sábado, 5 de octubre de 2013

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"...dejemos las palomitas para otra ocasión, el postre para el momento adecuado y vivamos nuestra vida como mejor podamos... En verdad que no deseo el tener qué reprochar después el que hayamos perdido nuestro tiempo y nos gane el olvido, la desesperanza, la tristeza o el hastío."

Qué culpa tengo al saberme práctico y sencillo por ser hombre, al saberme partidario del sentimiento, al tener qué aferrarme a imágenes una y otra vez para vida de adentrarme en tu deseo que, sencillamente, no termina por cotejar con el mío...?

Qué culpa tienes al saberte errada en cierto camino, con huecos distintos que los míos, con esa falta de experiencia que sólo la vida misma, el amor y el sentir te pueden dar y que no lograste rescatar desde nadie antes que yo?

Qué culpa tienen todos aquellos que han intentado colocar parte de la gama experimental en nosotros, cada película que nos sirve de reflejo, cada momento que termina por tornarse vacío o cada encuentro errado o a destiempo bajo las sábanas?

Qué culpa tengo al desearte tanto, al buscar el color de tu piel sembrado en mis pupilas, al querer sentir la textura de tu piel como lo quiso aquel o al terminar embelesado en tus pies acompañado quizá también por tu calzado como cierto otro?

Qué culpa tienes ante tu ineptitud, poca actitud, indiferencia, inocencia, bajo temperamento, poca paciencia, costumbre, recelo o resentimiento, amnesia, cambio abrupto, poca paciencia, admiración mal encauzada, falta de orgullo o sencillamente al desear la vida de aquella...?

Qué culpa tienen todos ellos quienes te han soñado, quienes te han seguido con la mirada hasta perderte de vista, que te han ofrecido el mundo o que te han prometido más que el cielo sin celo entre sus sábanas con sólo depositar en ti una sonrisa colmada de deseo carnal?


...dejemos las palomitas para otra ocasión... Qué culpa mutua y sentido le hemos dado a lo nuestro?

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