viernes, 1 de marzo de 2013

.

Me había quedado sin empleo aún estando inmerso en el dédalo y esta vez, fuera de él, he vuelto a padecer de ello. Sin embargo, pareciera que de alguna forma resulta "necesario" el que siga así en estos días.

Cualquiera podría creer que me he convertido en un verdadero atenido a la situación y que puedo así abusar de quienes pueden "rescatar" mi economía familiar.

Mas he podido hacer algún par de viajes cortos a ciertos pueblos que fueron derredor en los inicios de vida de mi compañera de vida y no he observado ahí sino sólo una forma muy diferente de vivir de quienes habitan ahí.

Es entonces que recapacito en mi espacio, en mis costumbres, en mi modus vivendi y en lo que representa para toda mi familia el estar aquí en la ciudad con su ritmo, su mar de ocupaciones, los tantos compromisos, el río de vehículos con los que hay que lidiar y el inicio o final de cada día con "algo por hacer".

Allá, en aquellos pueblos, pareciera que los días no corren, que el sol sale sólo por costumbre, que sencillamente pareciera que no hay más por hacer que el estar despierto y esperar a que las horas transcurran, visitar la plaza principal y comer...
No he terminado de entender cómo es que todos traen dinero en sus bolsillos con ese ritmo de vida.

Y, de cualquier forma, adoro estar en este enorme pueblo que termina siendo esta metrópoli aunque las oportunidades escaseen, aunque sea poco el dinero que recolecte en estos días y aunque el destino o la situación me demande cada vez más el huír de aquí...


No sabré seguramente de mi mañana si sigo aquí... así como hoy pero, al menos, eso es lo que me mantiene a la expectativa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario