domingo, 2 de octubre de 2011

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En definitiva, quizá no debería hacerlo...
Me refiero, a este intentar relatar lo que en sí me aqueja estando ya fuera del Laberinto, fuera del dédalo y, así como reza su título: Sin dédalo.

Mi Laberinto fue, por muchos años, una mujer que sencillamente creció, maduró y cambió con todo el afán de poder obtener dicho cambio.
Sus razones, según supe, fueron varias que, anteriormente, no lograban darle identidad y cordura a su vida. Pudo obtener sus bases apoyada en viajes y en personas de su pasado.
En dichos cambios y búsqueda de razones es que me vi afectado.

Por otro lado, aquellos quienes se decían mis amigos, sencillamente desaparecieron; quienes formaron parte de mi pasado también y, ahora sin dédalo, me veo totalmente solo, sintiendo el peso de esos cambios en esta mujer que se volcaron contra mí y, la mayoría de su recelo, sed de venganza y rencor, fue sembrado por mí mismo.

Resulta fascinante el observar a cada mujer en la calle, en las tertulias, en mi lugar de trabajo, con toda la libertad de hacer y deshacer, con esa singularidad propia de la mujer, su capacidad de asombrar, su simple dote de femeneidad y sensualidad y otros tantos etcéteras y, a pesar de ser fascinante como dije en inicio, no pueden ninguna de ellas significar absolutamente nada para mí en estos días en que inicio, de nueva cuenta, un camino "en paralelo" a aquel Laberinto Cotidiano donde estuve inmerso por más de 7 años.

Ruego a ti, tengas la capacidad de entender este recorrido por un sendero que también resulta en mí un cambio, una manera diferente de ver la vida, una disculpa enorme a quien he destruído en aquel Dédalo trivial y que, casi aseguro, de nada servirá hoy el que pueda resarcir todo ese daño que pude sembrar en ella a lo largo de varios años en que nunca comprendí (sino hasta hoy) lo que querían decir realmente sus palabras y peticiones.
Todas ellas, hoy se vuelcan hacia mí como un espejo que demacra, satura, lastima, ciega, lacera e imprime un mal sabor de boca a la vida así como también logra sembrar desamor y otros rubros no acordes para vivir... y, lamento decirlo, mi sensibilidad también podría ser tocada por todo esto.

Me doy la bienvenida a mí mismo puesto que, sé, no existe un mar de personas que me sigan, que me busquen o que me lean (y hoy menos, gracias a que en la dirección no aparece mi nombre como lo fue en un principio).
Me doy también el más sincero de los pésames al saberme inmerso en otra etapa de vida dolorosa que, créanme, no deseo a nadie.

Será una lástima que este espacio también se pierda en el universo de la información y, perdonen que no suene muy humilde, pero considero que si todos tomaramos en cuenta lo que sucede a nuestro derredor y tomaramos consciencia de ello, haríamos de nuestra estancia social una hermosa atmósfera plagada de mayor tolerancia y amor.

Gracias a ti que posas tu atención y mirada en este nuevo espacio.
Lo que queda de mi amor estará contigo.

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