sábado, 8 de diciembre de 2012

.

Leía hace algunos días el pensamiento escrito de mi entrañable amigo Armando Vega y, en ocasiones, coincido con él al creernos "hechos de un material diferente" y desear escapar de cierto mundo extraño en el que nos miramos inmersos; sin embargo, no quiero parecer idealista en extremo o considerarme en totalidad un ser tan especial "que el mundo no me merece".

Ciertamente él hablaba en su texto del cómo es, del cómo se siente y piensa ante tal o cual situación o del "qué está hecho" y cómo es que puede comportarse... Yo no llego a tanto.
Quiero creer que resulto ser "más sencillo", quizá más conformista debido a mis necesidades y, muy a pesar de todo esto, no llego a la vez a ningún extremo cuando algo en verdad no me convence del todo.

Así, con esto, he desdeñado un par de trabajos donde, los protagonistas y dueños, han sido más que estúpidos a mi parecer y han optado por ser más "del montón" que especiales y extraordinarios.
Qué lamentable es entonces el mundo consumista en el que vivimos y termina por hacernos consumistas también a nosotros que nos "salimos" un tanto de ese esquema.

Los textos de Vega no son para leerse de una vez. Tendría que analizar bajo lupa cada apreciación, cada ponencia y analizar si realmente me siento parte de ese "grupo especial y único" al que él pertenece (y perdón por ponerlo entrecomillado... pues sinceramente creo que él es más que especial y jamás podré compararme).

El caso vino a mi mente luego de observar cómo, a las seis de la tarde en un sábado, la colonia donde viví siendo niño, termina convertida en un triste muladar, en cerros de basura debido a cierto tianguis que ahí se postra semana a semana para beneficio de algunos y molestia de otros.

No quiero terminar diciendo que "por fortuna" yo estoy lejos o que no terminará por afectarme pues ya de hecho me afecta al alimentar mis gratos recuerdos de escombros al caer la tarde... la tarde otoñal y preciosa que hoy se mostró en el cielo sobre aquella colonia donde habité siendo niño.

Qué más recuerdos gratos acabarán en mi memoria siendo muladares? Qué pensarán todos aquellos que contribuyeron este día a dejar su "marca de puerco" en las aceras y calles de esa colonia humilde y que, de manera más que lamentable, ha tendido a convertirse en un nido de vándalos y de gente con poco escrúpulo ante el cuidado del medio ambiente...?


Bien decías mi buen amigo:
sic
"...y me refiero a los enojos por mi mal llamada civilización, que se muestra menos que eso cada día y menos con la gente que me rodea, que parece mas bajada de un árbol que de otra cosa se trate..."

Y es que, al menos, en esto coincido contigo en totalidad... y no porque me crea "de otro costal o hecho a mano" sino por esas muestras de ineptitud y poca educación.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario