lunes, 25 de junio de 2012

.

Vuelve a mirar el calendario...
Son sólo números que se repiten una y otra vez en grupos de treinta (otros poco más y otros poco menos... bien sabes eso).

Compara cada atardecer...
No podrás mirar uno igual a otro... Resulta ser irrepetible lo que te ofrece el creador (aunque es una verdadera lástima que no lo apreciemos como es).

Piensa en ese regalo...
Podrás mirar vacuidad en la mayoría de ellos... Qué mejor regalo que el que puedan ofrecerte amor, vida, tranquilidad , una que otra sonrisa de manera cotidiana (e incluso sin respetar fecha) y otros detalles que, indiscutiblemente, sabrás apreciar más que una pantalla de plasma.

Vuelve a entender la fecha...
Ahora, entérate que es mucho más relevante e importante el que estés viva, el que tengas lo que tienes, el que puedas catar desde tus años todo ese avance tanto sentimental como de experiencia...

Observa a quién tienes al lado...
Y déjame agradecer que sea yo quien te acompañe desde hace veinte años y que, a pesar de todo, nuestra lucha sigue vigente por colmar de cordialidad nuestro entorno.


Felicidades, amor.

jueves, 21 de junio de 2012

.

Una tarde más que se gesta grisácea, una lluvia que pinta a ser amenaza sin que sus gotas se acerquen siquiera un poco a mi lar; una noche más fuera del dédalo y que, a pesar de ello, se torna la más deseada por aquel quien pudiera imaginarte siquiera un poco como suya o poseerte entre sueños.

Un día más de recorrido diurno, de música repetida, de soledad acompañada; del ruido de motores y velocidad en esa avenida que frecuento. Una tarde más que se gesta grisácea por "fuera" y que se torna poco a poco la más amorosa al adentrarse la noche.

Un beso perdido, ese palpitar de tu corazón reflejado en tu cuello mientras duermes, una caricia en la entrepierna y, con ello, la invitación más silente al sexo. Una tarde que, grisácea, no deja de tener su sol, su luz, su detalle ante mis ojos y el tuyo en mi piel.

Una bocanada de humo, las luces de la ciudad ya entrada la noche, el viento que huele a humedad y que recuerda esta temporada de verano, de lluvia, de tardes grisáceas que concluyen con sombras mojadas, arroyuelos callejeros y el calor de tu cuerpo cercano al mío ya entrada la madrugada.


Una tarde más que ha transcurrido en nuestra vida, grisácea ella, cálida tú, silente yo... y el nuevo amanecer que traerá su propio crepúsculo que no será jamás hosco para nadie y desde donde podré tomarte desnuda, en sueños o despierta mientras lo desees.

domingo, 17 de junio de 2012

.

Ese reconsiderar de las cosas probablemente es lo que nos tiene así... Esa "probabilidad reconsiderada".

Y es que es en ese entretanto del estar fuera del dédalo que las situaciones se miran de una forma diferente, quizá con menos menoscabo, con más prudencia, con menos cautela o tacto y, aquí la probabilidad, de que alguno de los dos resulte lastimado.

Aquella frase de cierta persona que reza que existen algunas cosas que en definitiva no deberían decirse a la pareja la considero de las más acertadas en los últimos días.
Ella, me decía que, si bien uno se prepara, se programa para ser fiel y amar sólo a una persona, la mente por su parte es tan libre de volar y explayarse que es ahí donde caben ese cúmulo de situaciones que, de ninguna forma, el otro se debe enterar.
Supongo pues que el silencio deberá jugar su papel predominante o, al menos, el buscar otro tópico de conversación será lo más prudente.

Es justo aquí que cada quien debería reconsiderar lo ya considerado, repasar lo ya repasado, volver a analizar ese enorme trecho recorrido e intentar a la vez erradicar cuanto daño atrás se ha hecho. Y, aunque esto se torna en ocasiones de lo más difícil por hacer, la gana debe existir, debe estar ahí perenne... pues es triste encontrar siempre un resultado amargo con cada sueño relatado, con cada imaginación y, lo que es peor, el intentar consumar al menos una parte de lo ideado.

...Palabras aquí, palabras allá; suposiciones y quizás que no llevan a ninguna parte cuando se trata de algo que no compete a la pareja y que es maquinado desde el extremo de nuestra imaginación, fantasía o irrealidad.

Habrá qué ser más observador fuera del laberinto, más cauteloso, un tanto más silente y, de ser preciso, forzar a la mente y al recuerdo a no dejarnos llevar "tan a fondo" en esos menesteres que sencillamente dañan y merman el poco o mucho amor que aún exprimimos tanto tú como yo en este juego de pareja... de vida en común.


De antemano, ruego desde ti la más humilde de tus disculpas ante cada uno de mis actos de "escapismo" de nuestra realidad e intimidad.

miércoles, 13 de junio de 2012

.

No creo que deba conservar esa melodía conmigo para vida de recordarte...
No necesito del apoyo incondicional de la música para saberte en mi amor, en mi recuerdo o en algún centímetro de mi piel donde tu boca ha hecho más las veces de llaga amorosa que nadie más en lo profundo de mi corazón.

No creo que deba seguir diciendo a los cuatro vientos quién eres...
Ellos ya te conocen. Te han escuchado llorar, sollozar, conversar e incluso, sé, le has pedido a alguno de ellos que lleven consigo cierto mensaje que debe brincar fronteras y otros más que te encantaría jamás callaran en ese vaivén del norte al sur y/o viceversa.

