viernes, 31 de agosto de 2012

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Supongo que, al estar fuera del dédalo, también mis sueños tienden a mostrarse de una manera diferente en el psique y, probablemente, la prueba esté en que ya no estás tú en la manera que solías.

Ya no están aquellos otros en que lo fantástico se apoderaba de mí y podía contar con esas virtudes sensoriales o físicas no propias de este mundo y superiores a cualquier ente terrenal que, muchas de las veces, sirvieron de sonrisa al despertar o de preocupación y un tanto de tristeza al percatarme que ya no poseía dichas características al abrir mis ojos.

Morfeo, pues, ya es diferente conmigo. Juega conmigo y en su mundo con papeles de mayor relevancia en la vida, con detalles sensibles que me hacen recapacitar y otros tantos donde es inevitable el despertar llorando... y, no por eso, desearía no tener esa visita del dios del sueño y sus sorpresivas expresiones.

Morfeo vuelve a mí cual si se hubiera extraviado por algunos días y, sentado frente mío un tanto desafiante o al lado cual viejo amigo que recapacita, me relata detalle a detalle su travesía mientras que le observo silente, con la impresión que deja el momento y sin indagar demasiado pues, pareciera, que no le agrada mucho que le interrumpan pues cambiaría drásticamente el tema.

Para él resulta fácil el hablarme de cocina, de vacaciones, de cierta diversión que para él ha sido de lo más recordable y amena y puede fácilmente envolverme, llevarme hasta donde él sólo quiere, dejarme ahí y no regresar... mas, cuando me hablaba de ti, lo hacía con más dedicación y profundidad, con más detalle a recordar, con toda la intención de que fueras más que perenne tanto en su mundo como en el mío luego de despertar.

Para él resultó sencillo también quizá el relatarme de ti en aquellas otras de sus visitas todo lo que melló de ti en mí en su momento, me hizo recapacitar cuando más "peleados estuvimos" y me gritó en varias ocasiones el que valía la pena hacer todo o pelear el todo por ti... Descubrió conmigo tu desnudez y me hizo partícipe de tu sexo, tus lágrimas y de lo más profundo que anidara contigo.
Supongo que dicha información la tomó desde ti y luego me la hizo saber a su manera (jugando al "teléfono descompuesto") hasta que "dejó de hacerlo"...

Probablemente tú le comentaste o le pediste a Morfeo que dejara de hacerlo dejándome con más incertidumbres que antes y con la gana de saber si en realidad eras así o sólo era parte del mundo que sólo él podía y pudo crear en mí con el paso de los años... años atrás que extraño y que, en verdad deseo, volver a hacer renacer en ese mundo donde sólo este dios milita y "hace de las suyas" a pesar del todo, aunque no estés conmigo o aún te tenga al lado.

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