viernes, 17 de octubre de 2014

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Podrá existir algún lugar donde puedas consultar mi manera de pensar.
Ahí seguirás constatando todo cuanto ha ocurrido por mi pensamiento y que quizá hayas también experimentado a mi lado.

Habrá otro espacio donde podrás escucharme.
Ahí seguirás sabiendo cuánto fue que te amé, cuánto fue que bifurqué mi atención o cuánto más de aquellos pensamientos otros que estuvieron inquietandome por semanas, meses o aún.

Podrá existir aquel sitio donde tendrás mi imagen retratada.
Será propiamente en el exterior pues, aquello de verme plasmado entre sábanas, resulta a veces por demás patético... y, quizá, podrá también ser en una tarde lluviosa o en alguna simple sombra.

Habrá quien pueda intentar imitarme.
Mas, sé, que mi guitarra jamás sonará igual en ningunas otras manos (así como también sentirás que nadie podrá tocar tu piel igual... aunque suene cursi o trillado... Habrá un momento para todo ello y una ocasión donde podrás vivirlo).

Habrá ciertamente donde sencillamente no exista para ti.
Ahí será justo donde podrás volver a ser tú y, a pesar de ello, querrás compartirlo (sin éxito) al menos en palabras o en descripción... pues así como alguna vez envidié todo cuanto tus ojos observaban o tus pies recorrían, siempre, por desventura o inexplicablemente, llega el momento en que todo se troca vacío.


Podrá existir el recuerdo, el momento, el espacio o el sonido...
Lo cierto es que sabrás en consecuencia cuán únicos somos, cuán irrepetibles, cuán diferentes... y será hasta entonces en que puedas amar a alguien más aún por encima del recuerdo, del espacio, el sonido o el momento mismo.

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