No creo que deba abrir mis ojos para vida de verte...
No los necesito, incluso, si los tuyos tampoco se abren para vida de mirarme.  Ese siempre ha sido mi deseo y puedo sostener lo que digo pues, así, sin abrirlos, sé con certeza dónde se encuentra esa curva en tu rostro, en tu cadera, en tus piernas y en tus pies.

No creo que deba poner a prueba nada para vida de reafirmar...
Cada decisión resulta ser de lo más personal y, si la tuya no es el reafirmarte en mí, yo me sé decidido, me he visto de rodillas tanto en sueños como mientras tú duermes y, si prefieres verme así que imaginarme, sólo es cuestión que lo pidas.

No creo que deba creer lo que "debiera" para vida de seguir...
Ni considero que ese sería el mejor de los momentos para volver a fundirnos; que, si bien no apeteces del juego ese del ir y venir, del romper y rasgar para luego surcir y rearmar, quiero creer que es porque prefieres sólo demostrar amor.


El mismo que se derrama en mí y para ti con sólo posar tu mirada en mis ojos...

viernes, 8 de junio de 2012

.

Qué hermoso es el todo cuando todo es hermoso...

Qué difícil es el todo cuando todo es difícil...
Y mucho más difícil cuando nosotros mismos lo hacemos difícil; y es justo en este juego de palabras que no terminamos por entender, que caemos en la propia confusión, que seguimos arrastrando ese lastre y culpando al otro; que creemos estar en lo correcto cuando lo "correcto" es tan ambiguo...

Qué triste es el llorar el todo cuando todo se torna triste...
Y llevar a cuestas la incertidumbre del momento, de ese pasado que concluyó con su dejo de amargura y perdemos el tiempo en contar cada lágrima que rueda por nuestras mejillas cuando, quiero suponer, lo más sencillo habría sido no padecerlo... no por "causa del otro" o de "aquel".

Qué efímero es el todo cuando todo se torna breve...
E intentamos alargarlo lo más posible para, de manera lamentable, darnos cuenta que lo efímero es así y lo será siempre, que de ninguna forma merece la pena "estirarlo" hasta saciar lo insaciable y volver al inicio de una forma abrupta, sin sentido... y efímera al fin.

Qué doloroso es el todo cuando todo duele...
Y volvemos a hacernos a la idea que concluirá, que no existe pena que dure cien años o que no terminaremos por soportar ni siquiera una semana por corto que sea el padecer...

Qué amoroso es el todo cuando todo es amor...
Qué lástima cuando nos sabemos más que bizarros ante la vida y sus adversidades y nadie lo premia, nadie más lo entiende así o nadie mira y valora nuestra lucha...


Qué pensar del todo cuando todo "razona en contra nuestra"...

viernes, 1 de junio de 2012

.

Fuera del dédalo las citas toman un nuevo rumbo, los recuerdos se enlazan más fácilmente, el sentimiento aflora a la menor provocación y los detalles negativos siguen mermando en el entorno cual si fueran llagas que no paran de sangrar.

El amor cobra nuevo rumbo también; se torna más franco, se siente más sincero (o, al menos, es lo que aparenta). El sexo retoma su fuerza avasalladora la cual he necesitado enormemente en todo este tiempo desde que ella me "sacó del laberinto" e hizo los "cambios" que demandó en su momento.
Los pormenores que se añaden tienden a complementar el marco... un marco más prometedor, más llevadero, más colmado de unión y sinceridad.

Por cierto, entorno a esto último, mal o bien hemos hecho en confiar al extremo el uno del otro para fin de hacernos partícipes hasta de ese recóndito sueño que podría en determinado momento distorsionar un tanto los esfuerzos... el punto en sí es que ya "no sabemos" cómo subsanar eso o intentar "corregirlo" pues así nos hemos manejado por más de veinte años.

Aquellos quienes se han visto afectados por este menester o quienes nunca han llevado así su vida, podrán creer que estamos en un grave error y, podría en este caso, resultar por demás el que ofrezca una disculpa pues, muy en el fondo, hemos descubierto que quizá este sea la mejor manera de llevar nuestra vida personal.

Aquellos otros quienes han intentado adentrarse a nuestra dupla y lo han conseguido, podrán advertir de inmediato (o de manera superflua) que sí resulta ser lo mejor e, insisto, si han intentado modificar nuestro actuar, espero en verdad que no puedan hacerlo pues, he descubierto con suma tristeza, que lo han considerado como tal para quizá un beneficio inmediato o a largo plazo con sabrá Dios qué intención de trasfondo.

A pesar de todo esto, nuestro deseo de convertirnos en un férreo muro impenetrable parece dar sus primeros frutos en estos días y, eso, llena de energía, vitalidad, fe y confianza todo nuestro entorno.
No puedo sino sólo terminar agradecido con quien (quizá con un excelente fin) me ha sacado del dédalo...

Resulta obvio decir que no veré resultados inmediatos en totalidad sino hasta algunas semanas más y en base a lo que continúe predominando en este seno.
Mas, si aún así vuelvo a quejarme, supongo que forma parte de este nuevo engranar pues, es casi un hecho, que dejaré en mí muy presente el que nadie más (desde mi exterior) pueda modificar lo que deseo enormemente atar con quien vive conmigo.