traje fue un grato ardor de espalda por el candente sol que predominó en el lugar.

Fue grato el saber que, en la urbe, "las cosas sucedían con normalidad", las necesidades se sucedieron y, mi presencia, nuevamente fue demandada.
Mas, fue sumanente grato (insisto) que me demandaba más el entorno que me rodeaba... y sí, fui feliz allá.

Ya con el regreso, algunas noticias dolorosas, dos fallecimientos y ciertas notas en la radio que me retornan a esta realidad que, en ocasiones, pesa.


Ojalá que no pese tanto a ti que me lees.
Me daré oportunidad de desgranar lo vivido allá para plasmar mi nuevo texto mas, no quería, hacerlo hasta entonces. Gracias por recibir mis llanas e insípidas letras esta vez.

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