lunes, 31 de octubre de 2011

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Ya es para todos entendido que, quienes me conocen, saben gran parte de lo que estoy padeciendo y sufriendo estando fuera del dédalo.

La mayoría de estas personas que conviven conmigo, cuestionan y desean saber un poco más del cómo es que mi situación avanza o retrocede... todos, menos la principal implicada y causante de que me encuentre fuera de dicho laberinto mucho más perdido que antes, mucho más confundido y extraviado entre sentimientos negativos que me hacen perder el juicio y la razón tanto poco a poco como de manera por demás intempestiva.

Puedo darme cuenta desde este ángulo de mucho del sufrimiento que llegué a provocar en otros que aún siguen estando inmersos en el suyo y quienes no han terminado por entender también que todo este menester obedece precisamente a encontrar esa comprensión de lo que es en sí el estar dentro.

Ha sido extremadamante doloroso para mí el percatarme del daño, del desconcierto, de la rabia, el celo y cierto odio y rencor que no deja de brotar desde alguna arista u otra de quien comparte mis días y que, desde mi perspectiva, duele mucho más al saber que no tienen la capacidad del perdón, del olvido y de dicha comprensión que debería ser parte esencial en todas las partes.

He descubierto el cómo, el llamado "poder de las letras", no "funciona" en todos por igual y seguimos cargando el peso de la desgana, de la desatención, del desagrado y de la intolerancia cuando es por demás obvio decir que, dicho poder, resulta de lo más necesario para la convivencia, para el desarrollo, para mitigar mucho del daño que recíprocamente parte de aquí a allá y para no terminar cometiendo erro tras erro.

Desde este ángulo, fuera del dédalo, nada es fácil, no se puede razonar de inmediato; han sido años enteros de haber estado inmerso y no "conocía" otra manera de vivir, no contaba con otro entorno más que aquel y, si bien supe con certeza quién me llevó a las afueras, hoy sencillamente pareciera que me quiere dejar aquí en el limbo, vacío, sin piso ni rumbo y peleando con fantasmas, con situaciones que quedan lejos de mi alcance porque pertenecen directamente al dédalo y, ahí, ya he perdido toda injerencia, soltura y poder para interactuar.

Miro desde aquí que aquellos quienes continúan transitando con "el único piso que tienen", suponen que es la totalidad en la vida, que no existen más posibilidades y, peor aún, las que conocen, las niegan a su derredor sin saber que perjudican a todo aquel que pasa a su lado y demanda un poco de esa provisión para continuar en la vida.

Observo también del cómo las promesas rompen su esquema y se tornan volátiles, cómo también las amistades que se decían férreas se alejan y te dejan en total soledad para que "resuelvas lo tuyo" a tu manera y sin que ellos infieran... pero no pueden ver que el apoyo moral no es sólo eso y que una simple compañía puede tanto como todo.
Bajo este tenor, ha sido tan triste y doloroso que sólo vean lo superfluo y no el trasfondo del todo.

Pero... para qué seguir con este bla bla bla...
Para qué si sólo tomarán desde aquí lo negativo, lo que será revertido hacia mí una vez más y, sostendrán así, que las letras "sí tienen poder"!

...el poder de destruír... no de crear o sanar.

Qué idiotas!

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