domingo, 21 de abril de 2013

.

No sé en verdad cómo describirlo y a la vez que no parezca que estoy "en deuda" contigo debido a lo que brindas a mi vida en estos días de reflexión y semi observación fuera del dédalo.

No sé en verdad cómo es que ausentas de mi mente tanta idea absurda que sólo trae a mí tristeza o la gana de mantenerme alejado de todo; cómo me haces recapacitar u olvidar según sea el caso o cómo logras que no desentienda las virtudes del amor o que deje de envidiar cada paso o cita de ella.

No sé en verdad cómo es que te acompañas tan maravillosamente del viento para mitigar el calor en mí, para hacer que el andar juntos sea agradable y corroborar que una simple caminata podría tener menos sentido que el que tengo con cada recorrido estando contigo.

No sé en verdad cómo es que, aún sin palabras, puedo sentir que, al menos intentas, comulgar conmigo, dejarme una grata sensación después de separarme de ti y "quedar comprometidos" en cierta forma a la cita de la tarde siguiente donde volveremos a encontrarnos con un nuevo ocaso, con quizá el mismo recorrido, las mismas calles, pero con esa ecuanimidad, calma y nuevo semblante.

No sé en verdad cómo haces para que mi cansancio sea tan satisfactorio, cómo demandas mi sudor y me dejas jadeante mientras sostienes mi cuerpo entero sin chistar, sin que muestres una sonrisa al final del recorrido, sin llamarme por teléfono a ninguna hora o entendiendo que tu roce nunca podría ser agradable a mi piel...


Lo que sí sé es que mañana querré volver a montarme en ti, ansiaré que el sol vuelva a cegarme en nuestro recorrido, agradeceré desde ti mi sudor y mi sed posterior a nuestra cita y sabré con certeza que caeré en cama agotado, sonriente y satisfecho gracias a ti... aunque no me guste tu roce, aunque no refieras palabra alguna, no poseas sonrisa o no llames a altas horas de la madrugada para invitarme a salir.

Gracias por estar conmigo en estos días en que tanto necesito de "alguien".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario