sábado, 11 de mayo de 2013

.

No he comprendido del todo el por qué no has aparecido aún en mis sueños... y no he comprendido tampoco el por qué deberías estar en ellos.
No ha sido sencillo el adentrarme noche a noche al mundo de Morfeo estando tú lejos y, probablemente, sea por la vastedad de compromisos que se gestan aquí, cada ir y venir, cada fecha que se acerca o cada hora que nos acerca más al día de.

Muchas cuestiones no me quedan claras del todo. Peleo constantemente con el desarrollo del día y temo un tanto más el arribo de cada noche cuando la soledad es la que predomina en el entorno.
Cada cual y cada quien con su ir y venir, con su actividad, su sentir y su rutina que no termina por cotejar con la mía.

Ya alguna de esas veces deseé enormemente el romper la tensión con "nuestra fórmula" y, el recuerdo de los últimos recurrir a ella, me vuelve a orillar a no hacerlo, a quedarme recapitulando cierto egoísmo mostrado desde tu trinchera y preferir de esta soledad de la que, en el párrafo anterior, mostré cual queja.
Cada recurrir de las imágenes moldea serenamente mi semblante, asoma eventualmente alguna lágrima y termino por resumir en retornar al punto de partida, a mi inicio.


Y, al no comprender del todo el por qué no has aparecido en mis sueños, resuelvo una vez más que no deberías estar en ellos necesariamente... que mientras tengas un dédalo qué recorrer te mantendrás ocupada aún por encima de mi sentir, de mi decisión, opinión o postura; que mientras tengas un viro por optar lo mantendrás con la expectativa justa según tu apreciación sin importar la mía y, aunque todo esto es válido y cuando justamente requieras de este ente sin dédalo, hasta entonces querrás otra vez que te acompañe ciegamente aparentando o dibujando en ello maestría, parte esencial de tu venganza extendida o haciendo creer al mundo que es un acto de buena fe, de nobleza o de hacerme partícipe...

Mientras tanto, mi semblante seguirá sereno, mi desgana cumplirá su parte y la soledad cobrará la suya desde cualquiera de sus ángulos abrazando al mundo... a mi mundo y, probablemente, al tuyo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario