sábado, 22 de junio de 2013

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A lo largo de mi historia la mujer me ha impresionado sencillamente por el hecho de ser mujer. La maravillosa virtud que posee de poder parir, de otorgar vida, de ser un enorme sostén para la familia y ser el pilar principal del hombre o el de salir adelante en la vida a pesar de tener más que el mundo en "su contra".

Es menester pues el decir que muchas otras me han impactado por ser lo que son y por añadir ese toque que, en definitiva, atrajo mi atención en algún momento al ellas cruzarse en mi camino.
Rescato aquí aquella quien decidió dejar su relación marital y buscar así un mejor devenir para sus días, aquella quien trabaja actualmente entre hombres quienes sólo descansan en ella sus miradas con fines lascivos o aquella otra quien, incansable, busca el preservar del arte y la cultura popular aferrada en lo nuestro, en lo nacional, en la creación y trabajo de autor.

Aquella quien utilizó su cuerpo sólo para atacar al sexo opuesto sin percatarse de que el daño era más para ella que para el resto, aquella quien dejó este país a muy temprana edad por no estar de acuerdo con la manera que tiene de manejar la cultura y la educación (entre otras barbaridades) o aquella quien tomó la decisión de no concebir un hijo en su vientre porque sencillamente sabía que no amaría a ese producto.
Ojo aquí, no premio esta decisión, sólo digo que me ha impactado y ha llamado poderosamente mi atención.

Aquella que ha asesinado a sus hijos para no verlos sufrir, aquella que ha dejado a los suyos para huír con su pareja, aquella que buscó al máximo el dejar en la ruina a su marido sólo con el fin de poseer dinero y a costa de su propia estabilidad al saberse más débil e inexperta y perder un juicio y otro... juicios.

Aquella quien dejó de contactarme por no tener problema con su pareja, aquella otra que ya no encontró nada atractivo en mi manera de pensar y que optó por callar... aquellas contadas que me saben y conocen hasta el fondo del alma y que no han utilizado eso para atacarme o denigrarme como persona... en verdad que no dejan de impresionarme al redescubrirlas así como mujer que son (en el enorme entender y significado de la palabra).



No sé cuántas más descubriré, cuántas más atravesarán mi mirada y cruzarán por mi andar... lo cierto es que, día a día, no dejo de impresionarme gracias a esa estupenda manera que poseen de ser, a ese nunca desdeñable amor que despiden con su sola presencia y a otras maravillas que pueden ser rescatadas con sólo atisbar en sus manos, en su mirada, en su aspecto o en su palabra.

A todas ustedes quienes han cruzado por mi vida: ¡mil gracias! Gracias por haber permitido que este ser haya entrado un poco al menos en su haber y conocerles lo suficiente como para no olvidarlas.

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