lunes, 28 de noviembre de 2011

.

El estar paralelo al dédalo me sigue entregando imágenes que jamás pude apreciar estando inmerso en él; me ha podido ofrecer el mirar la vida desde otra perspectiva que bien puede ir de lo trivial a lo inusual aunque, desafortunadamente y para mí, todo ello cargado de gran dolor.

Puedo decir que no sólo a mí afecta esto, sino a muchos otros que están cercanos a este entorno y, aunque cada quien continúa inmerso en su respectivo laberinto, eso no es obstáculo para que cada decisión tomada desde aquí influya en ellos.
Sin embargo y a pesar de que hablo de "cada decisión", no existe en realidad "decisión" alguna en este estar en paralelo... esto es sumamente difícil de asimilar y de expresar a detalle.

No tengo en estos instantes cierto "poder" que solí poseer mientras estuve inmerso, no existe frase contundente, actitud relevante, y todo tiende a mostrarse de una forma efímera tal que poco trasciende en el actuar o en el llevar a cabo...
Supongo que pueden entender que, en base a esto, no hay mucho qué ofrecer o qué recoger en el día a día.

De manera lamentable, existen otras vertientes que siguen sumando más y más a las ya antes añadidas con antelación y que obligan a este humilde escriba a permanecer mucho más tiempo en silencio que antes, ello, debido a que el asimilar cada una de dichas vertientes, llevan su respectivo tiempo de enlace con algunas otras que ya estaban erradicadas o bien establecidas desde hacía tiempo.
Resulta aquí por demás decir que existe también una lucha constante entre aquellas primeras y las que se suman... Todo se torna un verdadero caos.

Ha sido difícil incluso el poder opinar con respecto a algo y, si alguna persona me pide que le escuche, parece ser que es lo único que puedo, de momento, ofrecer pues, lo que compete a esto que vivo, me demanda mucho de mi razón, de mi proceder, de mi asimilar y de mi energía misma con cada día y situación.
Mi empleo se ha convertido en una hermosa tregua que, si bien me recuerda que debo encauzar mi atención entera en lo mío, me orilla a reconocerme vivo y con oportunidad en los demás.

Gracias a ustedes que se han mantenido en contacto mientras todo esto fenece, se acomoda o termina por asimilarse y sumarse a la experiencia.
No quiero parecer un mártir y, si bien he llorado bastante, no he dejado de apreciar el color, el amor, la atención y otras virtudes y detalles que se muestran desde el exterior hacia mí proveniente desde ustedes... (ustedes: llámense amigos, familiares, conocidos, vecinos y público mismo).

Sé que viene algo peor... probablemente no, pero algo muy en el fondo me lo vaticina.
Sé, que no provendrá directamente de mí, sino de quien acompaña mis días pues, una profunda frustración e infelicidad, le sigue anegando su entender, su razón y gran parte de su actuar se observa reservada, plagada de desgana y silencio.

Habrá que seguir esperando y luchando.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario