miércoles, 3 de octubre de 2012

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No, no me he "desconectado" de lo que alguna vez fue mi laberinto.

Si bien he dicho en casi todas las ocasiones que estoy paralelo o fuera de él, sigo observando muy de cerca todo lo concerniente a ese pasado pero ahora con miras más a este presente que se mueve, que se gesta de manera diferente con cada día.

Aquellos días fueron unos... y definitivamente estos son otros.
El clima sigue cambiante; las mismas canciones que había interpretado con anterioridad hoy se escuchan diferentes, tienen su esencia y, los nuevos escritos que tengo el honor de recibir (que, por cierto siguen siendo escasos) cobran su vida ante mis ojos de una manera singular, propia de este tiempo.

No, no me he "desconectado" de lo que alguna vez fue mi dédalo.

Si tú formaste parte de él, tenlo por seguro que sigo ahí, contigo, recordándote eventualmente, con todo y mis altibajos, con este o aquel menester actual... visto quizá desde otro ángulo, pero con el peso que tuvo en su momento, importancia o relevancia.

Es cierto que se requiere de dichos cambios y que todo debe adecuarse a lo actual y, es justo ahí, el que las cosas se reacomodan, que no pierden su esencia o validez y que me siguen sorprendiendo cuando acuden a mis sueños, a mis recuerdos o a alguna de mis conversaciones.

No, no me he "desconectado" de lo que alguna vez fue mi laberinto... es sólo que intento adecuarme a esta perspectiva donde, a pesar de estar tú, no estás... o a ese entender que, a pesar de que no estés, estás.
Todo, visto, desde fuera de él, desde el lado que más respeto, desde el ángulo donde puedo coger fuerza de aquí y allá y no volver a desvanecer o a recaer.

...sí, aunque creas, entiendas o mires que "estoy desconectado".

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