jueves, 15 de noviembre de 2018

.

Ahora, no me importa hacer una entrada cada mes... alguna vez me propuse hacerlo todos los días en el transcurso de un año completo y lo conseguí.
Y no, no era un reto ni nada parecido. En ese entonces había tanto por decir y por desear quedara plasmado de alguna forma en el ciber-espacio y que cualquiera pudiera consultarlo con el paso de los años.

Hoy, apareces tú...
Más aislada que nunca; con la mirada casi extraviada aunque la imagen demuestre lo contrario... y, aunque te conocí poco, siempre deseé estar tan cercana a ti en todo momento en aquel ayer.

Me recuerdo enviándote cartas y cartas... probablemente llegué a gastar una fortuna en tarjetas y, quizá, hasta aburrido te resultó en su momento pues "no había nada nuevo" al arribo del cartero... sólo una tarjeta más.

Apareces tú...
Luego de años de esperar, de búsquedas infructuosas en Facebook, de comentarios en vano desde los amigos y de no saber absolutamente nada de ti.
Apareces tú y sigo igual... sin saber más nada; sin una sola palabra escrita desde tu teclado o tu smartphone... aunque ya no importe.

Apareces tú...
Y percibo tu edad y cada arruga en tu rostro.  Sospecho tu actividad, imagino tus probables recorridos... casi acierto en tu color de voz a pesar del paso de tantos años... y tú, tú sí pudiste saberme de inmediato; también observaste mi rostro arrugado, acertaste a mi edad y conoces exactamente dónde es que me encuentro por las noches laborando.

Apareces tú...
Y descifro tu cuerpo que alguna vez quizá formó parte de mis sueños (y qué gana de volver a mirarte al filo de la playa como aquella tarde...!).
Apareces y me escuchas... así, como sé que nunca te agradó (aunque, supe de inmediato, que volví a estar presente en tu oído...)

Qué mundos tan distantes los nuestros! Qué cerca y lejos a la vez de un reencuentro... de una charla.
Qué gana perenne de volver a anidar una sola noche en tu cita con Morfeo... Una, no pido más.
(Aunque sea con melodía ajena)


Apareces tú... y sonrío, recuerdo, revivo; no parpadeé siquiera mientras recorría cada línea tuya sin tú percatarte, sin que estuvieras presente...  Sólo fuimos mi recuerdo y yo y una habitación colmada de incertidumbres y silencio que nunca llegaron a desbastar mi integridad o mi tranquilidad.
Sólo apareciste tú, y los años de ausencia continúan.

1 comentario: