miércoles, 13 de junio de 2012

.

No creo que deba conservar esa melodía conmigo para vida de recordarte...
No necesito del apoyo incondicional de la música para saberte en mi amor, en mi recuerdo o en algún centímetro de mi piel donde tu boca ha hecho más las veces de llaga amorosa que nadie más en lo profundo de mi corazón.

No creo que deba seguir diciendo a los cuatro vientos quién eres...
Ellos ya te conocen. Te han escuchado llorar, sollozar, conversar e incluso, sé, le has pedido a alguno de ellos que lleven consigo cierto mensaje que debe brincar fronteras y otros más que te encantaría jamás callaran en ese vaivén del norte al sur y/o viceversa.

No creo que deba abrir mis ojos para vida de verte...
No los necesito, incluso, si los tuyos tampoco se abren para vida de mirarme.  Ese siempre ha sido mi deseo y puedo sostener lo que digo pues, así, sin abrirlos, sé con certeza dónde se encuentra esa curva en tu rostro, en tu cadera, en tus piernas y en tus pies.

No creo que deba poner a prueba nada para vida de reafirmar...
Cada decisión resulta ser de lo más personal y, si la tuya no es el reafirmarte en mí, yo me sé decidido, me he visto de rodillas tanto en sueños como mientras tú duermes y, si prefieres verme así que imaginarme, sólo es cuestión que lo pidas.

No creo que deba creer lo que "debiera" para vida de seguir...
Ni considero que ese sería el mejor de los momentos para volver a fundirnos; que, si bien no apeteces del juego ese del ir y venir, del romper y rasgar para luego surcir y rearmar, quiero creer que es porque prefieres sólo demostrar amor.


El mismo que se derrama en mí y para ti con sólo posar tu mirada en mis ojos...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario