sábado, 14 de septiembre de 2013

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Hacía en verdad mucho tiempo en que no había reparado mi estatus... y no me refiero al estar fuera del dédalo, sino aquel que me determina el ser músico, el estar por ende inmerso en las notas y los pentagramas o en el rubro íntegro de la composición.

Había comentado algo a este respecto con Amado, un viejo conocido que hoy día sigue "peleando" (casi al igual que yo) con esa determinación a decir "NO" estando sumergidos entre tantas personas que acuden a escuchar música en vivo y no aceptar una propuesta.

Él y yo, en cierta conversación, acordamos que teníamos casi los mismos ideales respecto a seguir vigentes dentro de la trova, la composición o la música de propuesta... y dichos intereses eran sencillamente el echar a un lado todo cuanto creíamos podíamos ofrecer al público y, lamentablemente, nos tocó vivir en Guadalajara (México) donde las personas simplemente les vale siete chingadas lo que el músico ofrece en el escenario y sólo quieren escuchar lo que ya es conocido, popular o comercial.

Es por ello que, al recibir esa llamada donde me hacían saber que debería seguir trabajando en lo que soy, en volver a sumergirme en los pentagramas e intentar incursionar en determinado género musico-teatral que sospecho tiene mucha menos cautividad en la urbe, más vuelvo a reafirmar que no lo deseo, que quizá no me siento ya con la capacidad para trabajar removiendo la sesera y sostener aquel "NO" de hace años que coloqué en mi frente cuando empleos así me ofrecen.

Perdona si no te lo hago saber frente a frente... Quizá lo haga uno de estos días y, aunque vuelvas a subrayarme quién soy, qué soy y qué debería estar haciendo artísticamente en estos días, más que mi determinación aquella del "NO" es justo mi familia y mis atenciones a ella la que me atan amorosa y responsablemente a mi postura.


No ruego tu entender pues, supongo, no lo entenderás mientras tengas ambiciones artísticas... y, en lo personal, mi gente, mi mexicana gente, se ha encargado ya de apagar y semi-extinguir al "artista" que, sostienes, llevo dentro.

Esta valoración o apreciación tuya, en verdad la agradezco y estimo... pero creo que ya es cosa de un pasado y será difícil (muy difícil) el que la reafirme con lo que antes hacía y que hoy me otorga cierto mote del que a veces bromeo:  el maestro.

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