miércoles, 23 de noviembre de 2011

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De manera lamentable, estando aquí paralelo al dédalo, no puedo contar con un espejo que me pueda brindar ese reflejo de tanta estupidez que he cometido gracias al celo, a la rabia, a la impotencia y a la frustración que he cargado conmigo desde que me encuentro aquí.

No sé si realmente sirva de algo dicho espejo... supongo que al menos tendría una imagen de lo crudo que esto ha sido y todo el devenir que pudiera esperar debido a tanto hacho o a lo no hecho... no sé en verdad.

Una de las últimas imágenes que traigo conmigo no quiero ni siquiera describir... ellas, me llenan de suma tristeza y de profunda soledad como jamás las he vivido y que, aprovechando este comentario, los demás han terminado por creer que ya "todo está bien, que todo está mejor" cuando, aún en sueños, cada una de dichas imágenes se agolpan y atropellan lo que queda de mi amor.

El peso que han cobrado incluso las melodías que acompañan este andar paralelo al laberinto son por demás dolorosas, inciertas, crudos recordatorios de lo que fue y de lo que no fue en su momento y todo orilla a terminar el día llorando, suplicando, pidiendo un poco de calidez y afecto al menos desde el viento, el cual, pareciera ser que ha sido el único que ha podido cantar conmigo sin reproche alguno...

No quisiera, en verdad, colmar todo este espacio en sólo calamidades, malos momentos o tristezas que, con el simple hecho de leerlas, se podrían sentir en los huesos o en la piel... en verdad que no lo deseo y, pareciera ser, que en definitiva esto no dibuja nada mejor que como fue pactado en un inicio.

Sepan ustedes perdonar el contenido ingrato...

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