sábado, 19 de mayo de 2012

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Fuera del dédalo, los caminos se miran más claramente separados, los aconteceres ya no denostan similitudes o características similares, algunos sentimientos parecieran ser fieles pero las acciones y actitudes vuelven a mostrarse disipadas o con rumbos totalmente aparte.

Fuera del dédalo comparto con mi paladar y sólo conmigo esa bebida que solíamos compartir y, tú, degustas aquella que muestra diferencia de ánimo, de estancia mientras que, el resto, sólo observa un tanto atónito lo que acontece y se vuelve y me vuelve a preguntar lo que sencillamente no logro contestar o entender del todo.

Fuera del dédalo quedan a la vez esos pequeños seres que algún día me echarán en cara el que pase tantas horas fuera de casa en plan de trabajo y, espero, no acudan a ti con esa mala cara en el futuro y que te griten al rostro la falta que les has hecho, las ausencias que han vivido y esa sensación que quedó posterior a tus horas de diversión.

Fuera del dédalo nos sigues "echando" (en cierta manera) a todos cuantos estamos cercanos a ti y, si bien he tratado de convencer a esos chiquitos que cada quien tiene una vida y merece de sus horas y sus ratos, no termino por entender el por qué "debe ser" por separado... la palabra "importante" me da vueltas en la cabeza sin encontrar su sentido propio o su peso en este lado del laberinto.

Ese "querer ser importante" para alguien ya no tiene peso, no se mira (de momento) ni se siente con sostén o fundamento y, poco a poco, se colma el recipiente de nueva sensación que terminará por llevarme al desatino, a la soledad, a lo incierto, al nuevo error o a algo más severo que quizá después me lo vuelvas a echar en cara ahora tú.


Fuera del dédalo es que los caminos se miran y palpan más claramente separados, los atributos tienden a perder sentido y la compañía deja de resultar importante... (así pues, la esposa se covierte en "conocida" o simple cliente, la madre en una trivial visita, el desconocido "más que conocido", el conocido de antaño tu mejor amigo, y el más desconocido el que muestra más afán por conocerte...)

Así pues, difuso y poco a poco, todo pierde sentido, ruta, camino y razón de ser.

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