lunes, 27 de mayo de 2013

.

Hacer el amor...
Permitir que sea sólo el entorno de ese minúsculo lugar el que nos posea y nos mire fundirnos en uno solo con la ferviente certeza que existirá la energía suficiente que navegue en derredor nuestro y se convierta en llamarada que ilumine cuanto rincón posea dicho espacio.

Hacer el amor...
Tener la pausa requerida en el dédalo para disfrutar de cada miel que me ofrece tu cuerpo, redescubrir el aroma de tu boca, el satín de tu silueta a media luz; adivinar tu contorno, tu intención, tu sendero a seguir en cada recoveco de mi piel y yo en la tuya... Iniciar en el fin del día.

Hacer el amor...
Saberme atado a tu piel, a tus caricias, a tus manos y pies y sentir desde ti el calor amoroso que desgarra cada fibra de mi alma sin siquiera tú mediar palabra.
Dejar que sea nuestra respiración el dialecto y la imaginación el camino a seguir en esa pausa... Sabernos parte del cosmos y agradecer al momento el dote de placer con el cual se puede redimir el más brusco de los seres, el más atónito de los sueños o el más odiado de los sentimientos.

Hacer el amor...
Dejar que el tiempo se convierta en olvido, que todo siga moviéndose en el exterior mientras nosotros detenemos nuestro presente; hacer mofa a Morfeo, apoyarnos de la leal Selene e incluso poder esperar la luz del día siguiente sin importar la hinchazón de ojos o el cansancio físico luego de tan ardua labor en las sábanas.

Hacer el amor...
Jugar a redescubrirte, reinventarnos, volver a sabernos vivos, deletrear tu nombre y formar acrósticos con él mientras posas tu boca en mis pies o yo en los tuyos.
Hacer una pausa más... descansar sobre tus piernas o sobre el pecho, tu espalda... besar cada centímetro de tu piel y no compartir nada con el exterior... Sabernos dadores, creadores de vida.

Hacer el amor...
Otorgarme vida y amor con sólo un roce tuyo o tu sonrisa, confiar en el futuro, olvidar el pasado, sentir y sólo sentir... Saberte egoísta de mí.
Poder optar jugar desde cada punta tuya; llenarme la boca con tus fluídos, tu garganta o tus prendas... Urgar entre fetiches, cogerlos desde ti... cogernos mutuamente.



Hacer el amor...
Regalo de la creación y, tú conmigo, aún en silencio, paraíso terrenal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario