domingo, 11 de marzo de 2012

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...y trabajar en el alma...
Redescubrir lo que ella ejemplifica con su simple momento en el firmamento.
No bajar la guardia. Generar más energía con ella para poder brindar luz a quien la requiera.

...dejar trabajar al alma...
Elaborar el bosquejo, no detener la búsqueda junto con ella.
Reconciliar a aquella otra que se ha perdido en el laberinto del rencor... Permitir que el amor prevalezca.

...trabajar con alma...
Hacerla partícipe de este o aquel logro, de esta o aquella lucha, de cierta actividad que sólo ella entiende y no es capaz de defraudar al aplicar todo su tesón.
Saberla cómplice de cuanta emoción nos tope.

...vaciar el alma...
Desfogar de ella todo el amor que le caracteriza y que es del único "material" del que, sabemos, está hecha.
Cerciorarnos de que no tendrá caducidad ni perderá su fuerza y contenido al intentar "vaciarla".

...amar con alma...
Saberla dueña de nuestros actos amorosos, de nuestros encuentros sexuales, de nuestra conversación silente con Dios.
Entenderla en esencia, con su propia templanza, con decisión propia y con esa misma naturalidad, sencillez y complejidad por quien todo fue hecho.


¿Y tu alma...? ¿Qué hace ahora? ¿Qué otras latitudes y sensibilidades abarca?
¿Qué problemáticas oprime e impide que te dañen?
...de cuánto te salva por amor?

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