lunes, 26 de diciembre de 2011

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Cada vez más fuera del dédalo fue que escuché mi canción "La moneda".
Esta, para quien no le conoce, habla de esa esperanza que todos tenemos alguna vez en nuestra vida (a pesar de entrelazar cuestiones supersticiosas y de otra índole conforme transcurren nuestros días).

Dónde fué que quedó dicha esperanza? Es acaso que la he perdido? ...o quizá alguien más se ha encargado de echarla a la mierda por mí?

Cada quien tiene su versión de "cómo le fue en el baile" y, en base a esto, las versiones podrán ser diferidas e incluso distorsionadas desde cada una de dichas partes... eso, sin contar el que pudieran caer en suma contradicción.
Entonces, todo queda sin sustento; todo queda al sólo escucharlo sin poder ser revisado, analizado o valorado.

Y esta canción ("La moneda") no ha sido la única que llegó a mis oídos...
"La última respuesta" estuvo también acechando mi cordura al, hace un poco más de un mes, haber preguntado yo mismo al destino cuál era dicha respuesta y, aunque ciertamente la escuché y la contemplé para mí, por una simple razón no se gestó ni formó parte esencial en mi haber.

No me enorgullece en lo más mínimo el decirlo en esta ocasión por escrito en este espacio donde, sin dédalo, sigo preguntándome qué ha sido con aquella esperanza tan clara y firme que tenía, que me orilló a decir fraes hermosas, que me hizo sentir el hombre más seguro (al menos por un breve lapso) y que termina hoy por carecer de sustento y fuerza.

No quiero sostener aquella última sentencia cuando escribí lineas arriba que "quizá alguien más se ha encargado de echarla a la mierda por mí..." pues volvemos a aquella misma postura donde tanto una parte como otra dirá el "cómo le fue en el baile" y, entonces, el círculo vicioso convertirá todo este menester en sólo una idea vacua sin sustento, sin rumbo e inservible.

...y sí, ya me he recordado que me has dicho que no sea tan duro en mis juicios hacia mi persona, que no me culpe tanto y que no culpe a nadie más; que los errores se han dado, los problemas se han vuelto mayúsculos y que sólo es cuestión de trabajar en ello... punto por punto.


...y ¿cómo trabajar en ello si no encuentro a la susodicha esperanza?

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