sábado, 4 de octubre de 2014

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Fuera del dédalo, un reducido grupo personas se dió cita aquella noche paqra escuchar lo que habría acontecido luego de siete años de no hacerlo, de no sacar lo íntimo, de no mostrar la sinceridad sobre el escenario.

No sé cuánto fue que ellos dieron cuenta el cuán fuera me encuentro del laberinto... lo que sí es que resulta muy agradable el que entonen contigo una y otra de veintidós melodías que se interpretaron esa noche o que me hayan solicitado una, dos o cinco temas que no "tenía contemplado hacer".

A todos ellos, a cada uno de ellos, gracias por continuar deseosos de que muestre esa parte de mí que, luego de siete años, ya no conocen; siete años en que quizá les hubiera acompañado con cierta naturalidad dentro y fuera del escenario o donde el tiempo hubiera sido nuestro cómplice y la charla de café entre canciones haya sido la más anhelada de la semana.
No lo sabremos nunca.

Quedaremos así, dispersos, y volveremos a cotejar impresiones conforme transcurra más el tiempo y las canciones reúnan la relevancia o fuerza necesaria para poder surgir desde mí y sea mostrada hacia ustedes... todo con la mera intención de convivir, de sentirnos más que amigos y que no exista ese "cerco virtual" del artista-espectador.

Gracias a cada uno de ustedes.
Todo eso se siente, se lleva consigo y funge como gran alimento al ego, al cariño y al no sentirme más inútil de lo que ya me orilla el dédalo a sentir.


Gracias a Alfredo Saras Rangel por poseer aún ese amado foro.

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