sábado, 29 de noviembre de 2014

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Aún faltan un par de días más para que este mes se consuma... Deberán ocurrir algún par más de decenas de ellos para estar en las fechas más extrañas en todo el año, en las que los sentimientos se atropellan y la familia tiende a llorar más que en otros días.

Algunas personas ya lloran desde hoy y muchos de nosotros sólo observamos el cómo es que lo hacen sin mover un dedo o exclamar algunas frases para mitigar un tanto ello o servir de consuelo.

Aún faltan por pulirse aquellos detalles que habían sido nuestro estandarte en un pasado, los "otros", los que nadie quiere, parece que predominan más que los que se quieren resarcir pues "funcionan" tal y como lo hacemos todos cuando "siempre que se recibe lo bueno, se torna una costumbre que pasa desapercibida y no es sino cuando se adolece de ello que nos percatamos que ya no está"... entonces lo negativo se torna más relevante.

Aún nos falta crecer en todo caso para volver a decirnos adultos pues, mal nos llamamos así en estos días; y no es que hablo sólo de nosotros, sino de todos los que creemos serlo.
Ya Lía nos ha regañado en diversas ocasiones haciéndonos notar el grado de estupidez con el que nos mostramos y convivimos el día a día los adultos.

Aún a ella le falta entender lo que es en sí los intereses personales, la conveniencia o la llamada "mentira piadosa" pues, como niña, sólo escucha a su primer instinto (al que todos deberíamos seguir) y, ese, es siempre el mejor, el que puede hacer renovar a la humanidad.
Le miro y no termina de impactarme e impresionarme con su naturalidad, su acento y su distinción al ser mujer comparada con mis otros hijos.


Aún nos falta y le falta al todo... mas, no sé si debemos esperar o ya de plano dejar que todo caiga por su propio peso y dejar de forzar a una estabilidad aparente...
Sí, dije 'todo' y 'todos'.

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