martes, 15 de mayo de 2012

.

Paralelo al laberinto, aún vivo con la incertidumbre, con ese temor de caer en el rumbo perdido que, casi sostengo, tú podrías llevarme a la brevedad y que, por desgracia y para mi desventura, supones fervientemente que podría ser más probable desde mis propias acciones.

Así, cada día que transcurre, dicha incertidumbre crece, se siembra en mí, no ha sido posible desterrarla y aquella apatía que descubro en ti por mitigar el sentimiento no cede ante mis palabras, mis acciones, mi tristeza misma o mi deseo porque me vuelvas a demostrar que estarás conmigo en cuerpo y alma.

Han transcurrido meses ya de aquellos primeros días fatales en que creí morir gracias a que mi convicción por tenerte para siempre conmigo había estado fuertemente aferrada y la sorpresa tuya de saberte volátil e inasible destruyó prontamente todas mis expectativas de atadura amorosa...

Han sido meses ya de descansos efímeros, de luchas con sabor infructuoso, de momentos aislados donde tu silencio me orilla a creer que estás en otra parte donde yo no y cada muestra de amargura, de vacío, de desamor o desinterés, vacía un tanto más mi arca de esperanza...

No sé cuánto más es que permaneceré atado a este sentimiento, cuánto más es que seguiré anhelando retomar ese amor que había estado presente por años en mi vida y que, si bien yo he cooperado para su extravío, el que tú hayas puesto una parte de dicho empeño, fue suficiente para que todo esto sucumbiera como hoy ocurre, como hoy se palpa... como hoy asoma cada mañana.

No sé cuánto más se mostrarán esas palabras que, llenas de amor, seguirán intentando colocarse en tu presente desde mí mientras que, con dicho estado, haya alguien más que te ofrezca "las misma frases" que tú recuerdes con otro acento, con otro derredor, con otro corazón y que terminan por desviar esa atención que tanto amé en su momento y que tanto añoro...

No sé...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario